jueves, 13 de septiembre de 2012

El México de Jorge Veraza.


MARISELA GUEVARA
mariselaguevara2008@yahoo.com.ar
El capitalismo mundial no tiene pudor, muestra sus objetivos y da órdenes explícitas como vimos en la euro zona y sufrimos en carne propia los nuestroamericanos en la década neoliberal. Dentro de uno de los gestos enfocados hacia los planes de expoliación de América Latina aparece cada vez con mayor intensidad mediática una alabanza creciente hacia el futuro económico de México. Esto es llamativo y llega a nuestro ámbito local a través de Charles Dallara, uno de los negociadores de lo que eufemísticamente se llama la reestructuración y que no es más que el proceso de aniquilar las economías quebradas por las políticas neoliberales.
Mister Dallara plantea un futuro brillante para México y remarca con insistencia un futuro terrible para Brasil. Comenta que México seguirá a pie juntillas la reducción de los gastos del Estado y profundizará la apertura comercial siguiendo directrices de los mercados. En cambio Brasil, señala, es un “mal ejemplo” pues concentra esfuerzos en el ámbito social. Se ufana de haber sido negociador en unas 150 crisis económicas mundiales. Crisis que el capitalismo ha producido en el mundo con sus devastadoras consecuencias. Afirma que el país donde se le han presentado mayores dificultades es Grecia y olvidó mencionar el índice de suicidios producidos allí, consecuencia directa de las recetas fondomonetaristas. Por fortuna, nuestro actual gobierno tiene muy claro quiénes son y cómo actúan estos consejeros que van por el mundo sembrando pobreza y devastación en el planeta.
Por otra parte, la obra del mexicano Jorge Veraza, reconocida en Caracas con el Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2012, nos habla de una realidad mundial seriamente estudiada, y en su libro, Del reencuentro de Marx con la América Latina en la época de la degradación civilizatoria mundial, podemos revisar la historia del capitalismo y ahondar en hitos como la aparición del automóvil, la televisión, la internet y la biotecnología, centrada en su mirada de latinoamericano. Especial atención presta a la privatización del agua, señalando que “la apariencia de que el agua es mercancía encubre una violencia de expropiación forzada a la nación y las comunidades locales”. Sostiene que si el agua es patrimonio de la humanidad no puede convertirse en objeto de lucro. Veraza nos recuerda que ya en el Foro de Kyoto 2003 se argumentaba que el agua debía ser mercancía, y él desmonta tal idea al señalar la diferencia entre el agua como elemento natural y decisivo para la subsistencia y los procesos hidroútiles que se le aplican y que contienen trabajo. Es este un merecido premio a una obra que nos honrra a todos como latinoamericanos.

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