sábado, 6 de agosto de 2011

ALERTA CON LAS EMPRESAS BÁSICAS.

Morella Cordero Felizzola (*)


No podemos permitir que se agrave la situación en las Empresas Básicas de Guayana, las inversiones en mejoras y actualizaciones tecnológicas son urgentes, de allí la importancia que la clase trabajadora se mantenga unida y con el principal propósito de defensa de la soberanía y operatividad de las mismas. La época en que se realizaban convenios con empresas transnacionales en detrimento del país no puede volver –cancelado-, es por ello que el control obrero y el Poder Popular deben ejercer la contraloría social en las empresas.
 La clase trabajadora hoy como nunca antes tiene el papel protagónico más importante en la vida republicana de nuestro país. Cuando el mundo asoma la crisis global del capitalismo más grande de todos los tiempos, debemos ser lo suficientemente patriotas e inteligentes para que esta situación no arrastre a nuestras empresas en Guayana.
El modelo de desarrollo económico en el que sumergieron a nuestros países latinoamericanos durante el siglo XX, sirvió únicamente para desarrollar nuestra industria extractiva y primaria. Solo fabricar productos semi-elaborados, montarlos en un barco y enviarlos a los países “desarrollados” y luego recibir todos los productos terminados que la economía de un país requiere, por supuesto con sobreprecios inconmensurables.
El modelo económico socialista debe ser capaz de que los vicios en las empresas básicas desarrollados en el siglo pasado sean erradicados y nunca más volver en una nueva forma de “mutación”, de allí que la clase trabajadora sea capaz de identificar cualquier nueva manera de implementación de estas prácticas.
El Ministerio de Industrias Básicas y Minería no puede permitir que nuestras empresas lleguen a un punto donde el deterioro sea tal que su recuperación sea inviable. Los trabajadores nos alegramos cuando el “Plan Guayana Socialista” planteó la necesidad de desarrollar todas las cadenas productivas del aluminio, hierro, acero oro, etc. hasta su mínima expresión, es decir, fabricar todos los productos terminados que nuestro país requiera para acabar con la perjudicial dependencia de los países que nos expoliaron durante todo un siglo.
Es necesario que la Clase Trabajadora y el Poder Popular, impulse las tres “R”: Revisión de todos los procesos que se están llevando a cabo para determinar posibles fallas o desviaciones en los mismos. Rectificación de los errores o ambigüedades existentes que puedan acarrear la reedición de nuevas formas de burocracia que entorpece los procesos y pone en peligro el proceso revolucionario. Por supuesto, el Reimpulso de todos los procesos de mejoras tecnológicas para el desarrollo “aguas abajo” de las empresas y la creación definitiva de las Corporaciones del Hierro, Aluminio y Oro, para apresurar el desarrollo industrial de nuestro país, lo que nos convertiría en una economía desarrollada.
El presidente Chávez ha sido un impulsor del mundo multipolar, debemos relacionarnos con países con los cuales tengamos intereses comunes, el siglo pasado cuando solo mirábamos al norte en una relación desventajosa con los Estados Unidos, lo único que nos dejó fue pobreza, dependencia y destrucción de nuestra economía. ¡Ya no mas convenios perjudiciales con ningún país del mundo!
La clase trabajadora, los campesinos, los estudiantes, en fin todo el Poder Popular, debemos volcarnos a apoyar la nueva Ley Orgánica del Trabajo, para su empoderamiento definitivo.
 En este ciclo Bicentenario la Patria Grande Latinoamericana reclama Independencia y Soberanía, no podemos fallar a nuestros próceres. Cito una frase de Lenin en el libro “El Estado y la Revolución” que dice: “…el primer paso de una revolución obrera será la transformación del proletariado en clase dominante, la conquista de la democracia”.

(*) Economista, presidenta de la Comisión de Política Interior del Consejo Legislativo del Estado Bolívar. (CLEB)



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