jueves, 1 de enero de 2009

Plomo Fundido, un nuevo genocidio contra el pueblo palestino .

Emma Grand

Un par de horas bastaron al gobierno sionista de Israel para mostrar al mundo su poderío militar. En un bombardeo indiscriminado en la Franja de Gaza, cuatro días antes de culminar el 2008, los israelíes asesinaron a más de 200 palestinos e hirieron cerca del millar, en la denominada operación Plomo Endurecido, un nuevo genocidio contra el pueblo de Palestina.En la víspera del Año Nuevo, después de días de asedio contra los pobladores de Gaza, la cifra de civiles asesinados y heridos por bombardeos militares sionistas se ha incrementado y hasta el 31 de diciembre, quinto día de bombardeo, son casi 400 los muertos, y los lesionados superan los 2.000.Edificios de gobierno, universidades, viviendas y mezquitas son los objetivos militares del ejército de Israel. Escombros, cuerpos inertes y heridos acostados en las calles; el sonido de las bombas, de las balas; los gritos y llantos de los afectados, y las llamas envueltas en humo negro, describen estos cinco días de terror en Palestina.Los hospitales no se dan abasto para atender a los miles de heridos. La escasez de medicamentos y doctores para asistir a los lesionados agravan la situación. Los carros particulares sirven de ambulancias para trasladar a los heridos, y las camillas colapsan con la llegada de más lesionados.Egipto e Israel se niegan a abrir sus fronteras para asistir a los heridos con medicamentos y ayuda humanitaria. Los palestinos de esta zona venían de enfrentar un bloqueo económico impuesto hace un año y medio por el gobierno sionista.Este nuevo ataque revive las centenares de masacres contra el pueblo palestino en los últimos 60 años, como la perpetrada en los campos de Sabra y Shatila (1982) y la de Dair Yasin (1948).Masacre a la aldea palestina Dair YasinLas fuerzas sionistas de Tsel, Irgun y Hagana, entraron armadas a la aldea en la noche del 9 de abril de 1948. Su propósito era desarraigar a la gente palestina de su tierra, atacando de sorpresa a los habitantes de la aldea, destruyendo e incendiando sus hogares con la gente adentro.El ataque comenzó mientras los niños estaban dormidos. En las palabras de Menachim Begin, “los árabes combatieron con tenacidad en defensa de sus hogares, de sus mujeres y de sus niños”.La lucha fue de casa en casa y, una vez ocupada una casa ordenaban a los habitantes a huir, o morirse adentro, después los sionistas la explotaban. La gente huía aterrorizada, esperando salvar a sus niños y mujeres.Las explosiones continuaron en la misma manera barbárica hasta la tarde del 10 de abril de 1948.Los civiles todavía vivos fueron fusilados en varias esquinas de la aldea.Una unidad de Hagana abrió un sepulcro en el cual se enterraron 250 cadáveres árabes, la mayor parte de ellos mujeres, niños y ancianos.Masacre en los campos de Sabra y Shatila en el LíbanoDesde el comienzo de la invasión sionista al Líbano, sus agentes trabajaron hacia la extirpación de la presencia palestina en ese país.Esta masacre fue llevada a cabo por un grupo de fuerzas libanesas bajo el comando de Ilyas Haqiba, líder del aparato de inteligencia de kata"ib y con la aprobación del ministro de defensa sionista, Ariel Sharon y el Comandante del Distrito Norte, General Amir Dawri.Oficiales de alto rango israelí habían estado planeando desde hace algún tiempo la forma en que las fuerzas libanesas pudieran entrar en los campos palestinos una vez que Beirut estuviese rodeada.El plan fue que las fuerzas de kata"ib tomarían los campos por asalto, y al atardecer, el 15 de septiembre, Israel tomó por asalto Beirut y acordonó los campos.El asalto de los campos comenzó antes del atardecer del jueves 16 de septiembre y duró aproximadamente 36 horas. Las fuerzas israelíes rodearon los campos, para darle todo el apoyo posible, ayuda y facilidades necesarias a los asesinos para llevar a cabo su atroz crimen. Les proveyeron con maquinarias, fotos y mapas.Además, lanzaron bombas incandescentes al aire para convertir la noche en día y así evitar que ningún palestino escapara a su muerte. Y aquellos que lograron hacerlo (mujeres, niños y ancianos) fueron devueltos a los campos por los soldados israelíes para que enfrentaran su destino.Al mediodía del viernes, el segundo día de la masacre terrorista, y con la aprobación de las Fuerzas Armadas de Israel, las fuerzas kata"ib recibieron más municiones y las fuerzas que se encontraban en los campos fueron reemplazadas por otras más “frescas”.El sábado en la mañana, el 18 de septiembre de 1982, la masacre alcanzó su pico y miles de residentes de los campos de Sabra y Shatila ya habían sido aniquilados. Parte de la información se empezó a filtrar luego que un grupo de niños y mujeres lograron huir al hospital de Gaza en el campo de Shatila, donde le informaron a los doctores los que estaba sucediendo.La masacre continuó hasta el mediodía del sábado 18 de septiembre y dejó un saldo de entre 3.000 y 3.500 civiles libaneses y palestinos muertos, la mayoría mujeres, niños y ancianos.

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