Ruth Cueto *
No estoy solidarizada con el semanario, desde hace tiempo debía estar bajo atenta observación sobre el rol que está cumpliendo, pero de allí, a colocarlo en primera plana y caer en su plan de poner a girar a buena parte del poder público, en torno a un contenido que ellos sabían de antemano la respuesta que provocaría, esto porque de alguna manera han evaluado el grado de aceptación o no hacia algunos grupos considerados minoritarios y parece que acertaron al evidenciar que aún existe alto grado de rechazo, cuando la referencia es directa, dada la reacción provocada, expresada en contenidos como:
- “…Caricatura donde exhibe de manera vulgar a la mujer venezolana”
Analicemos lo que decimos: las cabareteras son vulgares
¿Qué estoy pensando realmente de las cabareteras?
- “…cabareteras, lo cual es indigno…”
Compararme a una cabaretera es indigno
- …tratan de hacer ver a la mujer como una cabaretera…
¿Y qué?
No entiendo
No estamos supuestamente en un país que durante la última década ha trabajado duro a favor de la no discriminación a estos grupos. Mi sencilla pregunta ¿Ser asociada a una trabajadora de un cabaret, provocaría la misma reacción a si se es asociada a la trabajadora de un consultorio o un ministerio? Vulgares, indignas, podemos encontrarlas en las mejores oficinas.
Las poderosas de la revolución bonita
Porque asumirlo como descalificación, degradación, humillación… o acaso no es verdad que son y somos las poderosas, tenemos el poder ¿o no? Todos los días lo confirmamos, también repetimos mil veces que la revolución es bonita.
¡Y entonces señores!
Los Militares con algo parecido no elevaron la promoción del diario.
Lamento el tiempo y la energía invertida en esta provocación, con tantas cosas que están pendientes de la atención de los ministerios, pero más lamento las reacciones demostradas, termómetro indicador de las actitudes que aún persisten con referencia a algunos estilos de vida y/o el desempeño de algunas ocupaciones, categorizados como de algunos grupos minoritarios, a quienes defendemos.
No me cuento entre el grupo de venezolanos horrorizados, por este fotomontaje, como mujer no me siento ofendida. Si estoy horrorizada por lo que está pasando en Libia y la hambruna en Somalia. No permito que ningún director de algún semanario desvíe mi foco de interés.
*Orientadora.
ruthcueto7@gmail.com
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