*JUAN MARTORANO.
Ahora, y en definitiva, voy a culminar estas consideraciones más que suficientes, para la renacionalización de nuestra Siderúrgica del Orinoco, creo que hay muchísimas más, pero eso las dejo para que otros compatriotas y camaradas las señalen, las describan, incluso con mayor profundidad que la de este humilde servidor, mis saludos y respetos. Si debo señalar lo siguiente: Con esta decisión tan importante para Guayana y nuestro país, se ha querido atacar, se ha querido mal poner al ciudadano Gobernador del Estado Bolívar, General Francisco Rangel Gómez y al Ministro del Poder Popular para el Trabajo y la Seguridad Social, José Ramón Rivero. No quiero hacer una defensa a ultranza de estos dos compatriotas, pero si queremos hacer justicia, también deberíamos responsabilizar al compatriota Ministro del Poder Popular para las Industrias Básicas y Minería, Rodolfo Sanz, quien también era uno de los miembros de esa Comisión de Alto Nivel para resolver esa situación. Si critico, la represión de los cuerpos de seguridad del Estado en contra de los trabajadores y trabajadoras de Sidor, tanto de la Guardia Nacional como de la Policía del Estado, porque la lucha de esos compatriotas era una lucha clasista, revolucionaria, obrerista. De las actitudes en defensa del patrono que supuestamente haría adoptado el Ministro Rivero y el ciudadano Gobernador, sinceramente señalo que no tengo las pruebas para así afirmarlo, pero será la historia, y cada uno de los habitantes de este Estado quienes juzgaran la actitud de todos los miembros de esa Comisión de Alto Nivel para ayudar en las negociaciones de Sidor. Solamente debo decir, que aún cuando estos camaradas hubiesen tenido una mayor disposición de la que no me cabe la menor duda tenían para atender y resolver este problema, la actitud intransigente, grosera,e irrespetuosa del Grupo Techint, y otras consideraciones que no viene al caso señalar, no permitían el avance y la concreción de las posibles soluciones a esta situación. De todas maneras, en entregas anteriores señalé, que el Presidente Chávez debía agotar todas las vías de negociación, y esa era una de esas instancias. Ahora bien, quiero reproducir en este artículo, una carta o mejor dicho, un informe acerca de los orígenes y secretos de un monstruo internacional y que es del año 2007, para terminar de armar el rompecabezas de las razones para su renacionalización y tener una idea muchísimo más clara del monstruo o los monstruos que están detrás de Sidor, el artículo es del señor Carmelo Paredes. "Pasión de cualquier ingeniero latinoamericano, el poderoso consorcio siderúrgico comenzó en Argentina luego del fin de la Segunda Guerra Mundial. Así fue que un ingeniero turinés que había ocupado altos cargos en la industria italiana del régimen de Mussolini, ... ... fundó en Buenos Aires junto a unos pocos amigos la "Compagnia Tecnica Internazionale", que luego el mundo, y especialmente los políticos argentinos, conocerían como Organización Techint. 60 años después, este grupo de bandera nacional es considerado por la CEPAL como una de las empresas latinoamericanas que se están internacionalizando a un ritmo mucho más rápido que en el pasado y que hasta ahora cerró la compra más importante hecha por una empresa argentina en el exterior.Dicen que ningún proceso industrial de la Argentina se podría analizar sin conocer la historia de Techint, pero justamente es lo que menos se sabe. Conocida por la calidad inigualable de sus "caños sin costura" para oleoductos y gasoductos, el holding conducido en la actualidad por Paolo Rocca es una de las pocas empresas locales que lograron combinar investigación y desarrollo al servicio de sus intereses estratégicos mientras un Estado mínimo hacía como que no veía y se comportó durante décadas como un socio bobo que ayudó como garantía en préstamos, y que nunca reclamó beneficios, aunque financió una gran parte de ese crecimiento como principal cliente de este poderoso contratista del Estado.Hace poco más de un año, la misma organización reportó ingresos superiores a los 11.500 millones de dólares, de la mano del aumento del precio del petróleo y de un mundo en expansión que consume más y más acero. Las previsiones para el año que terminó indicaban que las plantas siderúrgicas de las empresas del grupo establecidas en ocho países -Argentina, Brasil, Venezuela, México, Canadá, Italia, Rumania y Japón- producirían cerca de 16 millones de toneladas de productos de acero de diferentes tipos. Desde tubos sin costura para pozos de petróleo, tubos con costura para el tendido de gasoductos, hasta chapa laminada en caliente y en frío para la industria metalmecánica, que la transformará en heladeras, cocinas, automóviles. La capacidad instalada para producir tubos de acero sin costura es de 3.300.000 toneladas; aquella de los tubos con costura, 850.000 toneladas; y la de chapa laminada es de 12 millones. Son tan grandes las dimensiones de sus operaciones que solamente su empresa Tenaris reportó al cierre de este edición un incremento interanual del 15 por ciento en sus utilidades entre enero y marzo, de acuerdo a información difundida por la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. La parte integrante de Techint con sede en Luxemburgo informó que sus ganancias netas fueron de 509,4 millones de dólares, en el primer trimestre del año contra los 441,7 millones de igual período del 2006.Como si eso fuera poco, la compañía destaca que sus ventas netas experimentaron un alza de 50 por ciento, la ganancia operativa se incrementó 27 por ciento y las utilidades por acción ascendieron 14 por ciento. Más datos para comprender tantas ambicionesDicen los allegados a la estructura de pensamiento de esta multinacional de bandera argentina, que los cuerpos directivos de Techint no sólo se consideran los timoneles de la empresa estratégica de mayor importancia del país, sino que poseen el poder suficiente como para sugerir y dirigir los destinos de la Argentina.Quizás por eso, poco antes de la crisis del 2001, cuando la empresa registraba 4.500 millones en ventas anuales y 28.822 empleados entre la Argentina y sus controladas italianas, mexicanas y venezolanas, el holding no ocultaba sus deseos de quedarse con YPF. Así lo reconoció don Paolo Rocca en 1999, cuando se quejó de no poder conseguir crédito a tasas del 3% anual como las que logró Repsol para alzarse con la petrolera.Es que los técnicos de Techint, y no sólo ellos, sostienen que "para la Argentina hubiera sido muy bueno que YPF quedara en manos de Techint y no de Repsol. Argentina tiene una larga tradición en petróleo y así quedaba como el único país latinoamericano sin una petrolera nacional."Tales razonamientos fueron sostenidos durante años por los think thanks del establishment local, como el consultor Miguel Ángel Broda, que siempre reconoció a quien quisiera escucharlo que "es una tragedia que Techint no haya podido comprar YPF". Pero cuando el holding siderúrgico no pudo quedarse con la petrolera de bandera se preparó para la devaluación que vendría y luego se transformó en uno de los exportadores que serían aliados estratégicos de la nueva política económica de la Argentina.De aquél entonces hasta la actualidad, Techint ha vuelto a la escena por el volumen de sus operaciones que la llevan a protagonizar fricciones más que importantes. El 2007 tuvo al holding como estrella luego de conocerse la adquisición de la firma estadounidense Hydril Company en unos 2.000 millones de dólares y el anuncio de la adquisición de la siderúrgica Hylsamex por 2110 millones dólares convirtiéndose en el líder latinoamericano en aceros planos. La nueva firma se integrará en una nueva unidad industrial que incluirá a Siderar y Sidor, y facturará 5000 millones de dólares al año.La siguiente operación no ha cumplido una semana y fue por Imsa SAP, el mayor productor de acero recubierto de México que fue comprado por Ternium, el holding siderúrgico que armó el grupo Techint con Sidor, Siderar e Hylsamex. La operación se pactó en 1.700 millones en efectivo, al tiempo que el holding se hará cargo de una deuda por 1.300 millones, lo que redondea un total de 3.000 millones de dólares.Con esta operación, la compra más grande realizada por una compañía argentina en el exterior, Techint se convirtió en el líder latinoamericano en este rubro y aspira a repetir el esquema de negocios que ya aplicó en el mercado de los tubos sin costura, donde hoy es el mayor fabricante del mundo.La operación, que está sujeta a la aprobación de las autoridades mexicanas, también incluye el traspaso de la tenencia de Alfa en el consorcio Amazonia (20%), que a su vez controla Sidor, en una operación valuada en US$ 107 millones. En la actualidad, Techint tiene un 61% de Amazonia y con la adquisición de las acciones de Alfa pasará a controlar el 81 por ciento.En forma paralela a la compra de Hylsamex, el holding argentino anunció un intercambio de acciones, que incluye el canje del 12,6% que posee en Sidor por una porción de la nueva empresa que será creada. Hylsamex es la principal empresa siderúrgica integrada de México, con actividades que van desde la extracción de mineral de hierro hasta la producción de galvanizado y la atención al cliente en centros de servicios. La empresa surgió en 1991 a partir de la fusión de las firmas locales Hylsa y Galvak y en 2004 facturó 2400 millones de dólares. Y en el medio apareció ChávezEn ese contexto de expansión, y poco después de la compra de Imsa SAB, Venezuela apretó a Techint porque Sidor, no vende al mercado interno a precios competitivos. La frase "dos más dos, cuatro" que espetó Chávez a Rocca a través de la prensa complicó más los dimes y diretes, especialmente porque en esos mismos días el canciller venezolano visitó Buenos Aires.Las advertencias de Chávez de nacionalizar Sidor (grupo Techint) fue el motor para recoger utilidades en la Bolsa de Buenos Aires, maniobra que se detectó especialmente en Siderar, una de las empresas de mayor importancia en la Argentina junto con Acindar. Chávez advirtió a los directivos de Sidor que si persiste en mantener actitudes monopólicas en el mercado interno del acero se verá obligado a nacionalizarla. Según Chávez, Sidor privilegia en sus ventas de acero a empresas filiales fabricantes de tubos sin costura para la industria petrolera y deja sin materia prima a otras firmas del mismo sector, justo en un momento donde Caracas necesita más que nunca de kilómetros y kilómetros de caños para los nuevos gasoductos y oleoductos que pretende construir en su proyecto energético del sur. Los orígenes de un modelo y una estrategia de acumular poderDesde 1946 hasta la fecha, hubo cuatro Rocca al frente de Techint y en ese lapso la Argentina tuvo veinte y cinco presidentes. Nueve de ellos fueron dictadores militares y dieciséis fueron constitucionales. Pero ese derrotero de curiosa permanencia en un país del tercer mundo con una economía semicolonial de características aun extractivas, comenzó cuando el pionero de los Rocca, el ingeniero turinés Agostino, llegó a Buenos Aires. Su primera cita fue con Torcuato Di Tella, un exitoso empresario de la industria metalmecánica argentina. Según el periodista Edgardo Silveti, "era la segunda vez que se veían. La primera había sido en Italia, cuando el argentino le expuso la idea de instalar una planta para la fabricación de tubos de acero y le ofreció un puesto de consultor". Di Tella no se equivocaba, Rocca no sólo había sido el líder de Dalmine, Ansaldo y del planeamiento y construcción de Cornigliano, sino también uno de los propulsores del cambio de enfoque de la siderurgia italiana. En su tesis "Elementi per uno studio della siderurgia in Italia" propuso el diseño del ciclo integrado (de la materia prima al producto terminado) cerca de un puerto, para exportar e importar, y no necesariamente al lado de una gran ciudad, como era el paradigma de la época. Es más, Rocca llegó a la conclusión de que un país que no tuviera mineral de hierro ni carbón de coque podía tener usinas de acero siempre que eligiera muy bien el emplazamiento de un puerto en costas de aguas profundas, y que, por supuesto, eligiera una buena tecnología de fabricación. "No es un obstáculo insalvable no tener materias primas -razonaba- porque se pueden importar desde los países que los venden al menor precio y con la mejor financiación". Los mayores discípulos de esta teoría fueron los japoneses, que construyeron las acerías más grandes del mundo después de la guerra sin tener materias primas. Y no sólo construyeron acerías; sin tener bauxita ni petróleo, también construyeron grandes plantas productoras de aluminio, refinerías y plantas petroquímicas. En función de que se habían descubierto ricos yacimientos de petróleo y gas en la Patagonia, en especial en la zona de Comodoro Rivadavia, se vislumbraba el tendido de un gasoducto hasta Buenos Aires. El conducto debía ser de caños especiales, que en la jerga siderúrgica se llaman caños "con costura". Hace varias décadas Rocca le comentó a este cronista que la idea era válida pero que había que apuntar más alto: "Yo le aconsejé a Di Tella que construyera una fábrica de tubos de acero sin costura que, si bien son más difíciles de hacer, tienen mayor valor agregado y son de mayor precio. Pero él quiso una segunda opinión y le pidió consejo a una consultora norteamericana que creyó que la Argentina no estaba en condiciones de fabricar tubos sin costura, y le aconsejó la primera variante". Como asesor del proyecto, Rocca le escribió a un amigo "estoy inoculando a Di Tella el "baciluus tubulares", y si la infección se extiende terminará en una bella fábrica. El primer trabajo que encaró Techint fue la provisión de tubos fabricados en Italia y la construcción parcial del primer gasoducto argentino, que se extendía de Comodoro Rivadavia a la ciudad de Buenos Aires con una longitud de 1.800 kilómetros. La tubería pesaba 110.000 toneladas, que eran equivalentes a 14 torres Eiffel. A tono con el estilo de la época, esta formidable obra de ingeniería se llamó "Gasoducto Presidente Perón". "Rocca, que fue militar en la Primera Guerra Mundial y combatió contra los austríacos con el grado de capitán, también dio pelea en lo que llamó la batalla de Dalmine Siderca. Como consecuencia de las restricciones de productos que hubo en la Argentina durante la Segunda Guerra Mundial, los militares se habían apoderado del manejo político de varias actividades industriales, la siderurgia entre ellas. En especial, Fabricaciones Militares vio en el proyecto de la fábrica de tubos sin costura un enemigo del sector privado que invadía un área de la que eran "dueños". Fabricaciones Militares hizo fracasar a otros proyectos privados, como la construcción de un alto horno de Acindar con el apoyo de la United Steel y una planta de reducción directa de Gurmendi, una acería que hoy no existe."Según los especialistas en esta familia dinástica de la siderurgia local, "cuando se habla del verdadero imperio de Agostino, también hay que hablar de su hijo Roberto, un ingeniero mecánico doctorado en física en el MIT de los Estados Unidos, quien durante décadas trabajó al lado de su padre para diseñar y construir proyectos industriales. La saga continuó con Agostino (nieto), muerto en un accidente de aviación, y su hermano Paolo, que ahora está frente de la Organización."
Sidor es de las guayanesas y los guayaneses y de las venezolanas y los venezolanos!!!!
Hasta la Victoria siempre!!!
Patria Socialista o Muerte!!!!
Estamos Venciendo!!!!
*Abogado y Analista Político. Militante del PSUV, miembro del Batallón Canaima. Moderador del Programa "Senderos Revolucionarios", transmitido los días lunes y viernes de 6 pm a 7 pm por el Circuito "Radio Venezuela 880" AM de Ciudad Guayana, junto al Diputado de la Asamblea Nacional por el Estado Bolívar, Rafael Ríos Bolívar. jmartoranoster@gmail.com , j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario