lunes, 21 de abril de 2008

Crisis en la Bolsa de Valores.

Luis Britto García.

Obligada por la perenne crisis, la Bolsa se vuelve verdadera Bolsa de Valores donde se compran y venden según cotizaciones lealtad fidelidad ética honor estética patriotismo religión amor. Con la apertura de la rueda esta mañana mostraron tendencia alcista las acciones de amor representadas en bonos afectivos respaldados por la transnacional Amorco que paga salarios mínimos en las maquilas sentimentales de América Central y el Sureste Asiático. Hay rebatiña por la compra de acciones preferidas de patriotismo subastadas por oficiales de varios ejércitos de la Otan. Abren más temprano las usinas donde los trabajadores venden su fuerza de sentimientos aunque se prevén las huelgas para acortar la jornada de trabajo y permitir la reposición de la fuerza emocional. A la tarde se inicia el desequilibrio cuando el Vaticano lanza los títulos que permiten adquirir porcentajes de propiedad sobre Dios, pero al tratar de redimirlos se encuentran cerradas las taquillas del Paraíso. La Reserva Federal lanza una nueva moneda, el Invalorable, para cuantificar todo lo que no tenía valor pero ahora tiene precio. Cada vez son menos los artesanos que, en las aceras, bajo los puentes, en las más devastadas áreas de los suburbios o en las tierras inhóspitas insisten en producir con gastadas herramientas emocionales sus propios sentimientos, que ya nadie demanda. Alza en el mercado de los sueños En la medida en que no hay tecnología maligna que no termine por ser inventada se pone a punto la máquina que permite a quienes trabajan en ella transferirle sus sueños. Es necesario marcar tarjeta y cumplir minuciosamente ocho horas traspasando laboriosamente delirios oníricos para que puedan comercializarlos los patronos. Poco a poco los trabajadores de la tierra nos vamos quedando sin sueños y extrañamos incluso las pesadillas. La falta de sueño desnutre nuestro imaginario y terminamos en la inanición por carencia de insumos oníricos. En los grandes resorts de las élites se pasean los consumistas de sueños, siempre atormentados por la necesidad de ponerse en dieta de ensoñaciones o de hacer ejercicio para disminuir el sobreensueño que cada vez los aleja más de la realidad ilocalizable. El sueño de los monstruos produce la Razón. El efecto corruptor de las cuñas La sociedad no sabe realmente qué hacer ante las mil cincuenta jóvenes violadas por usar el jabón cuya fragancia enloquece a los hombres, ante los muchachos desvestidos en las calles por las mujeres atraídas por el cigarrillo de los hombres de mundo; ante el desmantelamiento de un automercado que ofrecía el detergente por el cual se pelean las amas de casa, ante los adolescentes que se apoderan de los autos deportivos sin los cuales no se sabe lo que es propiamente la vida, ante los bancos quebrados por los créditos impagables con los cuales todas las amas de casa del mundo con todas las tarjetas de débito del planeta se sobregiraron, al fin sin distancia alguna entre el deseo de los objetos y los objetos del deseo. Ideas patentadas Según lo temió Winsor MCay, alguien patenta las palabras de manera que tenemos que pagar por usarlas y algún otro encuentra cómo repatentar todas las invenciones que son ya del dominio público como el alfabeto la Ley de Gravitación Universal los números y el sistema métrico decimal. Como nada nuevo hay bajo el sol toda idea no es más que variación de otra, de manera que ya no podemos pensar sin pagar copyright ni imaginar sin cancelar derechos por la ocurrencia. Para pagar esta idea he tenido que venderme como esclavo. Una que otra voz Voz, qué quieres decirme. Ahora que las voces se liberaron de los cuerpos y andan solas por los mundos es la gran vaina, una pared de repente puede decirte te amo y al responderle no tendrás tu voz, que en este instante recita listas de aduana en Colombo o sólo refunfuñará desde un árbol, una tos, una carraspera, un atención firm de frente march y es la libertad ahora de no hacerle caso más a las voces de al dejar de prestarles atención no temer más sus engaños al disociarlas de sus fuentes escucharlas por primera vez y ahora que no dicen saber qué dicen o que nunca dijeron. Grafito mode Ha visto usted esos grafitos que se niegan a ser propaganda y rechazan venderse porque aparecen gratuitamente en los sitios menos esperados y ni siquiera tratan de convencer de nada porque no tienen otro mensaje que ellos mismos y no les importa desaparecer en la intemperie. Ayer me desnudé y con aerosoles me cubrí de mil signos estrafalarios que atraen las miradas que de todos modos no pueden escrutarme. Creía ser el único: ahora casi todos los habitantes de la ciudad del país del mundo son fiesta de colores que se apuñalan. La asociación de funcionarios Los miembros de la Asociación de Funcionarios corren por plazas, veredas, calles y autopistas dando brincos y saltos para tratar de tapar el sol con un dedo, pues temen que el sol les haga sombra. Encandilados en sus intentos de tapar al que los alumbra, no advierten que ellos mismos no arrojan sombra, pues no tienen materia y en sus esfuerzos de que los demás no adviertan al sol nadie los advierte. Arriba más arriba aún Transferida nuestra conciencia a espejeantes cuerpos de metales impenetrables, damos un saltito, caemos a la gran palangana negra del vacío y de allí a la piscina dorada del sol. Éste irá creciendo a medida que nos acercamos y los delicados músculos de metatitanio al enrojecer gemirán gimen gimieron a medida que se cargan de la prodigiosa luz del sol, pero no será nada, caemos hacia él para tomar impulso, debidamente alimentados por el baño de fotones aprovechamos la aceleración de la caída igual que un cometa, sufrimos mil gravedades y como disparados por una honda partiremos, partimos hacia las negras llanuras los ciegos vórtices los regueros de astros. Los hombres cometas libando de sol en sol, perdiéndonos hacia los polvorientos pastos de estrellas.
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