viernes, 5 de junio de 2009

C.V.G. La Voz de Guayana pasado y futuro.

Teresa V. Lugo.

Es difícil decidirse en algunas oportunidades a escribir sobre determinados temas por temor a herir susceptibilidades, o simplemente exponernos a ser juzgados por inmiscuirnos en asuntos que pueden no ser de nuestra incumbencia, pero ¿cómo guardar silencio? ante algo que nos inquieta y nos mueve la fibra de la inconformidad y del deseo de ver que algo funcione como debe ser. Pues bien aquí estoy escribiendo y ojalá sirva para que se tomen los correctivos del caso.
Por qué el título de este artículo C.V.G., LA VOZ DE GUAYANA, PASADO Y FUTURO, sin lugar a dudas me estoy refiriendo a la emisora que un día salió al aire con el propósito de ser una radio educativa, formativa y cultural. Se hizo un gran esfuerzo cuando estaba el General Rangel Gómez al frente de la C.V.G. para dotarla de todos los equipos técnicos y humanos. La Lic. Grecia Rodríguez Pinto, excelente profesional de la comunicación, realizó un extraordinario trabajo para poner en funcionamiento este importante medio de comunicación radial.
Se logró constituir una “Parrilla de Programación” de muy buena calidad, la música era cuidadosamente seleccionada, los micros eran formativos y de una excelente producción. Se buscaba con su mensaje educar a la comunidad y por supuesto como dependía y aún depende de la Corporación Venezolana de Guayana, dentro de su programación se destacaban numerosos programas de las diversas empresas filiales de la C.V.G. El equipo humano que la conformaba logró consolidar un espacio radioeléctrico en función de proyectar aspectos muy importantes de esta gran región.
A raíz de la salida de la Lic. Rodríguez, y por cambios en la política comunicacional del Ejecutivo Nacional, la emisora comienza a sufrir transformaciones, pero gradualmente su programación se ha visto disminuida, la calidad de su música más responde a una radio comercial, que a una radio institucional. Yo, particularmente no tengo nada en contra de la música popular, pero, siempre tenemos un “pero” que nos lleva a cuestionar: si existen suficientes emisoras que transmiten esta música, (Shakira, Chayanne, Vicente Fernández, Oscar de León y otros tanto no menos apreciados, pero igualmente famosos), por qué no radiar música de otro género. Debemos darle oportunidad a nuestro pueblo de escuchar otro tipo de piezas musicales.
No se trata solamente de darle a nuestra gente, lo que se cree que ella quiere o merece, tal y como ocurre con nuestra prensa sensacionalista o la programación de las televisoras comerciales, porque de continuar con este esquema nunca romperemos el círculo vicioso en el que nos han mantenido y que no nos permite mejorar desde el punto de vista educativo y cultural. La sintonía de una emisora no sólo se logra mediante este recurso de transmitir música popular. También ofreciendo una programación de calidad, con alto valor en su contenido y en su producción se puede llegar a un amplio sector de nuestra población.
Esta emisora además de dar a conocer los logros del proceso revolucionario, de continuar siendo el principal medio de vinculación radiofónica entre las empresas de la región y la comunidad, debe constituir el principal instrumento de información y transmisión de mensajes culturales. Continuar con su función educativa y de integración de los habitantes de esta hermosa y prometedora región. Es cierto que algunos de sus programas y micros bajo la producción del Lic. Víctor Rossi, continúan teniendo una gran calidad y aún se conservan vestigios de la emisora en sus inicios, fundamentalmente en su identificación. Otros programas, aún cuando se les redujo su tiempo, siguen siendo escuchados, especialmente el programa del Lic. Orlando Contreras.
Actualmente se habla de cambios que van a ocurrir en su seno, pero, de nuevo el “pero”, tomando en cuenta la crisis de las empresas y particularmente la difícil situación financiera de la C.V.G. sólo esperamos que no haya intenciones extrañas de quererla privatizar. Para que continúe adelante y su voz no se silencie, es una alternativa que se transfiera a la Gobernación del Estado, al fin y al cabo es al actual gobernador el General Rangel Gómez a quien se debe su creación. El Ejecutivo regional mediante una Fundación le dará la posibilidad a la emisora de financiarse con sus propios recursos, vendiendo espacios para publicidad institucional y programas de cuidadosa selección con fines educativos y culturales. De esta forma también se honraría el compromiso con el personal que ha estado trabajando durante varios meses en calidad de prueba y en la espera de ser contratados.
Esta alternativa puede ser una solución para que nosotros, los guayaneses, continuemos disfrutando de La Voz de Guayana, pero, una vez más el “pero” con una emisora de gran calidad radial, mejorando lo actual y dando cabida a nuevos productores independientes. Así, la gente revolucionaria o no, tendremos la oportunidad de escuchar algo diferente a lo ya acostumbrado, que en la mayoría de los casos raya en el mal gusto y la “chabacanería”. Los revolucionarios y revolucionarias, además de ser consecuentes con sus convicciones y principios, ser leales, honestos, humildes y dignos, también deben tener buen gusto. No pueden considerarse sencillamente como uno más de un montón. En Guayana tenemos emisoras comunitarias como “Llovizna” o “Cantaclaro” que cuentan con menos recursos, incluidos los técnicos y sin embargo, desarrollan una muy buena programación.
Es probable que mi opinión no sea del agrado de muchos, pero y este será el último “pero”, estamos en un país donde se respeta la libertad de expresión, aún cuando muchos piensen lo contrario, y si con nuestras palabras colaboramos para que las cosas mejoren cada día, entonces estaríamos garantizando en esta Venezuela que hoy es de todos, el derecho a recibir de los medios de comunicación de masas, mensajes que nos ayuden a ser mejores ciudadanos, más comprometidos con nuestra familia, con nuestra comunidad y con nuestro proyecto de un nuevo país.

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