martes, 12 de mayo de 2015

Dacktari: Punta de lanza de la penetracion paramilitar en Venezuela (I parte)




RODTOR
… yo mismo le cortaría la cabeza a Chávez y me fumaría un habano cubano en su escritorio
Una convulsión permanente producto de un proceso que inicio cambios en la estructura de la sociedad venezolana y en la manera de manejar las relaciones entre los factores de producción, fue desarrollándose con diversas técnicas, estructuras e intensidades desde finales del 2001 hasta el año 2005.
Venezuela, durante los cuarenta años que precedieron a la revolución estuvo gobernada por una alianza de partidos que lograron abarcar todos los ámbitos del poder nacional pero que no lograron, ni lo intentaron, desatar los amarres del poder norteamericano y sus socios del capital venezolano, que bajo el amparo del estado, salvo contadas excepciones, hicieron fortunas envidiables para cualquier mega rico del mundo. La relación Estado/empresariado se consolidó con el empleo de las Fuerzas Armadas como cancerbero fiel que actuaba cuando su amo lo ordenaba para conservar y agrandar el poder del status quo. A eso se le suma una estructura institucional incapaz de plegarse a la defensa de los reales intereses del pueblo, unas instituciones que obedecían sin chistar las decisiones de los partidos al mando y, una jerarquía eclesiástica que les fue incondicional y lo sigue siendo hasta la fecha.
Visto así, es fácil entender que la revolución bolivariana, aun con sus errores, se convirtió en un enemigo que hay que destruir a costa de lo que sea, empleando los medios que sean y siempre bajo el amparo de los gobiernos de turno de EEUU para revertir lo avanzado en lo referente al empoderamiento del pueblo y que las decisiones de estado vuelvan su cara de nuevo hacia el beneficio de quienes se creen aun dueños de la riqueza nacional.
Un ejemplo que ilustra  con meridiana claridad lo antes escrito lo encontramos en el manejo de las crisis financieras, la que correspondió a Caldera con Teodoro Petkof y la que correspondió a Chávez con Giordani.  En la primera, recuérdese Banco Latino, sin entrar en el origen real de la crisis y solo enfocándonos en la dirección de las decisiones, se crea FOGADE para enfrentar las quiebras bancarias, se entregan recursos a los banqueros que acababan de quebrar sus instituciones y estos ni cortos ni perezosos se fugaron con los recursos dados por el Estado. Allí no se consideró para nada a los ahorristas, los ciudadanos que tenían sus cuentas corrientes y otras formas financieras, dejaron a miles de venezolanos en la banca rota y nunca más hablaron del tema. Chávez, a diferencia de tales señores, cuando le correspondió intervenir bancos y enfrentar crisis financieras, apelaba de inmediato a la justicia, ordenaba investigar y encarcelar a los responsables y los recursos de FOGADE eran entregados directamente a los ciudadanos. No olvidemos que fue Chávez quien cerró el ciclo de indemnizaciones de la quiebra bancaria del 94.
No es desconocido como desde Venevisión se trampeó de la manera más vulgar y arbitraria el resultado electoral del 93, donde Andrés Velásquez ganó y el poder económico venezolano, en estrecha coordinación con líderes de los partidos AD y COPEI (hoy socios de Andrés Velásquez)  declararon ganador a Caldera, otorgándole el segundo puesto a Claudio Fermín y relegando al tercer lugar al ganador.
Así se manejó siempre el poder en esta tierra rica y de gente espectacular. Por razones como esa surge Chávez, se comienza a desmontar semejante tinglado de poder y se genera la predecible reacción, abriendo capítulos duros para nuestro pueblo que no conocía de tales males desde muchos años atrás.
Fue así como a la alianza PARTIDOS/EMPRESARIOS inicio una creativa y perversa seguidilla de acciones violentas y empleando el terrorismo para doblegar al gobierno bolivariano y devolver el poder a quienes según ellos tienen el derecho divino de ostentar.
Huelgas generales, paro petrolero, militares en la plaza Francia en actitud de rebelión, guarimbas, y, una que no existía en los anales de nuestra historia, PREPARAR Y CONDUCIR OPERACIONES ARMADAS CON MIEMBROS DE GRUPOS PARAMILITARES COLOMBIANOS CON LA FINALIDAD DE QUITARLE LA VIDA AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, y doloroso es reconocer que a tal felación se sumaron unos cuantos oficiales de nuestra Fuerza Armada, algo que particularmente me pareció insólito.
Fue a principio de noviembre del 2003 cuando me informan que la base de DISIP (institución de la cual era director para el momento) de Vargas capturó a un presunto ciudadano colombiano en posesión de varios kilos de presunta cocaína. Solo les respondí que procedieran según lo establecido y notificaran al Ministerio Público. Al ordenar lo conducente, me responde el jefe de regiones: “jefe, el problema es que el ciudadano manifiesta que posee información delicada sobre acciones de paras colombianos en nuestro territorio”, como es natural se encendieron mis alarmas y ordené que llevarán al personaje a mi despacho.
Inicio la conversación, el hombre es miembro de las Auto Defensas Unidas de Colombia (AUC), dice pertenecer al equipo logístico de una unidad que próximamente ingresaría a territorio venezolano para ejecutar acciones contra el gobierno revolucionario. Su misión: Vender cocaína para obtener el dinero necesario para cubrir parte de las movilizaciones iniciales. Para ese momento un kilo de cocaína podría venderse a unos 40 mil dólares, traducidos en bolívares hacían sumas convincentes. Me informó que en Colombia contactaron a Salvatore Mancuso, para la fecha máximo jefe de las AUC, ese contacto se hizo por vía de una periodista y un general de los líderes de plaza Francia y previa concertación de algunas autoridades v grupos empresariales que estaban dispuestos a financiar la aventura. Hasta el momento, el PARA no revelaba nombres, creo realmente que los desconocía y solo había escuchado conversaciones de sus jefes colombianos donde distendidamente debatían su “negocio” y asignaron al Cmdte. Lucas como responsable del adiestramiento y ejecución de las operaciones sobre Miraflores.
EL PARA, dijo también que el Cmdte. Lucas era un hombre muy peligroso, muy violento, reconocido como uno de los más descocados sicarios al servicio de la seguridad de Mancuso y que si llegase a entrar a Venezuela de seguro se convertiría en un dolor de cabeza, suplicando que se mantuviera en secreto el trabajo nuestro para evitar que Lucas “lo picara”.
Se coordinan las medias de rigor con el MP y se da inicio así a una relación con un PARA doblado al servicio de la DISIP, relación que fue muy importante para evitar el éxito del macabro plan Dacktari. En esta relación debo omitir varios detalles que entiendo abren en la curiosidad de quienes me leen, pero, se requiere así para conservar la vida del PARA y sus familiares.
Tras este primer hallazgo, pase varias horas en la fría oficina del helicoide, mirando parte del barrio San Agustín y tratando de idear la manera de aperturar un trabajo de inteligencia que desactivara aquella bomba de tiempo que parecía aproximarse a nuestra tierra. Me peguntaba: ¿Informo de inmediato al Presidente? ¿Hago ruido para desmontar cualquier intento si de verdad existiese? ¿Avanzo un poco más? Cuando miraba la pobreza de aquel cerro pensaba que la guinda de la torta en ese paisaje sería grupos armados de paramilitares colombianos, extendiendo su dominio a nuestra capital, no podía permitir que esa operación ocurriera.

Continuará…

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