María Alejandra Díaz
La soberanía es esencialmente inmunidad interna y externa, individual y nacional, biológica y política social. Autonomía, autodeterminación sin que nadie te imponga fines distintos a tu voluntad. Dos palabras: ¿quién manda: la gente o una potencia extranjera? Debería ser el pueblo quien gobierna y cada nación que se gobierna a sí misma (Fonte)
Actualmente, lo mejor de Occidente, sus Repúblicas soberanas luchan contra lo peor de Occidente, su declinación (ergastung) expresado como neo imperio postmoderno globalitario: la ONU, híbrido Leviatán entre poder corporativo y pseudo juridicidad transnacional.
Bodino definió la soberanía como poder absoluto, indivisible y perpetuo de una República, con poder de decisión, dar las leyes sin recibirlas de otros, pero reconociendo cierta limitación jurídica referida al derecho natural, soberano sujeto al derecho, gobierno desde el Derecho para evitar el despotismo y autoritarismo.
Sieyés señaló que radicaba en la Nación y no en el pueblo, susceptible éste a influencias y pasiones desintegradores, debiendo tenerse en cuenta el legado histórico, cultural, valores y principios con los cuales se fundó la Nación.
Rousseau añade que la soberanía se basa en la voluntad general, el soberano es el pueblo, que emerge del pacto social y como cuerpo constituyente decreta la voluntad manifestada en ley.
En 1812, el juez Marshall, presidente del tribunal supremo de EUA, enunció el principio de inmunidad de la jurisdicción de una nación en su territorio como exclusiva y absoluta, no susceptible de ninguna limitación que no fuese impuesta por ella misma. Cualquier restricción que conlleve invalidación desde una fuente externa, implicaría una disminución de su soberanía.
Señalamos que asumir fuentes externas, como Justicia Pactada Derogatoria de Atribuciones del Estado representa un peligro de nuestro derecho interno termine siendo una franquicia del sistema normativo convencional o una excepción a la regla. Soberanía amputada.
Después de la 2da guerra mundial la ONU y un puñado de naciones imponen la tesis de la inmunidad relativa o restringida. Monopolizaron el poder a través del veto, mientras el resto de los países indefensos ven cercenada su soberanía.
Configuración antidemocrática, violatoria del principio de igualdad soberana que confiere a los países igualdad en el ejercicio de la soberanía, absoluta y exclusiva sobre todo su territorio y las personas que en él se encuentren, donde ningún Estado podrá juzgar a otro "par in parem non habet imperium", principios desmantelados por la ONU y su hipocresía diplomática escondiendo intereses privados corporativos.
Hoy la ONU es el neo imperio transnacional plutocrático, desterritorializado y expansivo, que conspira contra los intereses nacionales, no sólo promoviendo guerras -van 75 después de creada- sino en su fase más atroz y simulada: doctrinas eugenésicas, climáticas y sanitarias, que afectan la vida de las naciones, desde argumentos morales, de legitimidad fraudulenta, pseudo jurídicos y pseudo científicos, alegando el interés común de las naciones y la paz mundial, imponiendo limitaciones al desarrollo soberano de las naciones y sus economías.
Aspiran imponernos un derecho imperial, que responde a los intereses no de las naciones soberanas sino del polo corporativo transnacional "una élite que captura a los Estados, extractivismo extremo de los súper ricos, dislocaciones socieconómicas, destrucción de la tierra, del agua de los recursos, dividiendo al mundo en solo dos clases: súper ricos y empobrecidos eternos, despojándonos de territorios, recursos y pretendiendo controlar, disminuir y destruir a la población de nuestros países, expulsando a la periferia pobre al 99% de la humanidad". (Sassen)
Dicha estrategia de captura y piratería se la aplican a Venezuela: la Guayana Esequiba. La ONU y su Secretario General Guterres, aliado con la ExxonMobil, favoreciendo descaradamente intereses del Truts petrolero y de Guyana la Británica, envían el caso a la Corte Internacional de Justicia quien no tiene jurisdicción, un hecho de fuerza unilateral sobre un Estado soberano.
Venezuela no reconoce dicha jurisdicción, no se ha hecho parte en el litigio, sin embargo en estricto derecho no deja de serlo. La excusa del COVID 19 no ha impedido acelerar las audiencias, violando Estatutos de 1920, convocando vía videoconferencia, sin nuestra presencia: flagrante atropello. Mientras en la disputa marítima Kenia y Somalia, por ejemplo, las videoaudiencias fueron por 3ra vez retrasadas hasta 2021. Trato desigual y discriminatorio contra nuestro país.
Queda la Corte Internacional de Justicia en entredicho, por la presión ejercida por la petrolera, Guterres -quien paradójicamente alegaba en la conferencia de cambio climático en España, que el petróleo debía quedarse en el subsuelo- ¡vaya forma de cumplirlo! cuando en alianza perversa, beneficia a Guyana, para despojar a Venezuela de manera expedita de su territorio, amputándonos el brazo oriental de nuestra patria.
Ante los ojos del mundo, mediante un acto de fuerza explotan nuestro territorio, extraen petróleo y obtienen hasta hoy 10.000 millones de dólares en forma ilegal. Geopolíticamente un espacio no dominado es uno perdido. La ausencia de una política demográfica territorial, control efectivo del territorio, inexistencia de polos de desarrollo, fragmentación e incomunicación y la traición sibilina permanente han marcado esta histórica lucha contra el saqueo al que nos han sometido.
Alertamos a los venezolanos y venezolanas: desde la ONU, en complicidad con ExxonMobil, Guyana apoyada por Inglaterra y el silencio del CARICOM, pretenden despojar a Venezuela de su territorio legítimo, previsto en el artículo 10 constitucional pues el Laudo Arbitral de 1899 está viciado de nulidad. Es una guerra del petróleo por vía pseudojurídica, lucha que se desarrolla en el mundo entero, doquiera que exista un pozo y en toda ruta de paso del petróleo. Está en juego es la libertad y a veces, la supervivencia de las naciones. Víctimas: los débiles. (Bergier & Thomas)
La estrategia de desconocer la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia tiene un límite, pues ¿y sí deciden en nuestra contra que camino nos dejarán para defendernos frente a esta impronta y despojo? ¿Tendremos que por la fuerza hacer valer nuestra soberanía e independencia e integridad territorial?
No es un asunto de parcialidades políticas ni de un gobierno, es un asunto de trascendencia histórica y del ser de la Nación, por ello debe abrirse un debate serio incluyente amplio que permita recibir los mejores aportes y soluciones para este caso vital para la integridad y la soberanía del país.
¡! El sol de Venezuela Nace en el Esequibo !!
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