EILEEN PADRÓN
El asunto sobre el foto-montaje y artículo del semanario 6to Poder, ha sido como la famosa frase del camarada Rafael Ramírez y su “rojo rojito” que revolucionó al país. No sabían los sesudos periodistas del pasquín, que la falta de argumentos serios para descalificar al Gobierno y sus poderes, los llevaría a exponerse ante la opinión pública tal y como son, unos miserables excluyentes e irrespetuosos del rol de la mujer en la sociedad. Mi humilde opinión es, que al comparar una comparsa de cabareteras/bailarinas, con nuestras mujeres del poder público, estaban seguros que alguna reacción judicial generaría, y así victimizarse con la letanía de la falta de “libertad de expresión”. Respeto las decisiones, pero pienso que por ahí no van los tiros, hay que atacarlos por sexistas (discrimina un sexo determinado), ese semanario hace tiempo debió cerrarse por su reiterada utilización de la mujer como objeto sexual casi pornográfico, y se torna más lamentable cuando su directora es ¡MUJER! Las mujeres de Chávez somos todas las que amamos a este proceso y sinceramente no me siento ofendida ni indignada cuando hacen esa comparación, porque el socialista y revolucionario es incluyente y respeta todas las formas de trabajo. Me pregunto ¿Es que acaso ser cabaretera / bailarina o trabajadora sexual es una ofensa? ¿Quiénes son ellos (los periodistas 6to.poder) para decidir si una ocupación o trabajo es digno o indigno? Por eso me molesta ver cómo se cae en la manipulación emocional y mediática al permitir que personas como Leocenis García y su combo -personas sin un mínimo de respeto por la mujer y su desempeño en la vida, sea cual sea- decidan con un foto-montaje y posterior artículo, que una cabaretera/ bailarina no tiene valores y por ende las mujeres de Chávez tampoco y NO se les ataque por ese lado sino por “la falta de respeto”. ¿Se habrá preguntado alguien si las señoras cabareteras/bailarinas se sienten ofendidas porque sus congéneres se indignaron al compararlas con ellas? Cuando uno hace un trabajo social con estas personas, excluidas por su tipo de trabajo, se da cuenta que muchas de ellas no lo hacen por gusto y que influyen muchos aspectos de los cuales nadie está exento que le pase. Por eso Leocenis, no ofende quien quiere…
No hay comentarios:
Publicar un comentario