Esmeralda García Ramírez
Los incrementos de la gasolina que se sucedieron en el país durante la IV República, ocurrieron producto de las medidas neoliberales impuestas por los organismos internacionales (Banco Mundial y FMI) a los gobiernos de turno. Los más famosos fueron los aplicados por Carlos Andrés Pérez, que dio origen al famoso "Caracazo". Terminó Caldera con otras medidas salvajes, cuyo promotor fue su ministro Teodoro Petkoff (conocido como socialista y guerrillero), quien con su famoso "estamos bien, pero vamos mal", terminó hundiendo a las clases sociales del país. Chávez aumentó el precio del combustible por primera vez en el año 2009, fue necesario en vista de la crisis internacional que afectó a Venezuela, no generó impacto en la población venezolana. El presidente Maduro la incremento en el año 2016, aun así se posicionaba como la más barata del mundo; no causó explosión social, pues los incrementos que se suscitan en el país en los productos de primera necesidad siempre se han dado porque los empresarios los realizan cuando quieran y como quieran, con aumento o no de gasolina, con control de precios o sin éste, con acuerdos gubernamentales o sin ellos; su objetivo es ir en contra de la población venezolana, alterando o desviando los lineamientos del gobierno nacional. Según un informe publicado por la Consultora Global Petrol Prices, en mayo de 2019, Venezuela era el país con la gasolina más barata del mundo, su precio se ubicaba en Bs. 0,00, no tenía precio en el mercado mundial; pero los que están al frente de su servicio (civiles y militares, vivitos rojos rojitos) la vendían al precio que les satisfacía. No haber incrementado la gasolina, dejarla tanto tiempo sin un costo justo, fue un acto de procrastinación que el ejecutivo debió haber tomado desde hace tiempo, debido a que su postergación afectó la economía del país y aceleró más la corrupción.
Aunque tardía, aplaudo la medida del presidente Maduro de incrementar la gasolina, puesto que no era una decisión fácil por las condiciones económicas en que se encuentra el país, por la derecha extremista mercenaria que puede aprovechar cualquier espacio para generar conflictos, por las sanciones de Washington y sus lacayos, por la pandemia que terminó de llevarnos a una recesión económica, entre otros factores. Ha sido una decisión valiente, con mucho profundidad y consideración de la situación del país, con la disposición de destinar estos ingresos a las políticas sociales y con la confianza de un pueblo que apoyaba tal medida (se estima que cerca de un 80% aprobaba este aumento), será un gran avance y un paso para realizar los cambios y ajustes no solo en esta materia, sino también para impulsar otros en el ámbito económico y social. El incremento del combustible es un acto necesario que debe encaminar la reestructuración de la economía, para que el mismo sea justo, equitativo y que todos los sectores tengan acceso sin la intermediación de los que tienen el control del mismo, especialmente en el sector alimentos. Ilustro algunos ejemplos de los costos de algunos productos en Venezuela necesarios y no básicos para cotejar la incongruencia que vivimos, las políticas salvajes que aplica el sector empresarial y la inequidad existente en los rubros para su adquisición: una gaseosa de dos litros oscila en Bs. 200.000, una bombona de gas comercial de 43 kilos, 10 dólares (equivalente a Bs. 2.000.000), una bombona de gas "Nevado Gas", en Mérida (antes PDVSAGAS, absorbida por el protectorado), Bs. 400.000;¸un kilo de harina de maíz Bs. 200.000; de carne Bs. 700.000; de pasta Bs. 280.000, un kilo de queso Bs. 500.000; un rollo de papel higiénico Bs. 125.000; un litro de gasolina a precio internacional 0.5 dólares; un litro de gasolina subsidiada en Venezuela Bs. 5.000 (120 litros igual a Bs. 600.000, Bs. 150.000 semanal), un litro de gasolina y gasoil al transporte público Bs. 0.00 (es regalada, es subsidiada en 100%, solo en Venezuela), anteriormente un litro de gasolina era vendida mínimo hasta en 20 dólares; salario integral actual, Bs. 800.000.
Es imperativo que el gobierno nacional revise nuevamente los precios de los productos de primera necesidad, a los fines de que esta medida pueda tener la efectividad esperada en la población, la cual debe ir encaminada con un estricto control por el cumplimiento de los mismos del sector empresarial, por parte de la ineficiente SUNDDE, de lo contrario la especulación y el salvajismo de la burguesía empresarial seguirá dominando la economía venezolana y no el gobierno, en detrimento de las clases más humildes del país. Es notable que los acuerdos fueron una estrategia más para engañar al pueblo, pues algunos rubros sufrieron más incrementos de los ya establecidos, otros varían de acuerdo al disparate (disparidad) cambiaria. También es urgente que el gobierno retome el control del servicio de gas doméstico en el país, en vista de que las gobernaciones y protectorados que lo asumieron no han dado respuestas efectivas que beneficien realmente al pueblo venezolano. Una bombona de PDVSA Gas en cualquiera de sus presentaciones es más costosa hoy que un litro de gasolina, esto es contradictorio, debe estar en el justo equilibrio; mientras que en el ámbito comercial, las familias deben hacer un pote para poder adquirirla en vista de que el sueldo no alcanza, aquí es urgente revisar los costos tan exacerbados de este servicio. Desde la desaparición de los productos por parte del empresariado, los venezolanos aprendieron a sustituir (por ejemplo), el papel higiénico por agua; pero para cualquier dama, de 12 a 50 años de edad, este es un producto de primera necesidad, así como las toallas sanitarias; adquirirlos son realmente un lujo por sus altos costos. Ni hablar de la carne, queso, o harina, cuyos altos costos capitalistas pactados en los acuerdos fueron para terminar de desaparecer a la clase trabajadora, especialmente al sector público. Una familia compuesta por 4 ó 5 miembros, consume semanalmente más de un kilo de harina (de arroz, de carne, o papel), todos sobrepasan el gasto semanal de un tanque de gasolina) y el ingreso salarial mensual es desproporcional, solo cubre 4 harinas, dos bombonas de Nevado Gas, o casi la mitad de una bombona de gas comercial.
El presidente Maduro apostó por mejorar el ingreso de los trabajadores, extensivo a los pensionados, toda vez que es consciente de que el mismo no alcanza para cubrir las necesidades básicas, producto de las sanciones impuestas que ha conllevado a la baja productividad petrolera, ubicada en diciembre en 912.000 barriles por día (según cifras del gobierno a la OPEP), frente a los 3.2 millones de hace una década. Es necesario replantear las políticas de precios para que el venezolano pueda alcanzar una mayor calidad de vida y no seguir haciendo sacrificios banales si por el otro lado los que conducen la economía transan con el enemigo del pueblo, profundizando la desigualdad; debe reconducir las políticas fiscales, especialmente hacia aquellas grandes empresas que especulan contra el pueblo y obligarlos a comprometerse con la recuperación del país. Todos los esfuerzos serán en vano si no se aplican los correctivos necesarios. Así como fue demorado el aumento justo y equitativo de la gasolina, será también irracional, antiético e insensato no asumir y atacar hechos puntuales que hasta ahora también han sido actos de procrastinaciones que vulneran la economía del país. Con la verdad ni temo ni ofendo. Nuestros sacrificios son un compromiso con la paz, no una sumisión con los que atentan contra ella.
Licenciada en Administración
esmeraldagarcia2309@gmail.com
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