*JUAN MARTORANO.
Hace ya seis días, el
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, en
uso de sus atribuciones constitucionales, ha procedido, como uno de los
legitimados de conformidad con el artículo
348 de nuestro texto constitucional, proceder a la convocatoria a una
Asamblea Nacional Constituyente.
Pues bien, desde mi
óptica, es importante destacar que ante el interés por obtener
información sobre este proceso, es importante destacar que ha faltado
claridad en la transmisión de la información y de lo que
debería ser este proceso. Sin duda, comparto el criterio del colega
abogado y amigo Enrique Tineo Suquet, de que este proceso no es lineal,
pero si es importante dotarlo de pedagogía y simplicarlo de manera que
todo el pueblo lo pueda entender, puesto que
la campaña enemiga empezó temprano, como en 1999, a objeto de
desfigurar y boicotear desde ya esta iniciativa.
Elemento que no van a lograr, pero que debemos cuidar al extremo.
En estos momentos, en el
país hay una proliferación de “constitucionalistas” similar a la de
“oncólogos” durante la coyuntura de la enfermedad y posterior
desaparición física de nuestro Comandante inolvidable
Hugo Chávez. En este momento, sin desmeritar el interés y el
incontenible deseo de participación popular que se ha desbordado en las
calles, si es importante orientar y documentarse sobre este
trascendental tema.
Recuerdo que en el año
2007, cuando Hugo Chávez propuso la reforma constitucional y fui formado
y capacitado por la Asamblea Nacional de aquel entonces como
facilitador para explicar el proyecto de reforma, el
cual no pudimos aprobar, comenzamos por un primer elemento sobre las
maneras de cómo pudiésemos ajustar nuestra Carta Magna, el libro de
todos. En este momento quiero permitirme hacer el mismo ejercicio en
este artículo, a objeto de que tengamos conciencia
de la transcendencia de la iniciativa de convocatoria de esta nueva
fase del proceso constituyente realizada por el Jefe del Estado, Nicolás
Maduro, el pasado lunes 1 de mayo de 2017.
Una primera manera de
proponer cambios en nuestra Constitución es a través del mecanismo de la
enmienda constitucional, que de conformidad con el artículo 340 de
nuestra Carta Magna, consiste en la adición o modificación
de uno o varios artículos del texto constitucional pero sin afectar su
estructura fundamental.
Importante es recordar
que el 15 de febrero de 2009, los venezolanos y venezolanas fuimos
consultados a través de este mecanismo para proponer la postulación
indefinida de los cargos de diputados a la Asamblea
Nacional, y Consejos Legislativos estadales; de gobernadores y
gobernadoras, alcaldes y alcaldesas y del Presidente o Presidenta de la
República, es decir, se enmendaron los artículos 160, 162, 174, 192 y
230 de nuestro texto constitucional, lo que posibilitó
la presentación de la candidatura de Hugo Chávez en las presidenciales
del año 2012.
Y como el mismo texto
constitucional lo expresa, en este mecanismo no se afectaron los
principios ni la estructura fundamental de nuestra Carta Magna.
El segundo mecanismo es
el de la reforma constitucional, que de conformidad con el artículo 342 y
siguientes, tiene por objeto una revisión parcial del texto
constitucional y la sustitución de una o de varias
de sus normas que no modifiquen su estructura y principios
fundamentales.
Recordemos que hace diez
años, luego del triunfo incontrovertible del Comandante inolvidable
Hugo Chávez, el mismo hizo la propuesta al país de los cinco motores
constituyentes: 1.- Reforma Constitucional; 2.-
Ley Habilitante; 3.- Moral y Luces; 4.- Nueva Geometría del Poder y 5.-
Explosión del Poder Comunal.
Es decir, hace diez
años, el Comandante inolvidable y Presidente de la República, Hugo
Chávez, probó la figura y el mecanismo de la reforma constitucional, a
los fines de adecuar la misma a los tiempos que se
vivían en aquel entonces. También es bueno recordar que en ese momento,
la correlación de fuerzas en el parlamento y en buena parte de los
gobiernos de la América Latina y caribeña nos favorecía, era un momento
histórico distinto al actual, y por eso consideró
el Comandante la utilización de esta figura, a los fines de poder
ajustar el texto constitucional a esa realidad que vivíamos en aquel
entonces.
Ahora, cuando se plantea
el mecanismo de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente,
ahí la cosa es mucho más densa, se trata de un diálogo más profundo. Es
por ello, que me permitiré transcribir textualmente
el artículo 347 del texto constitucional:
Artículo 347: El
pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente
originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar a una Asamblea
Nacional Constituyente
con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución.
(Resaltado y subrayado del articulista).
Es decir, no se trata de
una mera “reforma” del texto constitucional, sino de lo que realmente
se trata es de hacer una revolución completa, general, profunda. La
Asamblea Nacional Constituyente no solo buscará
redactar una “nueva constitución”, sino que tiene la tarea ciclópea de
transformar el Estado y crear un nuevo ordenamiento jurídico.
Uno de los elementos con
los que desde ya el fascismo trata de atacar la convocatoria de esta
Asamblea Nacional Constituyente, es a través del planteamiento de que el
“madurismo” se enfrenta al “chavismo”, y es
ahí donde me quiero permitir realizar algunas consideraciones y
desmontar esta tremenda falacia.
El propio Presidente de
la República, Nicolás Maduro, ha expresado que en el país no existe
madurismo, lo que existe es CHAVISMO, hasta el punto que él se considera
el primer Presidente de la República chavista,
así que no hay tal contradicción entre chavismo y madurismo.
Por otro lado, desde
1999 el país ha estado en un proceso constituyente. Simplemente que de
acuerdo a las teorías del Poder Constituyente originario, el mismo se
pudiera catalogar en tres etapas o fases: Una primera
fase, de convocatoria del mismo; una segunda fase, la Asamblearia
propiamente dicha, la cual vivimos en 1999 y de la cual haremos algunas
consideraciones y tomaremos algunas referencias en próximos artículos; y
la fase ejecutiva, que fue que luego que aprobamos
la nueva Constitución, como ocurrió en 1999, fuimos a un proceso de
relegitimación de todos las ramas del Poder Público, y de ejecutar los
postulados de esa Constitución.
Pero como estamos en un
proceso incipiente de establecimiento de un Estado Democrático y Social
de Derecho y de Justicia, y las realidades políticas, económicas y
sociales no son estáticas, pétreas, sino dinámicas
y cambiantes, esa misma Constitución estableció mecanismos abiertos y
flexibles para poder adecuarse y ser ajustada a esas realidades.
Amén de que en los
últimos 18 años de proceso revolucionario, han venido apareciendo un
conjunto de sujetos históricos y nuevos actores políticos, sociales,
económicos y culturales que en el debate constituyente
de 1999 no fueron visibilizados.
Cuando culminó la fase
asamblearia constituyente de 1999, muchos pensaron que la tarea estaba
terminada, a lo que el Comandante inolvidable expresó: “No estimados
camaradas, solamente hemos cumplido un paso, ya
que este proceso Constituyente continúa”.
Es decir, desde mi
óptica, estamos viviendo el mismo proceso constituyente que se inició en
1999, sólo que en una nueva etapa, y en otro momento histórico y bajo
unas nuevas realidades.
Y sin duda, como el
mismo Presidente Maduro lo ha expresado, esta convocatoria a esta
Asamblea Nacional Constituyente, será el desencadenante histórico que
debe conducir a nuevos derroteros y a nuevas victorias
a la Revolución Bolivariana en esta nueva etapa, si hacemos las cosas
bien y como debemos hacerla.
Haciendo un primer
paralelismo de la convocatoria de la ANC en 1999 con respecto a esta de
2017, es que ambas sin duda constituyen desencadenantes históricos. En
1999, luego de aprobada la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez a través de los 49 decretos leyes
de la habilitante de 2001, dio muestras de impulsar las
transformaciones que el país demandaba, atizando las primeras
contradicciones de clase que devinieron en un sangriento Golpe de
Estado en abril de 2002 y el sabotaje- paro económico y petrolero de
diciembre de 2002 hasta febrero de 2003; pero también desató la primera
oleada de gobiernos progresistas y revolucionarios en el continente (La
llegada de Lula en Brasil, los Kirchner en
Argentina, Evo en Bolivia, Correa en Ecuador, la vuelta de los
sandinistas en Nicaragua, Sánchez Cerén en El Salvador, etc) .
Y pudiéramos inferir,
que el fascismo criollo, en coordinación con sus pares internacionales,
le tienen tanto culillo a esta propuesta, sin duda audaz, con riesgos,
con amenazas, con asechanzas para nuestro proceso,
pero no por ello menos corajuda, valiente, chavista y que se constituye
en una oportunidad de poder profundizar nuestro proceso revolucionario,
de conducir nuestra Revolución por el camino de la irreversibilidad y
del no retorno al pasado capitalista, como
en alguna oportunidad lo señaló el diputado mártir, Robert Serra.
Es por ello, que luego
de observar ese extraordinario programa “Con Amorín” donde fue
entrevistada la colega, extraordinaria camarada y amiga, una de las
mejores comunicadoras que tiene este país, y me estoy refiriendo
a la abogada María Alejandra Díaz Marín, donde proponía que hay que
explicar lo que es una Asamblea Nacional Constituyente y el por qué de
su convocatoria en este momento histórico, es que me ha inspirado a la
producción de varios artículos en ese sentido,
a los fines de poder coadyuvar y canalizar este debate hermoso que
apenas comienza.
Sin duda, como el mismo
Carlos Marx lo señaló en alguna oportunidad: “La historia a veces se
muestra, unas veces como comedia, y otras veces como tragedia”. Y en
algunas ocasiones, los ciclos históricos pareciera
que se repiten.
No podemos olvidar
también que el primer constituyentista del país, Simón Bolívar, expresó:
“Las constituciones deben ser revisadas cada diez años, para poder
adecuarla a los tiempos políticos, sociales, culturales
de un pueblo”. Esta máxima bolivariana fue seguida a pie de juntillas
por Hugo Chávez, en las propuestas de reforma en 2007, la cual no fue
aprobada, y de enmienda en 2009, la cual si pudimos aprobar, y la
continúa el Presidente Obrero e hijo de Chávez, Nicolás
Maduro, en este año 2017
Y no podía iniciar este
debate y este aporte que dejo al pueblo, sin hacer estas consideraciones
políticas, ideológicas, porque el proceso constituyente por el que nos
tocará afrontar en las próximas semanas y
meses por venir, requiere de la mayor claridad y conciencia político
ideológica, porque el Derecho Constitucional, y sobre todo este debate
constituyente, primero es antes que nada político, y luego deviene en lo
jurídico.
Y es en ese sentido, que
hay que evitar caer en las trampas leguleyas que desde ya juristas de
la derecha están realizando, para tratar de frenar, de confundir, de
enrarecer y desfigurar esta Constituyente que
ha prendido y ha calado en el alma de nuestro pueblo. No estoy
expresando tampoco que no haya que explicar los fundamentos jurídicos y
constitucionales de esta propuesta, todo lo contrario. Es adoptar la
pedagogía y tocar la conciencia y el alma del pueblo,
para que pueda comprender, en su justa dimensión, la transcendencia de
la convocatoria que nos ha realizado el Presidente Nicolás Maduro. Y
es por ello, que los leguleyos del
fascismo que fracasarán en sus intentos.
Y esto también será una
tremenda incógnita acerca de si la oposición participará o no en las
elecciones de los constituyentistas. Tan transcendental ha sido esta
propuesta, esta convocatoria a un diálogo más profundo
a través de la Asamblea Nacional Constituyente, que esto pudiera
constituirse en un elemento que divida aún más a la oposición
venezolana, ya que extra muros, he tenido el conocimiento de que algunos
sectores de esa oposición tienen serias intenciones de participar
en esta ANC, incluso postulando candidatos. Eso lo saludaríamos y lo
aplaudiríamos, porque es lo que el país nos está demandando.
Sin duda estamos ante
una nueva cita con la historia. Y de verdad que somos privilegiados de
estar viviendo este actual tiempo histórico, donde algunos de nosotros
podremos señalarle a nuestros hijos y nietos,
que pudimos vivir dos asambleas nacionales constituyentes, y de que
tuvimos la oportunidad de escribir esa nueva historia patria.
A mis lectores y
lectoras, muy pendientes, porque seguiremos en estas entregas explicando
aspectos sobre este proceso constituyente.
No puedo cerrar este
artículo, agradeciendo a los compañeros y compañeras presentes en el
Ministerio del Poder Popular de Educación Universitaria, Ciencia y
Tecnología donde iniciamos estos conversatorios sobre
este proceso constituyente bolivariano; así como las Librerías del Sur
en la esquina de Gradillas y a la Sala de Planificación y al equipo
político en los Magallanes de Catia, que han sido los lugares donde
hemos podido compartir saberes e impresiones acerca
de esta invitación que nos ha formulado el Presidente Nicolás Maduro.
Y de más está decir, que
estoy a la orden y a disposición de los estudiantes , campesinos,
campesinas, movimientos de mujeres, comunas, consejos comunales, y las
diversas formas y organizaciones del Poder Popular,
para seguir compartiendo reflexiones y saberes en el marco de esta cita
con la historia que nos han formulado.
Además, esta coyuntura permitirá saber quién es quién.
Y quienes serán los que decidirán subirse al autobús y quienes decidirán quedarse a un lado de la historia.
Por ahora lo dejaremos
hasta aquí, pero pendientes de los próximos artículos donde continuaré
realizando consideraciones importantes acerca de este proceso
constituyente.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
¡Hasta la Victoria Siempre!
*Abogado,Activista por los DerHumanos,Militante Revolu y dela Red Nacional
Tuiter@s Socialistas ( http://.juanmartorano.blogspot
com /http:juanmartorano.worpress. com).jmartoranoster@g mail
,j_martorano@hotmail.com , _. a . @juanmartorano ( en Tuiter
No hay comentarios:
Publicar un comentario