*JUAN MARTORANO.
Para el momento en que escribo estas líneas, llevamos 24 días de una agresión sin precedentes en la historia contemporánea de mi país. Una acción de envergadura basada en un sabotaje al sistema eléctrico venezolano, asimilable a los bombardeos que han ocurrido en países como Iraq o Siria.
Cierra el primer trimestre del año 2019, e indudablemente esta acción se reflejará en un impacto considerable en lo económico, además de la parálisis obligada en la que han sumido al país un grupo de mercenarios y terroristas. Creo que se impone el momento de que el sistema de administración de justicia se imponga, al igual de la autoridad del Estado y la activación de los sistemas de contención democrática.
Indudablemente el momento impone tener nervios de acero y la calma y la cordura. Soy uno de los primeros defensores de esos lineamientos del ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros. Pero con el respeto que debo tener al dirigirme al Jefe de Estado venezolano, quiero complementar esas líneas dadas por él con la siguiente consideración.
El intento por parte de Juan Guaidó de entrar en la plaza Alí Primera de la parroquia El Valle de la ciudad de Caracas, capital de la República, parroquia ésta además donde vivió y se crió el presidente Nicolás Maduro, constituye a todas luces un acto de provocación y de ensayo de los actos de violencia que conformarán la tan cacareada “Operación Libertad”. Creo que esto no puede ser desdeñado ni subestimado de buenas a primeras y hay que tomar debida nota de este accionar.
Si nos ponemos a pensar a la par de los estrategas del Estado Mayor terrorista (léase Voluntad Popular) el enfrentamiento sería inminente y es eso lo que no se quiere y hay que evitarlo a toda costa. Ese es el lineamiento del Alto Mando Político y Militar de la Revolución. Pero es importante señalar que durante el evento en El Valle, unos camaradas patrullaban en el sector, y aunque los medios de comunicación no lo hayan informado, se presentó una escaramuza que afortunadamente no llegó a mayores. Aunque suene duro y se vea crudo, se está perdiendo la paciencia por parte de las bases revolucionarias, ya que la premisa de “Calma y Cordura” no se sabe hasta cuándo se podrá soportar sobre todo si tomamos en cuenta que los tiempos para hacer justicia se siguen dilatando tanto. Ciertamente los tiempos de la justicia no son los mismos de la revolución, y es importante reconocer que el estado psíquico de algunos sectores vulnerables de la población está afectado, además de la paciencia, la calma y la cordura.
1.- La táctica del goteo
Es bueno recordar que una gota de agua constante puede perfectamente hacer un hoyo en una piedra. No olvidemos esto.
Los halcones imperiales son expertos en el uso de la “táctica del goteo”. A propósito del inicio del mes de abril resulta oportuno recordar esto. Esta táctica del “goteo” en estos instantes tiene que ver con el goteo pernicioso de los sabotajes eléctricos que tiene el claro objetivo de minar la relación pueblo- gobierno.
No se puede permitir que se vuelva costumbre y se naturalice en el imaginario colectivo de que sectores mercenarios y terroristas se salgan con la suya, al igual que las mafias. El Gobierno Bolivariano y diferentes instancias del Estado venezolano han sido demasiado permisivas, y esto pudiera resultar contraproducente y hasta peligroso en estos momentos, ya que hemos llegado a un punto en que esta permisividad le está haciendo un gravísimo daño al país y al pueblo en general. Y que este daño se ve reflejado en el ámbito económico, social, político, cultural.
Por primera vez en muchísimo tiempo, estamos ante el peligro real y ante la amenaza de que la revolución pierda el apoyo popular, de que los enemigos de la patria logren erosionar suficientemente la base social y política que sustentan al Gobierno Bolivariano, para en el momento en que ellos consideren oportuno, lanzar el zarpazo. El pueblo está cansado de recibir golpes, se busca que perdamos la fe en el actual sistema de justicia y se busca establecer la percepción de que el Gobierno Bolivariano es incapaz de proteger a su pueblo. De seguir este estado de cosas, no debería sorprender a nadie que se comiencen a observar acciones de calle (incluido de sectores descontentos del chavismo) que comiencen a exigir y a clamar: ¡QUE SE VAYAN TODOS!
Y es ante ese escenario que nos quiere llevar el imperialismo; táctica que le ha resultado exitosa en muchas otras partes del mundo.
“¡Es llegada la hora del Contracanto! El tiempo de la ruptura.
¡JUSTICIA! Está clamando el pueblo. El gobierno y el Estado como un todo no puede quedarse de brazos cruzados so pena de autodestruirse. Indudablemente que la prudencia es buena en momentos como este, pero también es bueno recordar que todo tiene un límite. “Al que se inclina tanto se le ve el culo”, como dicen los españoles.
2.- El sabotaje eléctrico
En cuanto a esta acción terrorista que ya va para tres semanas en Venezuela, podemos formularnos como hipótesis que el Gobierno Bolivariano y sus técnicos se han centrado en el “cerebro central” del sistema eléctrico buscando solucionar el problema, pero es necesario advertir que pueden haberse descuidado otros componentes auxiliares menos complejos pero vitales para el funcionamiento de la red eléctrica. Un ejemplo de ello sería el famoso sabotaje realizado por la CIA a un muy importante y vital gasoducto soviético en el año de 1982.
Tal acción de sabotaje consistió en uno de los mayores de la guerra fría entre EEUU y la URSS. Dicha acción de sabotaje consistió en que EEUU envió información tecnológica falsa a la URSS cuyo resultado fue la mayor explosión no nuclear jamás producida y el colapso de la economía soviética.
La historia la cuenta Tomas C. Reed en su libro "At the Abyss: An Insider’s History of the Cold War"; la autenticidad de esta historia la corrobora el diario Granma (El diario oficial del gobierno cubano) en este artículo, del que podemos extraer el siguiente párrafo: “Dada la enorme transferencia de tecnología en radares, computadoras, máquinas-herramientas y semiconductores de Estados Unidos a la Unión Soviética, podría decirse que el Pentágono estaba en una carrera armamentista consigo mismo”.
La historia comienza en 1970, año en que la KGB crea una división llamada "El directorio" especializada en la inteligencia industrial de la tecnología de los países occidentales. Esta división operaba a través de los agregados comerciales de las embajadas, que además de obtener información directamente se encargaban de construir una red de agentes en empresas y laboratorios.
La existencia de esta red, que funcionó con una increíble eficacia, fue descubierta en 1981. Ese año, el coronel Vladimir Vetrov contactó con los servicios secretos franceses y les pasó un dossier, que se conocería con el nombre de "expediente Farewell", con todos los detalles de la operación, incluyendo la lista de agentes infiltrados y los planes en curso. El presidente francés, Francois Mitterrand, le entrego este dossier al presidente estadounidense, Ronald Reagan, durante la cumbre del G7 que se celebró en Julio de 1981, en la ciudad canadiense de Ottawa.
Reagan puso este expediente en manos de la CIA, cuyos analistas quedaron asombrados ante las enormes dimensiones de la infiltración soviética. De este informe se deducía que buena parte de la industria soviética estaba funcionando con “tecnología occidental robada”; se podía decir que Estados Unidos estaba subvencionando el desarrollo del ejército soviético. No cabía duda de que el KGB había hecho un trabajo inmejorable.
Tras conocer los resultados del análisis, Reagan decidió que estos hechos exigían venganza, así que encargo al director de la CIA, Bill Casey, preparar la represalia. El encargado de diseñar esta operación fue Gus W. Weiss, un analista experto en tecnología.
La idea de Weiss fue muy simple: Hacer llegar a los soviéticos un programa defectuoso que hiciera fallar su gasoducto. Para ello, colocaron una versión modificada del programa en el lugar donde los agentes rusos lo robarían, versión que incorporaba una bomba lógica que, pasado un tiempo de funcionamiento normal, ordenaría el cierre de las válvulas y la aceleración de las bombas, provocando así el estallido de las tuberías.
El plan de Weiss entusiasmo a Ronald Reagan, con lo que en enero de 1982 recibió luz verde; así la empresa canadiense que producía el software de control se "dejo robar" por los soviéticos.
El éxito de esta operación se constató el verano de 1982. En una fecha indeterminada, los satélites espía estadounidenses detectaron una gigantesca explosión en un lugar no revelado de la Unión Soviética, tan potente que los analistas estadounidenses (los que no estaban al corriente de la operación de sabotaje) pensaron que se trataba de una detonación nuclear. La explosión se produjo en un lugar despoblado, así que no hubo víctimas mortales.
Este incidente tuvo otro efecto: la paralización de la economía soviética. Los soviéticos desconocían el alcance del sabotaje, así que se vieron obligados a poner en cuarentena y revisar todas las tecnologías que habían investigado y obtenido en los últimos años.
3.- La anécdota del Kótex
En Estados Unidos hay la costumbre de llamar popularmente un producto por el nombre de su marca de fábrica. Por ejemplo: Kótex, que es la famosa marca de una famosa toalla sanitaria o prenda íntima muy utilizada por las mujeres durante el período de la menstruación.
En el ámbito de la inteligencia, se le llama coloquialmente “Kótex” a personajes como el “Obama” reencauchado y autoproclamado “presidente interino” que son usados y luego desechados. Son artículos desechables, de un solo uso.
El mote de marras surge de una anécdota que se cuenta acerca de una conversación entre Kissinger y el presidente Richard Nixon durante el período de planificación del golpe militar en Chile en contra de Salvador Allende.
Se cuenta que Kissinger le dijo a Nixon: “presidente, los muchachos de la CIA me dicen que en Chile necesitan un personaje que podamos utilizar para que cargue con toda la sangre que va a correr durante la operación, de manera que el traje blanco impoluto de nuestra democracia no se manche ni con una sola”. A lo que Nixon contestó: “Henry, parece que lo que tú necesitas es un Kótex”.
La anécdota del Kotex parece muy útil. Y en esto que tome nota tanto el camarada Diosdado Cabello como El G/J Vladimir Padrino López, ministro del Poder Popular para la Defensa y vicepresidente sectorial de soberanía, política, seguridad y paz. Pienso que sin que esto atente contra el espíritu de bonhomía y buen humor de nuestro pueblo, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, y Comandante en Jefe de la FANB debe comportarse como ESTADISTA. En estos momentos no es presidenciable andar bailando en tarimas por doquier. Eso no es propio de un estadista y mucho menos en tiempos de crisis. Si no: ¿Acaso vemos a Putin o a otros estadistas haciendo esas payasadas?
Por otro lado, si Rusia y China están comprometidas con la seguridad territorial de Venezuela, entonces considero que ha llegado el momento de dar el jaque mate a la ficha imperial en el país, sin el temor a una acción militar gringa como represalia. El imperio da muestras clarísimas de haber sido derrotado en Venezuela y por eso vemos las bravuconadas y acciones desesperadas de los halcones.
Estamos en el momento para que salgan las fuerzas de acciones especiales de cuerpos de seguridad y de las FANB, a fin de cazar algunos lobos que andan por allí y que los hay en campos y ciudades; y a pescar algunas focas, que hay muchas en el mar. Hay muy buenas presas terrestres y marinas.
A buen entendedor…
¡Leales siempre! ¡Traidores, nunca!
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
*Abogado,Activista por los Derechos Humanos,Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@sSocialistas (http://juanmartorano. blogspot. com /http:// juanmartorano.wordpress.com). jmartoranoster@gmail.com .@ juanmartorano (Cuenta en Tuiter).
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