*JUAN MARTORANO.
Si algo debemos destacar, es que
el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está siguiendo muy de
cerca la situación de Venezuela. De buenas fuentes, se sabe que una de las
primeras cosas que hace al despertar e iniciar sus rutinas de trabajo al frente
del Salón Oval, es revisar muchos papeles e informes sobre la situación de
nuestro país.
El as bajo la manga que tenía y
considera que tiene Trump es Venezuela. Él sabe que nuestro país tiene los
recursos para poder sustentar su modelo de desarrollo y salir de la crisis
capitalista que hoy agobia al gigante del Norte. Realizo una alta apuesta al
retirar sus tropas de Siria, y en otras partes del mundo, porque daba como un
hecho la toma de nuestro país. No en balde, para este asunto, comenzó a jugar
cuadro cerrado con su vicepresidente Mike Pence, su Secretario de Estado y ex
director de la CIA, Mike Pompeo y su asesor de seguridad nacional, John Bolton.
Los demás que se han pronunciado sobre este tema, como el caso del senador
republicano Marco Rubio, es solo una ficha táctica, y por ende, fácilmente
prescindible.
Es importante destacar que el
actual mandatario estadounidense está muy molesto con su cachorro “White Dog”,
y no le falta razón. Se ha gastado mucho dinero para recuperar el control de
Venezuela, y a pesar de todas las acciones realizadas, Nicolás Maduro continúa
al frente de los destinos del país. “White Dog” es uno de los agentes formados
por la CIA desde hace más de 10 años (el mismo tiempo que invirtió EEUU para la
inoculación del cáncer con el que fue asesinado Hugo Chávez) para retomar el
control político del país ubicado al norte de Suramérica.
Si detallamos bien, más allá del
discurso altisonante del perrito faldero del imperio, su rostro y gestos, lo
que se conoce como comunicación no verbal denota no solo stress, sino desespero
y su incómoda situación ante sus jefes norteños. La fecha de caducidad del
adalid de la oposición se ha adelantado, debido a los errores inexcusables que
ha cometido en el mes y medio de su “gestión autoproclamada”.
Las pérdidas en las que ha caído
el gobierno de EEUU para lograr el cambio de régimen en Venezuela, se calculan
en miles de millones de dólares, y los gringos, y en concreto Donald Trump, no
tienen mucho tiempo para esperar. En la medida que transcurra el año 2019 y se
acerqué el 2020, los escenarios podrían colocárseles cuesta arriba a la actual
administración, debido a que las elecciones presidenciales en ese país las
tienen prácticamente a la vuelta de la esquina, y una aventura bélica durante
un año electoral resultaría totalmente inconveniente a la aspiración de
continuar al frente del Salón Oval por parte del actual Jefe de Estado de USA.
Y si a eso le agregamos que el
senador Bernard “Bernie” Sanders (de
tendencias socialdemócratas) ha anunciado su precandidatura presidencial, y si
el stablishment lo deja y no lo asesina antes, se alzaría con la nominación demócrata
para inscribir su candidatura, y posteriormente disputarle la presidencia a
Donald Trump (en la coyuntura de 2017, todos los sondeos apuntaban que si Trump
se medía electoralmente con Sanders, éste último lo hubiese derrotado con todo
y lo arcaico del sistema electoral estadounidense) es lo que tiene al borde del
desespero al actual mandatario norteamericano. Y Venezuela sería un valioso
trofeo que exhibir, de cara a sus aspiraciones reeleccionistas.
Por ello, la jugada del “White
Dog” de lograr aglutinar la suficiente fuerza como para lanzarse una marcha
hacia el Palacio de Miraflores, en una reedición del 11 de abril de 2002, o en
su defecto, implementar de manera sesgada, la aplicación del artículo 187
numeral 11 de la CRBV, es porque sabe que sus jefes imperiales no le darán una
nueva oportunidad para que logre el derrocamiento de Nicolás Maduro de la
Presidencia de la República, y les entregue Venezuela.
Importante es que tengamos muy
claro que el acto terrorista y de sabotaje a nuestro sistema eléctrico nacional,
debe ser catalogado como un acto de guerra sin ningún tipo de complejos, así
como lo ocurrido en las instalaciones de Petro San Félix en el estado
Anzoátegui, de servicios públicos y de transporte masivo en estas últimas
horas. De ahí que salga el remanente de los funcionarios diplomáticos
estadounidenses del territorio venezolano, porque las cosas pueden tornarse
realmente feas.
Al respecto, el portal
laiguana.tv publicó un muy buen trabajo titulado: “Gobierno en la sombra y
parálisis estratégica: Hipótesis de conflicto para Venezuela”. Este trabajo
recomiendo leerlo detenidamente. En una próxima oportunidad podemos comentarlo con
detalle.
La planificación de ponerle la
mano a Venezuela data de hace más de 10 años, tiempo en el que se aprovechó,
como ya lo señalé, la inoculación del cáncer de Chávez, así como la formación
de un conjunto de jóvenes que se podrían convertir en sus potenciales sucesores
(Yon Goicoechea, Freddy Guevara, Gaby Arellano, Lorent Saleh, David Smolansky,
el cachorrito que pretende ser “presidente interino”, entre otros) pero que
agarraran la línea de USA. De ahí el panorama y la realidad que quiero llamar
la atención en estas líneas.
Si “White Dog” no logra la
denominada “marcha sin retorno” , o la aprobación del uso de una misión militar
extranjera liderada por EEUU en Venezuela, que logre el derrocamiento de Maduro
y el establecimiento del “Gobierno de Transiciòn”, solo le quedarían tres
opciones: Que sea encarcelado, ya que el Fiscal Tarek William Saab y el
Tribunal Supremo de Justicia, al parecer se han puesto en la tarea que les
corresponde; el exilio, ya que huiría como ya han hecho otros dirigentes de la oposición,
y sea rápidamente olvidado por la base antichavista; o la muerte, ya que sea
ejecutado por órdenes de sus propios amos. Así de sencillo.
Si el “White Dog” no cumple con
la tarea que le dieron los gringos, estos evidentemente dejarán de apoyarle, y
colocaran toda su apuesta en otra ficha. De ahí lo develado por Diosdado
Cabello en el programa “Con el Mazo Dando”, al señalar la jugada en la que
estarían personeros de Acción Democrática, y en especial Henri Ramos Allup, para
apoyar la captura, o en su defecto la salida del juego de “White Dog”, y
colocar al “1er vicepresidente” de la actual Asamblea Nacional Insubordinada,
el diputado Edgar Zambrano (quien es ficha de Ramos Allup) como el nuevo “presidente
encargado”.
Esto devela el tremendo arte de
maniobra por parte del partido Acción Democrática, pero eso será tema de otro
artículo.
Lo cierto es que los múltiples
errores cometidos por “White Dog” hace que cuente con cada vez menos respaldo
de la CIA, el Departamento de Estado y de la propia presidencia del país del
norte a su figura, por lo que ya lo consideran como “desechable”. Él sabía muy
bien que tenía que salir de Maduro muy rápido, y no cumplió con esa tarea.
Y peor aún, le prometió a EEUU
que no se preocuparán, pues les dijo que tenía el control de los militares, del
pueblo y de varios actores en el país. Les prometió a los gringos que en
Venezuela se reeditaría lo sucedido en Ucrania con la revolución de colores o
la primavera árabe, y fracasó en esa tarea.
Y debe saber el cachorro imperial
que con los gringos no se juega, y que su derrota supone la derrota de Donald
Trump en todos los sentidos, y de cara a las elecciones presidenciales en ese país
en el año 2020 como ya fue explicado párrafos más arriba.
En caso de que el “White Dog” sea
finalmente desechado, y pese a la victoria táctica que obtendríamos en este
pulso geopolìtico, no obstante el peligro aumentaría. Ya que la injerencia
directa del imperio hará que el escenario del magnicidio contra del Presidente Nicolás Maduro, y el
resto de los integrantes del Alto Mando Político y Militar de la Revolución
cobra pertinencia y vigencia y aumente como opción por parte de los halcones
imperiales.
Esto porque se manejan algunas
informaciones que ya hay un funcionario de la CIA, con la disposición de 250
millones de dólares para el asesinato del actual Jefe de Estado venezolano, sea
éste de manera convencional, como lo intentaron aquel 4 de agosto de 2018, o de
manera no convencional (caso de Hugo Chávez). Incluso la operación de “tocar” a
no menos de 5.000 generales y almirantes, relativamente cercanos a Maduro,
estaría en marcha, lo que aumentaría a 1.250.000.000 de dólares, para acabar
con su vida.
En fin, así están planteadas las
cosas en este momento en la actual coyuntura.
¡Leales
siempre! ¡Traidores, nunca!
¡Bolívar
y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria
Siempre!
¡Independencia y
Patria Socialista!
¡Viviremos y
Venceremos!
*Abogado,Activista por los
Derechos Humanos,Militante Revolucionario y de la Red Nacional de
Tuiter@sSocialistas (http://juanmartorano.blogspot. com /http://juanmartorano.wordpress.com). jmartoranoster@gmail.com .@juanmartorano (Cuenta en Tuiter)
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