martes, 5 de julio de 2011

Visión holística para el Buen vivir.

Ricaurte Leonett



Existe un debate sobre las alternativas frente al capitalismo.
Se ha señalado la ruptura necesaria con las bases filosóficas, económicas, políticas y culturales de la modernidad; se ha profundizado en conceptos importantes cuestionando la idea del desarrollo económico como fundamento del progreso.
Se han escrito o propuesto valores distintos, se hacen propuestas de nuevas instituciones, y se ha señalado que las relaciones de poder no pueden ser verticales.
En la sociedad capitalista la naturaleza es convertida en recursos económicos: el recurso agua, el recurso bosque, los recursos minerales, el recurso suelo, el recurso faena, y pare usted de contar, todos ellos separados unos del otro, como si no existiere alguna relación entre ello; convertidos todos en materia prima para ser elevada al mercado, a ser explotadas sin límites, siendo esta visión capitalista la raíz de la distribución de la naturaleza y de los problemas ecológicos que vivimos hoy.
Así también el ser humano es transformado en recurso humano de todas las instituciones, incluso del Estado, lo que tiene que ver con la explotación, la degradación, la pobreza y la muerte de las sociedades humanas, al ser transformadas en mercancías cuya cualidad es la de poseer valor de cambio.
La ecología exige una actitud básica: la de relacionar todo con todo lo existente y que tengamos una visión interdisciplinaria, para eliminar así, a aquellos que solo saben de una cosa y no saben nada de lo que esté a su lado.
No podemos hablar del agua, sin saber que hay una relación estrecha con el bosque, con el aire, con el suelo, con la temperatura, con los seres humanos.  Existe una interdependencia orgánica de todo con todo.
Para constatar la perversidad del sistema capitalista, basta mirar allí donde se impuso en el tercer mundo, en África, Asia y América Latina pervive un sistema explotador no solo de los seres humanos, sino también de la naturaleza.
En estos lugares predomina la pobreza en las mayorías de las poblaciones y las condiciones de vida son peores que las de cualquier otro sistema de vida.
La situación que vivimos los seres humanos en el mundo de hoy es precaria, con ciudades donde el   aire que respiramos está totalmente contaminado, y con campos donde los cultivos son fumigados desde avionetas, para supuestamente acabar con los insectos.
Nuestra pregunta sería ¿no enferma este aire contaminado a todos los seres que lo respiran?
Asimismo, no pensamos ¿qué pasará cuando todas las aguas sean contaminadas con elementos químicos imposibles de limpiar?
No pensamos en la contaminación de las aguas ubicadas en los cursos de los ríos que pasan por ciudades, ni en la contaminación de los ríos que pasan por donde se cultivan los alimentos que consumimos.
No reflexionamos en las consecuencias de la contaminación de los suelos donde se cultiva ¿estos elementos químicos no vendrán en los vegetales que consumimos  diariamente en nuestra dieta?
Tampoco en lo que nos puede ocurrir con la deforestación de los bosques ¿no se reducirá la cantidad de oxígeno que necesitamos para la vida de los animales y de los seres humanos? ¿no se liberará la cantidad de dióxido de carbono  (CO2) que era almacenado en esos bosques?
La pobreza de dos tercios (2/3) de la humanidad revela esta situación, que se refleja en el estado que presenta la psique de los seres humanos.
Una salida a toda esta situación está planteada en el principio del Buen Vivir que está fundamentado en las constituciones de Bolivia y Ecuador y que el Presidente Chávez viene planteando, con la creación de los círculos de luchas populares del Buen Vivir.  Ricaurteleonett@gmail.com

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