*JUAN MARTORANO.
En el día de ayer, el Presidente
Nicolás Maduro se encontraba en el estado Anzoátegui, y sin duda me gusto mucho
la disposición que mostro y los elemento de su discurso. Es justicia reconocer
que el hijo de Chávez como que ha comenzado a entender la gravedad de la actual
situación, y es por eso que ha planteado: “Si queremos la paz, debemos
prepararnos para derrotar la Guerra No Convencional que vive nuestra Patria en
estos momentos”.
Igualmente, señalo Maduro que la
derrota a la Guerra No Convencional le brindará una base de paz a Venezuela. Esto
es totalmente cierto, y en esto acompaño al Presidente Maduro porque tiene que
ver con todas las advertencias que le he venido formulando en mis modestos
aportes.
En cuanto a la utilización por
primera vez en casi 17 años de Revolución y de la aprobación de nuestra
Constitución, la Asamblea Nacional adeco burguesa utilizó la figura del voto de
censura para remover al hoy Ministro del Poder Popular para la Alimentación,
Rodolfo Marcos Torres. No pretendo hacer
juicios de valor sobre la gestión de este servidor público, ni de satanizar el
uso de esta atribución constitucional por parte del parlamento burgués contra
este compañero, pero por el desacato una vez más por parte del Poder
Legislativo tomado por la burguesía, a una sentencia del máximo Tribunal de la
República, las sesiones del martes 26 y la de ayer jueves 28 de abril anulan y
son írritas todas las decisiones que haya tomado el Parlamento, hasta que se
acoja nuevamente a la legalidad. Así que desde mi modesto punto de vista, y con
el respeto del caso, no era necesario que el Presidente Maduro dictara un
decreto para desconocer una decisión de la Asamblea adeco burguesa, que los
juristas entendemos como que nunca se hubiera dado, y nunca hubiese existido.
Además de ello, y de conformidad
con el artículo 21 de la Ley Orgánica Sobre Estados de Excepción, como estamos
viviendo y fue decretada una Emergencia Económica, y mientras éste este
vigente, están suspendidas temporalmente, en las leyes vigentes, los artículos
incompatibles con las medidas dictadas en dicho decreto.
Todos debemos saber, aún cuando
no soy economista, que en esta ciencia económica y social hay una teoría que se
denomina “teoría de las expectativas”. Esta se basa, fundamentalmente que la
fuerza de una tendencia a actuar en determinada forma depende de la fuerza de
la expectativa de que el acto esté seguido por un resultado determinado y de
lo atractivo de ese resultado para el individuo. En términos más prácticos, la
teoría de las expectativas dice que un empleado se motiva para ejercer un alto
nivel de esfuerzo cuando cree que ese esfuerzo llevará a una buena evaluación
de su desempeño; una buena evaluación dará lugar a recompensas
organizacionales, como bonificaciones, incrementos de salario o un ascenso; y
las recompensas satisfarán las metas personales del empleado.
En el caso venezolano, en la
Cuarta República habían altos precios, represión de las más brutales,
exclusión, pobreza; pero hay gente que en esa época fue una de las mejores de
Venezuela porque tenía “anaqueles llenos” y una serie de aparentes beneficios
que le hacían sentir importante, cuando de lo que realmente se trataba era de
que se nos entregaban migajas de lo poco que nos otorgaba la clase dominante
que gobernó este país durante más de 500 años.
Ahora, si vemos al Gobierno
Bolivariano haciendo esfuerzos por una gestión correcta, adecuada, de atender y
solucionar los graves problemas que vive el país, pero los medios de
comunicación nacionales e internacionales sobredimensionan nuestros actuales
problemas, los exageran, los sacan de contexto, pues es lógico que las
dificultades se agraven, de acuerdo a esta teoría que acabamos de citar.
En buena medida, la situación de
acaparamiento, especulación, boicot a nuestra economía se debe al rol que los
medios de difusión y propaganda de la derecha han tenido en esta coyuntura, y a
la muy mala política comunicacional de nuestro Gobierno Bolivariano. Este es un
elemento estructural que viene desde la gestión de nuestro Comandante Hugo
Chávez ciertamente, pero nunca es tarde para recordar una vez más, que debemos
mejorar la comunicación política con nuestro pueblo, para que éste pueda
entender en todo su contexto y complejidad la situación que hoy vivimos en
nuestro país, que es a escala continental y mundial incluso.
Fíjense que emplee el término
comunicación política y no política comunicacional. La primera tiene que ver con una disciplina
de la ciencia política y de la comunicación, que se ocupa de la producción, la
difusión, la diseminación y de los efectos de la información, tanto a través de
los medios de comunicación masiva, cuanto de los interpersonales, en un
contexto político. Esto incluye el estudio de los medios de comunicación, el
análisis de los discursos de los políticos y aquellos que están tratando de
influir en el proceso político; así como de las conversaciones formales e
informales entre los miembros del público, entre otros aspectos.
La finalidad de estas estrategias
son: el ejercicio del poder, para que las decisiones tomadas por las instituciones
sean asumidas; la distribución del poder entre aquellos que participan en las
decisiones; y la realización del bien público, pues es deber para con la
sociedad la comunicación de las decisiones que afectan directamente a la
sociedad a la que representan.
La segunda, y aquí m apoyo en la
definición que da la UNESCO sobre este elemento: “la política comunicacional es
un conjunto deliberado de principios y normas que deben regir el
funcionamiento y la utilización de los medios de comunicación y de información
al servicio de los objetivos democráticamente elegidos por las comunicaciones
nacionales y por las normas de un país.
Un poco esto para dar una
introducción a los elementos que quiero permitirme proponer en este artículo y
en esta segunda entrega.
Para el momento en que escribo
estas líneas, me preparo para participar en la movilización este próximo
domingo, que es 1 de mayo, día del trabajador y la trabajadora, de la clase
obrera a nivel internacional, y Venezuela no será la excepción. En Venezuela se
libra una batalla que decide en buena medida el destino de la humanidad. Y los
trabajadores y trabajadoras venezolanos y venezolanas con conciencia de clase,
no sólo marcharemos por nuestros derechos y reivindicaciones, sino en contra de
la injerencia y de las amenazas que el imperialismo gringo tiene en contra de
la Patria de Bolívar y Chávez.
Y seguramente, el Presidente
Obrero y Chavista, Nicolás Maduro, en el ejercicio de la justicia social que lo
ha caracterizado como continuador de la senda de Chávez, decretara un nuevo
aumento de salario para los trabajadores y trabajadoras. Aquí es en donde me
permito lanzar una propuesta, por enésima vez de establecer un férreo control
de precios, que se publique en Gaceta Oficial los precios de los rubros
esenciales, y también a través de los medios de comunicación y del Sistema
Bolivariano de Comunicación e Información (SIBCI), para que los Consejos
Locales de Abastecimiento y Producción, los incipientes CLAP ejerzan el control
social y la corresponsabilidad, para frenar no sólo el fenómeno del bachaqueo,
sino la grosera especulación que confisca el poder adquisitivo de la clase
trabajadora, de los humildes, de los explotados, de los proletarios.
Le tomamos la palabra al
Presidente Maduro de que urge hacer algo en contra de esta Guerra No
Convencional que vive nuestra Patria. Y en ese sentido debemos contribuir a la
organización popular.
Otra de las propuestas tiene que
ver con no asignarle más divisas a empresas de maletín y que se prestan a los
planes de desestabilización económica contra nuestro país. Que el Estado asuma
la importación de materia prima, y de las semillas para sembrar, en caso de ser
necesario.
Definitivamente debemos asumir la
responsabilidad con las fuerzas del Estado y con la autoridad democrática que
nos da la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, nuestra
arquitectura jurídica política y nuestro pueblo, ya esta bueno de darle divisas
a los que conspiran de frente.
Debemos enjuiciar y poner en la
cárcel a los que conspiran y traicionan a nuestra Patria. A los que la venden
por un “plato de lentejas”. Estamos en Guerra. ¿Alguien lo duda?
La realidad objetiva nos muestra
que ciertamente hay un malestar en las calles, pero los escuálidos, la derecha,
los fascistas o como queramos llamarlos
no son alternativa de solución a nuestros actuales problemas. Son las
fichas del imperio yanqui que pretenden entregar las riquezas de nuestro
sagrado territorio. Que escoja pues el pueblo, entre el imperio y la esclavitud
o la Patria y la libertad.
También como un necesario de
autocrítica, no observo una campaña por parte de nuestro Ministerio del Poder
Popular para la Comunicación e Información (MINCI) y de nuestro Sistema
Bolivariano de Comunicación e Información (SIBCI), donde se responsabilice a
los principales responsables de las agresiones económicas contra nuestro
pueblo: a la MUD. Ellos son los que
motorizan el acaparamiento, el desabastecimiento selectivo e inducido, la
especulación, el paramilitarismo, las mafias terroristas. Pareciera que el
MINCI estuviera paralizado, ya que no produce campañas para que el pueblo
entero esté clarito de quienes son los responsables del por qué nuestro país está
pasando muchas penurias.
Debe el MINCI activarse y
realizar estas campañas. Personas con talento y capacidad los tiene. Allí está
el gran documentalista y periodista Rafael Ortega, Jordán Rodríguez, Hernán
Canorea y otros que pueden montarse en ese trabajo. Pongámonos a trabajar en
esta dirección.
Y esto no quiere decir que
exoneremos de responsabilidad a aquellos funcionarios públicos o funcionarias
públicas, guardias nacionales, policías, entre otros, que se dejen corromper y
se sumen a estas redes de bachaqueros y de mafias, pero las cosas hay que
ponerlas en su justo valor y lugar.
E igualmente, y como lo señaló el
Presidente Maduro y el diputado Diosdado Cabello: Empresa que se paralice,
empresa que debe ser tomada por el Gobierno Bolivariano y la clase obrera y
ponerla a producir.
De momento, dejamos esto hasta
aquí, pero pendientes con nuestras próximas entregas y seguiremos haciendo
propuestas.
¡Bolívar y
Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la
Victoria Siempre!
¡Independencia
y Patria Socialista!
¡Viviremos
y Venceremos!
*Abogado, Activista por los Derechos Hum
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