Marbelys Mavárez (*)
Jorge Celedón y no sé qué otro colombiano en la Casa Blanca. Invitados de honor para celebrar la Independencia del país de al lado. Esta nación, en el siglo XXI, resulta innombrable como muchos de sus habitantes. Por ello no puedo si no quedar anonadada cuando escucho y veo lo que CNN transmite sin ningún prurito y sin pronunciar la esperada crítica.Lo dicho anteriormente no debe ser considerado como una posición extremamente subjetiva. Obviamente que es una postura subjetiva, pero basada en hechos objetivos. Para muestra un botón: "Uribe ha hecho todo cuanto le hemos indicado ... y más", fue uno de los señalamientos de Bush al festejar en la Casa Blanca el Día de la Independencia de Colombia y al reconocer el "esfuerzo" realizado por Uribe en la liberación de Ingrid Betancourt y otros catorce ex rehenes de las FARC.Pero eso no fue lo más alarmante. Apenas liberaron, se fugaron, los ayudaron, se escaparon, actuaron, engañaron, o como sea que hayan logrado zafarse del seno de la guerrilla los quince ex secuestrados, escribí que también se le había dado un jaque mate a la economía colombiana debido a la intempestiva visita de Mc Cain a ese país para, entre otros asuntos, tocar el tema del Tratado de Libre Comercio (TLC). Y Bush en el marco de esa fiesta lo corroboró. "Debemos considerar la entrada de productos a nuestro país desde Colombia sin arancel alguno". Se trata de poner en marcha el TLC. Visto así, en la pura superficialidad, luce como una propuesta adecuada, conveniente, necesaria, audaz para promover las exportaciones de Colombia a un gigante como lo es Estados Unidos. El caso es que ese imperio actúa de la siguiente forma (como lo ha hecho en otras ocasiones): cuando se trata de proteger su economía lo hace con el mayor descaro. Por ejemplo, en el mercado internacional hace algunos años se presentó un drástico aumento en los precios del acero, EEUU no dudó en protegerse y no hubo forma que Brasil introdujera su producto a ese mercado. Ese gigante sí que sabe de proteccionismos cuando de sus intereses se trata.¿Cómo hablar entonces de una propuesta que gira en torno a la posibilidad de establecer un libre flujo comercial entre ambos países: Un tiburón y un pececillo? Recordemos que los peces grandes se comen a los pequeños.Fíjense: mi hipótesis según la cual la operación jaque mate nada tuvo que ver con acciones de inteligencia o estrategia del Estado colombiano a los fines de lograr la llamada "liberación" por actores de ese Gobierno ha cobrado mayor fuerza los últimos días. Pero la misma sí tuvo y mantiene una íntima relación con silenciar lo que he denominado la "verdad verdadera", con violentar el derecho internacional, con el desconocimiento del "debido proceso", con impulsar un acuerdo comercial que en poco beneficiará al pueblo colombiano (ya lo dijo Lesther Thurow en su libro el futuro del Capitalismo con la nefasta experiencia mexicana de los años noventa en el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari). Lo cierto es que se le dio un jaque mate a los medios, a la economía colombiana, a la conciencia de Ingrid (lugar donde reposa la realidad de la sangre de su pantalón...). Pero a todo esto debo agregar que se le dio un jaque, incluso, a la Cruz Roja Internacional. Esas son las típicas actuaciones de Bush, Uribe, Mc Cain, Obama... No es de extrañar. Son caimanes del mismo pozo.
(*) Periodista. Trabajadora Social.Profesora de la Universidad Bolivariana de Venezuela marbemavarez@yahoo.es
miércoles, 23 de julio de 2008
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