Maryclen Stelling
Bolivia grita auxilio, denuncia el cerco mediático que transmite la
“verdad oficial” y -en su lucha contra el discurso político dominante-
abre caminos a nuevas miradas, a otras dinámicas de participación
ciudadana y a la construcción de otro relato político, el de los pueblos
indígenas, el de la represión, el de la resistencia y la lucha.
Con la participación de la ciudadanía en la circulación y en la alimentación mediática de informaciones y contenidos, se crea el simbólico Canal Prensa Wiphala. Canal que se define como una prensa “100% independiente y auto gestionada; comprometida con “la verdad y los DDHH”; implicada en la denuncia y condena del Golpe de Estado y abocada a recoger los “relatos de la Bolivia real”.
Narrativa transmediática que traduce, tanto el conocimiento objetivo como el subjetivo en relatos de violencia, asedio represión y muerte. La rabia e impotencia de las madres; los gritos de los estudiantes. Las narrativas del golpismo cívico-policial-militar y del desgarramiento político-social. En resumen los relatos de la tragedia que vive el pueblo boliviano. Narrativas que destacan las creencias, valores, mitos e identidades desde la perspectiva de los pueblos originarios. Relatos construidos desde el corazón de la Bolivia rebelde, que denuncian al mundo la represión a través de contenidos audiovisuales documentales e información periodística. Relatos construidos desde la vivencia de unos actores del proceso comunicacional, que dejan de ser emisores y receptores para tornarse en activos interlocutores y productores de una compleja narrativa que trasciende las fronteras bolivianas.
Una vez más queda evidenciada la estrecha relación entre el orden político y el sistema mediático; la relación entre la comunicación transmediáticas con el poder, contrapoder y control social, dando lugar a lo que hoy se conoce como transpoder mediático.
Transpoder que levanta la bandera de la plurinacionalidad que representa el color de la resistencia y la lucha de los pueblos originarios. Bandera que dice presente en la coyuntura actual y en la resistencia de Bolivia. Bandera reconocida como símbolo del Estado Boliviano por la Constitución de 2008.
Resistencia al grito de Wiphala que “se respeta…lo que representa y lo que significa”
Con la participación de la ciudadanía en la circulación y en la alimentación mediática de informaciones y contenidos, se crea el simbólico Canal Prensa Wiphala. Canal que se define como una prensa “100% independiente y auto gestionada; comprometida con “la verdad y los DDHH”; implicada en la denuncia y condena del Golpe de Estado y abocada a recoger los “relatos de la Bolivia real”.
Narrativa transmediática que traduce, tanto el conocimiento objetivo como el subjetivo en relatos de violencia, asedio represión y muerte. La rabia e impotencia de las madres; los gritos de los estudiantes. Las narrativas del golpismo cívico-policial-militar y del desgarramiento político-social. En resumen los relatos de la tragedia que vive el pueblo boliviano. Narrativas que destacan las creencias, valores, mitos e identidades desde la perspectiva de los pueblos originarios. Relatos construidos desde el corazón de la Bolivia rebelde, que denuncian al mundo la represión a través de contenidos audiovisuales documentales e información periodística. Relatos construidos desde la vivencia de unos actores del proceso comunicacional, que dejan de ser emisores y receptores para tornarse en activos interlocutores y productores de una compleja narrativa que trasciende las fronteras bolivianas.
Una vez más queda evidenciada la estrecha relación entre el orden político y el sistema mediático; la relación entre la comunicación transmediáticas con el poder, contrapoder y control social, dando lugar a lo que hoy se conoce como transpoder mediático.
Transpoder que levanta la bandera de la plurinacionalidad que representa el color de la resistencia y la lucha de los pueblos originarios. Bandera que dice presente en la coyuntura actual y en la resistencia de Bolivia. Bandera reconocida como símbolo del Estado Boliviano por la Constitución de 2008.
Resistencia al grito de Wiphala que “se respeta…lo que representa y lo que significa”
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