sábado, 15 de septiembre de 2012

Israel crea un nuevo dolor de cabeza para Estados Unidos


Mateus Fernández
La difusión en Youtube de algunas secuencias de “La Inocencia de los Musulmanes”, largometraje que ofende al profeta del Islam, Mahoma, ha provocado gran indignación en los países islámicos. Las manifestaciones de protesta han sido más intensas en algunos países como Egipto y Libia y en este último país ha provocado la muerte del embajador estadounidense. Desde el primer momento empezaron las especulaciones para la identificación del realizador de esta película hasta que Sam Bacile, “guionista y realizador israelí-norteamericano”, reconoció en entrevistas con los periódicos Haaretz y The Wall Street Journal haber recibido 5 millones de dólares de cien judíos residentes en EE.UU. para producir esta película de dos horas de duración con la participación de 59 actores y actrices.Sam Bacile es un judío de 56 años. Reside en Estados Unidos y se dedica a actividades en el sector inmobiliaria. Carece de experiencia profesional en el campo de cinematografía. Para la realización del largometraje ha contado, también, con el apoyo de coptos de diáspora, especialmente Dr. Esmat Zakloma y Maurice Sadek. La distribución ha estado al cargo del predicador Terry Jones, personaje incendiario que durante los últimos años ha buscado la fama.
Ahora bien, la pregunta es, ¿por qué han elegido este preciso momento para agitar los sentimientos de los musulmanes mientras que esta película data de 2011 y ha sido proyectada una sola vez en una sesión privada en Hollywood en una sala semivacía? ¿No será que en la víspera de las elecciones presidenciales de Estados Unidos los sionistas tratan de crearle problemas a Barack Obama, a quien acusan, constantemente, de apoyar poco a Israel? O tal vez el desorden reinante en Israel y las disputas entre su clase gobernante, por una parte, y las protestas populares por la mala situación económica, por otra, así como la preocupación israelí por los continuos cambios de gobiernos en las naciones árabes como Egipto son determinantes. En este contexto, Israel trata de involucrar a EE.UU. en una crisis no deseada, enfrentar a Washington a las naciones musulmanas, distraer la atención de sus propias dificultades y vengarse de EE.UU. porque no le acompaña y no le apoya para atacar a Irán.
Desde luego, la producción y la difusión de esta denigrante película, rechazada y condenada no sólo en el mundo musulmán sino en muchas comunidades y naciones cristianas, es una advertencia para Estados Unidos, en el sentido de que Israel es capaz de crearle situaciones críticas financiadas por los judíos y utilizando a un realizador aficionado mano en mano con un predicador descerebrado y así llevar a Estados Unidos a terrenos no deseados. De hecho se puede decir que hoy por hoy Estados Unidos ha dejado de ser el país anfitrión de la comunidad judía para convertirse en su prisionero.

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