Carola Chávez
Durante la pasada semana santa, la cámaras de comercio, hotelera y turismo de Margarita y algunas personalidades de la isla, denunciaban indignados que una mano peluda había emprendido una campaña sucia que tenía el propósito de desviar al turismo a otros destinos distintos a nuestra isla. Como el peor ciego, no veían que aquella supuesta campaña no era sino el resultado de su propia campaña antigubernamental. Años de declaraciones, tuits, artículos de prensa donde pintan una isla cayéndose a pedazos, un infierno rodeado de agua, una trampa mortal.
Pasó la semana y, a pesar de que muchos valientes ignoraron a la vocecita interna que les gritaba ”No vayas a Margarita” y vinieron a pasar unas vacaciones maravillosas en nuestras islas, los numeros no fueron los deseados. La campaña había hecho lo suyo.
Había que encontrar a un culpable y lo encontraron rapidito: El gobierno. A una conocida viajera que se dedica a recomendar destinos turísticos nacionales se le prendió el bombillo: “La campaña la hicieron los boliburgueses para comprar los hoteles de la isla a precio de gallina flaca”. Algunos genios incluso afirman que el carísimo Hotel Tibisay es de la malvada Tibisay Lucena, que es tan malvada que le puso su propio nombre al hotel solo para perturbar la paz de sus distinguidos huéspedes y de quienes acuden cada fin de semana a sus salas para disfrutar “los stand up shows” de Chataing, Emilio Lovera o Laureano Márquez. Malvada y masoquista Tibisay.
Hoy, preparando una catastrófica temporada de vacaciones escolares, la más larga, la más provechosa, la Cámara de Comercio de Margarita se vuelve e clavar el cuchillo creyendo que se lo clava a Maduro. En su declaración denominada “Ante la crisis, Nueva Esparta no se rinde”, se rinden y exhortan al gobierno a que declare una crisis en nuestra entidad y pida que ayuda internacional, “que vengan distintos organismos que siempre han estado presente en situaciones de crisis y catástrofes, como el terremoto de Haití, el deslave de Vargas y el sunami de Indonesia”. Supongo que la imagen de una Margarita devastada, como Haití post terremoto, debe mover a millones de turistas a soñar con sus vacaciones aquí. “Papi, sería lindo pasear entre escombros y las huellas que dejó la muerte. ¡Vamos, no seas maluco!”
Después lloran.
Durante la pasada semana santa, la cámaras de comercio, hotelera y turismo de Margarita y algunas personalidades de la isla, denunciaban indignados que una mano peluda había emprendido una campaña sucia que tenía el propósito de desviar al turismo a otros destinos distintos a nuestra isla. Como el peor ciego, no veían que aquella supuesta campaña no era sino el resultado de su propia campaña antigubernamental. Años de declaraciones, tuits, artículos de prensa donde pintan una isla cayéndose a pedazos, un infierno rodeado de agua, una trampa mortal.
Pasó la semana y, a pesar de que muchos valientes ignoraron a la vocecita interna que les gritaba ”No vayas a Margarita” y vinieron a pasar unas vacaciones maravillosas en nuestras islas, los numeros no fueron los deseados. La campaña había hecho lo suyo.
Había que encontrar a un culpable y lo encontraron rapidito: El gobierno. A una conocida viajera que se dedica a recomendar destinos turísticos nacionales se le prendió el bombillo: “La campaña la hicieron los boliburgueses para comprar los hoteles de la isla a precio de gallina flaca”. Algunos genios incluso afirman que el carísimo Hotel Tibisay es de la malvada Tibisay Lucena, que es tan malvada que le puso su propio nombre al hotel solo para perturbar la paz de sus distinguidos huéspedes y de quienes acuden cada fin de semana a sus salas para disfrutar “los stand up shows” de Chataing, Emilio Lovera o Laureano Márquez. Malvada y masoquista Tibisay.
Hoy, preparando una catastrófica temporada de vacaciones escolares, la más larga, la más provechosa, la Cámara de Comercio de Margarita se vuelve e clavar el cuchillo creyendo que se lo clava a Maduro. En su declaración denominada “Ante la crisis, Nueva Esparta no se rinde”, se rinden y exhortan al gobierno a que declare una crisis en nuestra entidad y pida que ayuda internacional, “que vengan distintos organismos que siempre han estado presente en situaciones de crisis y catástrofes, como el terremoto de Haití, el deslave de Vargas y el sunami de Indonesia”. Supongo que la imagen de una Margarita devastada, como Haití post terremoto, debe mover a millones de turistas a soñar con sus vacaciones aquí. “Papi, sería lindo pasear entre escombros y las huellas que dejó la muerte. ¡Vamos, no seas maluco!”
Después lloran.
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