La lumpen- burguesía venezolana apátrida o nacionalista (I)

ANTONIO JOSÉ BLANCO SEQUERA

“No se trata de una fracción de la burguesía mantenida en cohesión por grandes intereses comunes y deslindada por condiciones peculiares de producción, sino de una pandilla de burgueses, escritores, abogados, oficiales y funcionarios…”.

Carlos Marx, París 1852.

En estos últimos días el gobierno revolucionario ha venido tomando una serie de decisiones que han tocado los intereses de la gran burguesía. He estado observando, analizando y consultando, sobre el discurso, las matrices de opinión de los medios burgueses, en el cual hacen ver ante el pueblo pobre de que el gobierno es malo y los buenos son ellos.

Nos bombardean con una campaña integradora para confundir al pueblo sobre su rol histórico en esta revolución y en la lucha de clases, hoy más marcada que nunca en nuestro país. Pero se olvidan de que aquí hay un pueblo con conciencia revolucionaria y que no va a dejar que las pretensiones desestabilizadoras de la oligarquía se materialicen.

Hablar del origen de la burguesía peculadora, parasitaria y burocrática, tenemos que trasladarnos a la Venezuela de 1948-1958, cuando la misma se constituye inicialmente como un grupo móvil de índole socioprofesional, nacional y extranacional. Es en el año de 1958, en el que, es derrocada la dictadura de Pérez Jiménez y se conforma entonces el pacto social y se establece la estructura del Estado para la corrupción. Es en este marco, en el cual la burguesía se consolida, amasa y monopoliza la gran fortuna con la que hoy cuentan y que sus herederos se jactan en decir que es producto del trabajo y el esfuerzo de sus predecesores.

A partir de 1960, esta burguesía multiplica su participación en las especulaciones financieras, en conjunto y/o asociadas a los partidos políticos en funciones de gobierno, pues servía de intermediaria en las relaciones burocráticas para nuevas inversiones extranacionales.

Vemos pues cómo se van conformando los grupos que hoy se oponen a la liberación del pueblo, hasta la próxima semana.