Por Toby Valderrama y Antonio Aponte
Cuenta
una leyenda celta que un Dios le dio a los gobernantes la habilidad de
mentir. Con la mentira podían salir de muchos problemas, sus
deficiencias imputárselas a otros, sus fallas taparlas, y de esa manera
podían gobernar con cierta imagen de eficiencia. Resulta que los
gobernantes abusaron de ese poder de mentir, y el Dios, irritado, los
condenó a creerse sus propias mentiras y a que su pueblo las
descubriera: así cada mentira era tiempo menos de mandato.
Quizá
Fidel conocía el peligro de la maldición celta cuando sentenció que
“Revolución es no mentir jamás”. Es así, un gobierno podrá subsistir
durante un tiempo encaramado en la mentira, pero una Revolución que
mienta tiene los días contados, no es Revolución.
Esta
Revolución nuestra surgió con vigor porque el 4 de Febrero Chávez optó
por no mentir, dijo la verdad: “Por ahora, los objetivos planteados no
se han cumplido". No salió por allí inventando excusas, posesionando
etiquetas pendejas, buscando éxitos de pantalla de televisión.
La
mentira cubre una realidad que no se quiere mostrar, pero sólo la
cubre, no la resuelve, la deficiencia queda allí y tarde o temprano
aflora y destruye el castillo en el aire. La mentira nunca está sola,
una mentira exige otras mentiras, y ya el camino de la verdad no se
puede retomar a menos que se haga una profunda autocrítica. Pero la
costumbre de mentir, de resolver con mentiras, talla a los gobernantes
en la molicie, no se enfrentan las adversidades, las tapan.
Los
gobernantes nuestros debían pensar en estas reflexiones, que no son
nuestras, son de nuestros grandes líderes. Dejar los triunfos de
etiquetas de twitter, de pantalla de televisión, dejar de endosar las
culpas al primero que pase, y enfrentar las adversidades que tenemos,
empezando por las fallas de la propia Revolución. No es posible que
todos los males se deban al imperio y ninguno a fallas nuestras, de este
lado sólo éxito, triunfo. Esta costumbre dispensa la necesidad de
pensar, y no pensar atrofia.
Si
todos los problemas los tratamos con mentiras, con recursos verbales,
estamos educando mal a la masa, y así no sabrá responder a las
dificultades, a la primera oportunidad optará por otro mentiroso nuevo o
uno que sepa mentir mejor, pero no podrá construir nada duradero, sólo
espejismos, castillos de papel y miseria que endosará al vecino, a
maldiciones de los brujos, a mal de ojo. Esa masa, así educada, se
despolitizará cada vez más, a pesar de los reclamos de los gobernantes.
La
visita de felipe gonzález está todavía en desarrollo, no queremos
opinar si fue provechosa para la derecha o fue un éxito del gobierno.
Aún es temprano. Sólo diremos que era una maniobra de un gran plan que
aún no encaramos más allá de la mentalidad de comadres, que nos falta
visión internacional; por ejemplo, pensamos que Miami es diferente de la
Casa Blanca, que España no tiene nada que ver con santos, que el avión
de la fuerza aérea colombiana fue una casualidad. Y todo lo queremos
arreglar con los robots que nos posicionan en primer lugar mundial…
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