William E. Izarra
La búsqueda del Poder se orienta en dos significativas direcciones. Laprimera, el poder para decidir democráticamente en beneficio del colectivo,aceptando y respetando el juicio de los miembros de la sociedad. Aquíestamos ante una práctica del poder como instrumento de los cambios quedemanda la mayoría. En este sentido el ejercicio del poder es positivo; espara alcanzar el Bien Común del pueblo. La otra interpretación es el poderque se asume, consciente o inconscientemente, como vicio ambicionado ydeseado para elevarnos ante el prójimo, subordinar a la sociedad e imponernuestra voz de mando. Ese poder que nos genera un halo de superioridad parasometer al colectivo nacional, nos aleja de lo que realmente buscamos conlas transformaciones políticas. Desde esta perspectiva, el ejercicio delpoder resultará negativo para la mayoría y en contra de los postuladosfundamentales del socialismo. A estas alturas del primer tercio del período de campaña regional, loscandidatos del PSUV deben reflexionar muy profundamente hacia cuál de estasformas de ejercer el poder es la que cada uno, en lo más secreto de su ser,está pensando desarrollar. El poder, en esta coyuntura que engendra la situación política que nace del2D y a los fines de proseguir la aceleración del proceso revolucionario,sólo se justifica si va en la dirección de fortalecer a la comunidadorganizada en sus estructuras colectivas y estimular de manera exponencialla conciencia revolucionaria. Organización para crear el nuevo estadocomunitario, socialista y de solidaridad humana; y, conciencia para laemancipación del ser rompiendo el paradigma cultural de la alienacióncapitalista. Por otro lado, invito a los candidatos del PSUV a reflexionar también acercade las consecuencias del ejercicio del poder. Primero, por supuesto, suentrega plena a satisfacer las necesidades reales del colectivo en el ámbitode su jursdicción terrotorial; pero también sobre ese otro asunto derivadode su manto pragmático, pues ese poder, como todo ejercicio que implicasometer a un grupo determinado a específicas tareas o condiciones, vaacompañado de una inmensa soledad. Si bien es cierto que el poder atrae alos sumisos, adulantes e interesados, y eso forma un grueso contingente deseres alrededor de quien detenta ese poder, no es menos cierto que esa masahumana es circunstancial y que mientras más crece más soledad tendrá elpoderoso. La soledad solo se puede minimizar con la buena voluntad y solidaridadhumanas. Entrar en la dimensión del Bien Común y actuar para que se genereel espíritu de cuerpo que hace indivisible a los grupos que luchan por lascausas más justas del ser. Asumir el rol no del poderoso sino del camarada.Olvidarse de las prácticas clientelares que ha caracterizado al usufructodel poder durante la IV República (propuestas similares hace la oposicióndel 2008, en pleno siglo XXI a la comunidad nacional. Propuestas sin modelode sociedad ni desarrollo del pensamiento humano ni de valores solidarios.Solo el pragmatismo y la maximización del beneficio es su meta a alcanzar).El ejercicio del poder de un candidato del PSUV que alcance el triunfo el23/11 tiene que ser para convertirse en vocero de su comunidad. Aceptar quela dirección de la sociedad no es del individuo sino de la asamblea deciudadanos. Esa es la meta del candidato revolucionario del PSUV. Poder ysoledad son un solo cuerpo. Vocería y solidaridad es realización plena.
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viernes, 25 de julio de 2008
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