Hong Kong se caracteriza por ser una región administrativa especial ubicada al este del estuario del río Pearl en la costa sur de la República Popular China. La región limita con la provincia de Guangdong y el Mar del Sur de China al este, sur y oeste. Posee una superficie total de 1104.4 km² divididos entre la isla de Hong Kong, Kowloon y los Nuevos Territorios.
Hay que destacar que en 1842, la isla de Hong Kong fue arrebatada por los británicos, a través de la Guerra del Opio, por lo cual la Isla quedo colonizada bajo el mando de la Corona Británica por 99 años aproximadamente. Después de transcurrir todas esas décadas sin garantías de Derecho y libertades para los hongkoneses, se firmó una declaración conjunta chino-británica, formalmente por los jefes de los dos gobiernos en Beijing el 19 de diciembre de 1984. El acuerdo estipulaba que Hong Kong (incluida la isla de Hong Kong, Kowloon y los Nuevos Territorios) sería recuperado por China a partir del 1 de julio de 1997. Se produjo un período de negociaciones a menudo difíciles entre Hong Kong y Beijing sobre la redacción final del documento por el cual Hong Kong se regiría bajo la soberanía china. A pesar de algunas reservas de Hong Kong, el Congreso Nacional del Pueblo ratificó formalmente la Ley Básica el 4 de abril de 1990, que entró en vigencia el 1 de julio de 1997, y estableció que la Región Administrativa Especial de Hong Kong directamente bajo el gobierno central chino. Sin embargo, en los últimos años se han incrementado las manifestaciones de los hongkoneses, debido a las reforma de leyes propuestas por Beijing que “les violan sus garantías de derechos y libertad”.
Según Santiago Castillo, en su artículo, Hong Kong, el mayor reto político de China, dice: “Desde que la soberanía de la Isla fue transferida a China en 1997, Hong Kong goza de cierto grado autonomía y diferentes garantías a las que no tienen los habitantes de china continental. Pero fue la propuesta de una reforma a la “Ley de extradición” (que permite la entrega de sus ciudadanos al Gobierno de Pekín) lo que provocó la inconformidad entre sus habitantes, donde las directrices políticas vienen de la antigua colonia británica pero la dependencia final proviene de Pekín”. Estados Unidos de Norte America, Gran Bretaña y la Unión Europea, mantienen su mirada fija en esa Isla, usando la consigna que China se opone a las libertades de los derechos de los hongkoneses, todo esto es para crear un conflicto interno, subyugar a China, para disminuir la influencia del gigante asiático en el mundo.
El 2019 fue de miles y multidinarias manifestaciones violentas en Hong Kong, debido a que la oposición Hongkonesa se sentía cuartada por Ley de extradición, la cual “viola sus derechos democráticos, su autonomía y su libertad a los hongkoneses”, claro, si hubiesen aprobado la Ley de extradición en ese año, muchos mafiosos, políticos corruptos caraduras y agentes externos que juegan a la caída del gigante asiático, apoyados por las potencias del occidente, con la aprobación de la Ley estarían en graves aprietos, ya que serían juzgados por las leyes de Beijing por tratar de destruir el sistema desde adentro.
La superestructura de los medios de comunicación del occidente en conjunto con el apoyo de los Estados Unidos de Norte América, Reino Unido y la Unión Europea, que juegan un papel bastante hipócrita con su campaña “Libertad y Democracia”, viéndolo bien, en medio de una Pandemia donde la cifras de contagiados por el COVID – 19 va en aumento, las tasas de desempleo es gigante, manifestaciones son diarias por racismo, como las ocurridas en EEUU, por el asesinato del afroamericano George Floyd en Minneapolis, en la “cuna de la Democracia”.
Hong Kong, tiene leyes de extradición con más de 20 países, entre ellos: EEUU, Reino Unido, Ucrania, Filipinas e Indonesia, algunos de esos países no destacan sus garantías en cuanto al Derecho. “El caso de Edward Joseph Snowden, se encontraba en Hong Kong cuando se desato el escándalo de vigilancia global llevado a cabo por los servicios de inteligencia de los EEUU, además durante su estancia también revelo que los ciudadanos hongkoneses y chinos habían sido monitorizados por el país norteamericano ¿Qué ocurrió? que el gobierno estadounidense, ordenará su detención fuera de su jurisdicción y por supuesto Snowden, huyó a Rusia”. Es donde podemos afirmar que los países que tienen tratado de extradición con Hong Kong, pueden entrar libremente como un país, sin pedirle permiso al gobierno de China.
Después de las violentas protestas en Hong Kong, la Ley de Extradición fue retirada, sin embargo, en el mes de mayo de 2020, los hongkoneses han entrado a una nueva complejidad con China Continental, por la nueva Ley de Seguridad que funcionará como un engranaje pero con mejor sustento con el fin, de salvaguardar la seguridad y la soberanía nacional conforme a la Constitución de China y las leyes básicas de Hong Kong, todo esto ha conllevado a la oposición hongkonesa que tienen una posición nacionalista y en muchos casos xenófoba hacia los chinos continentales a salir de nuevo a las calles porque les “viola su autonomía y libertad”. A pesar de la agitación de la oposición hongkonesa, de los medios de comunicación occidental y de la comunidad internacional, el borrador de la Ley de Seguridad fue discutido y aprobado por la Asamblea Popular de China el pasado jueves 28 de mayo con 2.878 votos a favor, uno en contra y seis abstenciones.
Esta nueva Ley, según su texto “Prohibirá cualquier acto de traición, secesión, sedición, subversión contra el Gobierno popular Central. Además, el texto establece la prohibición de organizar actividades en Hong Kong por parte de organizaciones políticas extranjeras y prohibición del establecimiento de lazos con organizaciones políticas extranjeras por parte de organizaciones políticas de Hong Kong. Todo ello con el objetivo de salvaguardar la soberanía nacional, la seguridad de intereses de desarrollo, mantener y mejorar los sistemas de “Un país, dos Sistemas”, preservar la estabilidad y la prosperidad de Hong Kong a largo plazo y salvaguardar los legítimos derechos e interés de los residentes de Hong Kong” . Es decir, como lo afirma el Sr. Ángel Marrades en su artículo Hong Kong: ¿Qué futuro?, “Esto abre la puerta a que China pueda hacer uso de agencias de seguridad, como el servicio de inteligencia Ministerio de Seguridad del Estado (MSS), para implementar la ley de Seguridad Nacional.”
Con lo antes mencionado, ya no es necesario traer a los corruptos y disidentes a la China Continental para juzgarlos, con la nueva ley de seguridad, ya que serán juzgados como lo establece la norma de la Asamblea Popular de China. Es muy evidente este cambio de postura, el cual se supone que el Partido Comunista Chino (PCCh) ya no se quedará atrás esperando los resultados, sino que va a involucrarse con todo su peso en la administración especial de Hong Kong.
Las reacciones de las potencias Occidentales
El Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Australia acusaron al gobierno de la República Popular China, de “violar sus obligaciones internacionales”.
“La decisión de China de imponer la nueva Ley sobre Seguridad Nacional en Hong Kong entre en contradicción directa de sus obligaciones internacionales, según los principios de la declaración conjunta firmada por China y el Reino Unido, legalmente obligatoria y registrada ante la ONU, declararon los jefes de la diplomacia de esos cuatro países en un comunicado conjunto”.
Toda esta algarabía de las potencias occidentales es porque el gobierno chino de una manera estratégica limita el paso del occidente de obtener ricos beneficios del potencial financiero del Puerto de Hong Kong. Hong Kong es conocido como uno de los centros financieros más importantes del mundo, con un régimen fiscal competitivo, el cual, ha atraído a muchas compañías multinacionales a sus costas. En 2019, las terminales de contenedores Kwai Chung – Tsing Yi manejaron 14.2 millones de TEU, lo que representa el 77% del rendimiento del contenedor del puerto. El 23% restante se manejó en sitios de flujo medio, la terminal de comercio fluvial, las áreas de trabajo de carga pública (PCWA), boyas y fondeos, y otros muelles.
EEUU y sus tradicionales aliados (Reino Unido, Canadá, Australia, Japón y la UE), miran con recelo al gigante asiático, porque ellos mantienen grandes intereses con Hong Kong, porque es un puerto libre, ellos no lo ven como una Isla, lo ven como un País, ya que Hong Kong, por su puertos, además, miles de millones se comercializan entre Hong Kong y EEUU, en los últimos años el comercio fue de 67 mil millones de dólares según el Representante de Comercio de los EEUU, incluyendo las importaciones por un valor aproximado de 17 mil millones de dólares que los estadounidenses compraron en Hong Kong.
En el mes de mayo de 2020, todo cambio y más en la última semana tan complejo, Donald Trump acusó a China de incumplir sus promesas en relación con el estatus de la antigua colonia británica y anunció que ha ordenado al Gobierno que inicie un proceso para eliminar “las exenciones políticas” que le dan a Hong Kong “un trato diferente y especial”. La decisión de poner fin a los beneficios comerciales es una represalia contra Pekín por haber aprobado la polémica ley de Seguridad Nacional, que busca controlar el territorio autónomo y acabar con las protestas pro democracia. Además, anunció que retira a su país de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su supuesta cercanía con el gobierno de la República Popular China.
Las acciones previstas por Trump contra el gobierno Chino, incluyen sanciones a funcionarios chinos que considere que han erosionado la libertad de Hong Kong; la suspensión de la entrada en EE UU de ciudadanos chinos que supongan un “riesgo” de seguridad, y la investigación de empresas del gigante asiático que operan en Estados Unidos. Además, no se debe omitir lo dicho por el secretario de Estado, Mike Pompeo, “Hong Kong ya no disfrutaba de la autonomía prometida por Beijing, y por lo tanto no podía seguir disfrutando de los privilegios comerciales con Estados Unidos”. Es una forma para crear incertidumbre y motivar a las protestas en Hong Kong, es decir, luchen por su autonomía y libertad, sino lo hacen serán sancionados por aranceles como lo hicieron con la China Continental, sabiendo que continuando con la Guerra Comercial imponiendo aranceles, nadie gana.
Según la agencia Reuters – China, respondió mediante el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular China Zhao Lijian, dijo: “No aceptaremos ninguna interferencia extranjera, y ante las acciones equivocadas de las potencias externas al interferir en Hong Kong, tomaremos las medidas necesarias para responder”.
En el artículo China: una nueva guerra fría con EE.UU. por Hong Kong, El sinólogo español y director del Observatorio Política China en Beijing, Xulio Ríos, considera que la iniciativa legal sobre Hong Kong “abre un nuevo frente de conflicto con EE.UU., que no hará sino empeorar las relaciones bilaterales en los próximos meses con el añadido de la polarización derivada del proceso electoral de noviembre”. Una guerra comercial, imposición de aranceles en ambos lados, eso acarrea a incrementar la crisis en medio de la Pandemia, sin embargo, a Donald Trump, le conviene esa guerra a muerte con china, porque gana dividendos para su reelección en noviembre de 2020, a pesar de la crisis interna producto de infectados por el virus COVID – 19, violencia racial y más de 40 millones de desempleados, tiene guindando en un hilo a la administración Trump.
Marvin Mijares
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