Esmeralda García Ramírez
Mérida es uno de los veintitrés estados que conforma la división político territorial del país, su capital le hace honor a su nombre (antes conocida como la Ciudad de Los Caballeros). Nuestra encantadora urbe que ha conquistado a poetas, músicos y hasta a unido a almas de diferentes culturas de la geografía venezolana merece darle un espacio desde esta trinchera, en virtud de su estado de abandono, desidia y falta de amor de sus dirigentes (gobernador, alcalde y protector). A sus hijos les duele la falta de atención por parte de quienes tienen en sus manos la administración pública de este estado, especialmente la ciudad de Mérida. Siendo que la administración pública es un elemento especialmente importante en lo que respecta al correcto funcionamiento del Estado en general, ya que gracias a las acciones que de aquí se deriven se pueden poner en práctica toda la toma de decisiones para llevar a cabo sus funciones y sus objetivos, con efectividad, eficacia y eficiencia, con principios éticos especialmente de quienes conducen, dirigen y administran el erario público. Mérida es grande para los merideños y pequeña para sus gobernantes: los emeritenses consideran su ciudad como un lugar muy especial tanto por su naturaleza como por su gentilicio; mientras que cada gobernante, especialmente los alcaldes, elegidos por los merideños, no han sabido atender las necesidades básicas de sus ciudadanos, cada alcalde derechista que la ha administrado ha superado al otro en ineficacia e ineficiencia: Léster Rodríguez se destacó en primera línea por no enfrentar el "problema" de la basura. Carlos García (prófugo de la justicia), se dedicó a guarimbear, por eso no le dio tiempo de atender sus funciones como alcalde, a tal punto que superó a su maestro Léster. El actual alcalde, Alcides Monsalve, le quedó pequeña también la ciudad de Mérida, no ha podido resolver ningún problema de la ciudad, más bien los ha agravado por omisión y negligencia. El gobernador de Mérida, Ramón Guevara, se le reconoce que anda a pie por nuestra ciudad —tal vez sus escoltas de lejos—, fácil de abordar y de dialogar, distinto al anterior gobernador Alexis Ramírez, que anduvo rodeado de escoltas, un cordón a su alrededor que solo trajo rechazo por parte de los merideños. Sin embargo, Guevara no estaba preparado para gobernar y hoy lo demuestra con un estado abandonado, una ciudad afectada por la contaminación ambiental, por el retraso de los pagos a los trabajadores del ejecutivo, por la ausencia de políticas en materia de salud y alimentación, por su dedicación a los guarimberos e impulsar la ilegitimidad de este gobierno apoyando a figuras anticonstitucionales que se creen presidente, entre otras faltas de acciones. El Protector de Mérida, aún no termina de convencer su papel real; parece más bien protegido de sus escoltas que protector de Mérida. La intervención de Aguas de Mérida debería ser, como mínimo, su punto de honor para tratar con eficiencia y de manera expedita el problema del agua para apuntalar su liderazgo; pero cada vez más la falta del vital líquido se hace más crítico y ante esta situación no existen planes de contingencia para superar el mismo. Los constituyentistas por el estado Mérida tienen, entonces, un papel muy importante que asumir: servir a los merideños e instar a su gobernador y alcaldes a ejercer las funciones de acuerdo con lo dispuesto en leyes y ordenanzas.
Nos sentimos desprotegidos sin alcalde y sin gobernador, sin leyes que nos amparen y sin autoridad en ninguna competencia, lo cual agrava más la crisis ya no solo en lo económico, sino en lo social y político, lo cual la convierten en lo que es hoy: 1. En un basurero. Las calles y avenidas la convirtieron en un vertedero de basura, para los alcaldes la basura es un "problema" y no un factor de gestión que le puede generar ingresos a su municipio. Liubliana, capital de Eslovenia es la ciudad que más recicla sus desechos, el 98% de sus residuos lo gestiona en material bruto; pero el alcalde merideño instala conteiner en las principales avenidas y atractivos turísticos de la ciudad para que la gente deposite allí sus desechos, contaminando y afeando la ciudad; en otros lugares la basura la recogen cada quince días o la queman los guarimberos. Es una vergüenza el rostro que hoy presenta nuestra ciudad. 2. El transporte público se ha convertido en una anarquía. Un servicio que cada día más está presto a abusar de la paciencia de los merideños. Aquí el pasaje urbano se equiparó con el de Caracas, cuando las rutas internas son más cortas que las de la capital. La mafia de los sindicatos del transporte impera en la ciudad y el alcalde les sigue su juego. Estos se paran cuando les da la gana y el gobierno municipal no aplica sanciones a los profesionales del volante. 3. A oscuras, no solo por el apagón sino porque los guarimberos destruyeron los postes de luz, por ende las principales avenidas, parques y plazas carecen de alumbrado. 4. Desde las pagodas de Mérida se insta a la más asquerosa incitación a la xenofobia, a la impunidad; los sotanás junto a Baltazar enseñan al pueblo a que sirva con sumisión a sus amos y a odiar a los chavistas, a los que impulsan la paz y al diálogo. 5. No conforme con este mal, se ha utilizado a nuestra Universidad de Los Andes, para dirigir Golpes de Estado contra el presidente legítimo, a promover el odio contra quienes piensan distinto, la pluralidad de pensamiento en la ULA dejó de serlo cuando el rector y su equipo impusieron sus intereses por encima de la libertad del resto de la comunidad universitaria, usando los espacios para hacer proselitismo político y promover el cese de actividades afectando a los estudiantes y al pueblo en general. 5. El centro de compras de verduras y hortalizas se ha convertido en un mercado persa, donde impera la anarquía de los comerciantes, vendedores informales y bachaqueros. Los merideños se trasladan a hacer sus compras en pleno centro de la ciudad (en la avenida 2, desde las calles 18 hasta la 24), ya que trasladarse hasta el mercado municipal es muy costoso. Los consumidores y transeúntes se tiran a las calles para realizar sus compras o para transitar; mientras, los vehículos transitan libremente sin ningún tipo de control, lo cual ha generado accidentes. El alcalde desconoce que se deben reubicar, o cerrar ese perímetro vial para evitar más accidentes, bajo la supervisión de la alcaldía y un estricto control de los desechos que se generan. La administración también es servir, poner a la disposición todas las herramientas necesarias para alcanzar el bienestar común. 6. Una SUNDDE corrupta que se hace el indiferente con el incremento de los precios, con la variabilidad del valor del producto al que someten al pueblo tanto por punto de venta como en efectivo. 7. Un sistema de entrega de productos CLAP dudoso desde la ruta de su pago hasta la entrega. Los precios de las cajas CLAP o de bolsas de alimentos en cada comunidad son distintos, en unos sectores se entregan de manera más consecutiva que en otros; los precintos de seguridad de la caja o bolsa son violentados; el beneficiario recibe los mismos desconociendo la legalidad de su contenido.
Las fallas, debilidades y/o errores que estamos cometiendo como revolucionarios, desde nivel central hasta local, desde cada consejo comunal, comuna, hacen que fortalecer más a la derecha venezolana. Este es el momento histórico para rescatar a la ciudad de Mérida y a su estado, con las TRES R, con las TRES R2, con los cinco, o seis, o veinte motores, con las estrategias que se diseñen; pero con las personas idóneas, comprometidas y capaces con la revolución. Hay mucho por hacer y solo juntos lo lograremos, para ello debemos asumir el compromiso de la lucha a favor de la justicia, contra la corrupción y el rescate de nuestra bella Mérida, la misma que otorgó el título de Libertador a Bolívar y hoy pretenden pisotearla los pequeños gobernantes.
Fecha: 29/03/2019
Licenciada en Administración
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