Reinaldo Quijada.
Es el mismo título de un interesante artículo de Roy Chaderton Matos, escrito un año antes de las elecciones parlamentarias del año 2010… El antetítulo señalaba: “Comprimida reflexión en acatamiento a la orden presidencial de RRR…”. Y su primera frase advertía: “Podríamos perder si no revisamos, rectificamos y reimpulsamos radicalmente”.
Muchas de las reflexiones de Roy parecieran hoy vigentes, sin embargo no citaremos ninguna de ellas por respeto a su autor. No sería ético hacer una selección subjetiva de ellas.
Nos parece importante la coincidencia con una reciente afirmación del Presidente Maduro: “Yo estoy aquí para encabezar una revolución dentro de la revolución, para cumplir el sueño del Comandante Chávez, para cambiar lo que está mal hecho…”.
La nueva orden presidencial de RRR pareciera ser acatada con lentitud. Ha pasado mucha agua bajo el puente y no pareciera ser fácil desviar el curso del río. Se han acumulado las contradicciones y los vicios. Nos hemos alejado del pueblo. Muchos funcionarios indolentes están enquistados en sus cargos burocráticos.
La burguesía parasitaria sigue “vivita y coleando”. Las reflexiones de Maduro al respecto, en su discurso del 08 de octubre, son más que elocuentes. Sus múltiples referencias a ella es la confesión de que no hemos sido capaces de vencerla.
Si hemos dado unos primeros pasos, aún incipientes y tímidos, para enfrentar la corrupción, es menester ir al fondo de esa lucha…
En las elecciones parlamentarias del 16D de 2012 sacamos 4.855.340 votos, 2.634.514 votos menos que los que obtuvimos en las elecciones presidenciales del 70 del 2012, en los 23 estados del país, excluyendo el DC. De nuevo, nos enfrentamos a un escenario similar y esa abstención, de repetirse, podría hacernos perder, en número de votos, las elecciones del 8D.
Repetimos una frase del Presidente Maduro: “¡Mandemos al cipote, todas y todos, las ambiciones personales y materiales inoculadas por la sociedad de clase!”. Fin de la cita y agregamos nosotros: ¡Las ambiciones de nuestra dirigencia! Porque no son las del pueblo, por el contrario la mayor reserva moral de la revolución persiste, y resiste aún, en el auténtico liderazgo de base que nunca es tomado en cuenta en los procesos electorales. ¿Jugamos a la derrota?
Muchas de las reflexiones de Roy parecieran hoy vigentes, sin embargo no citaremos ninguna de ellas por respeto a su autor. No sería ético hacer una selección subjetiva de ellas.
Nos parece importante la coincidencia con una reciente afirmación del Presidente Maduro: “Yo estoy aquí para encabezar una revolución dentro de la revolución, para cumplir el sueño del Comandante Chávez, para cambiar lo que está mal hecho…”.
La nueva orden presidencial de RRR pareciera ser acatada con lentitud. Ha pasado mucha agua bajo el puente y no pareciera ser fácil desviar el curso del río. Se han acumulado las contradicciones y los vicios. Nos hemos alejado del pueblo. Muchos funcionarios indolentes están enquistados en sus cargos burocráticos.
La burguesía parasitaria sigue “vivita y coleando”. Las reflexiones de Maduro al respecto, en su discurso del 08 de octubre, son más que elocuentes. Sus múltiples referencias a ella es la confesión de que no hemos sido capaces de vencerla.
Si hemos dado unos primeros pasos, aún incipientes y tímidos, para enfrentar la corrupción, es menester ir al fondo de esa lucha…
En las elecciones parlamentarias del 16D de 2012 sacamos 4.855.340 votos, 2.634.514 votos menos que los que obtuvimos en las elecciones presidenciales del 70 del 2012, en los 23 estados del país, excluyendo el DC. De nuevo, nos enfrentamos a un escenario similar y esa abstención, de repetirse, podría hacernos perder, en número de votos, las elecciones del 8D.
Repetimos una frase del Presidente Maduro: “¡Mandemos al cipote, todas y todos, las ambiciones personales y materiales inoculadas por la sociedad de clase!”. Fin de la cita y agregamos nosotros: ¡Las ambiciones de nuestra dirigencia! Porque no son las del pueblo, por el contrario la mayor reserva moral de la revolución persiste, y resiste aún, en el auténtico liderazgo de base que nunca es tomado en cuenta en los procesos electorales. ¿Jugamos a la derrota?
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