14 May. 2015.- Para intentar frenar el avance de la Revolución Cubana,
hace 51 años el gobierno de Estados Unidos utilizó como arma política la
prohibición de los embarques de alimentos hacia la isla antillana.
Luego del triunfo de la Revolución Cubana en 1959, Washington comenzó a aplicar una serie de medidas y métodos para derrocar a las fuerzas comandadas por Fidel Castro, que se vieron intensificadas cuando en octubre de 1962 implementó un bloqueo económico, comercial y financiero contra la nación antillana, que aún persiste pese al rechazo internacional, y que ha provocado daños humanos y económicos por más de un billón 112.000 millones de dólares.
Esta medida hóstil fue recrudecida el 14 de mayo de 1964, cuando el entonces presidente, Lyndon B. Johnson, prohibió el envío de alimentos y medicamentos al pueblo cubano.
El Estado norteamericano justificó esta agresión como una estrategia para combatir al comunismo, pero el objetivo era tratar de estrangular los planes de desarrollo económico liderados por la Revolución Cubana, luego de haber fracasado en sus intentos de invasión militar.
El gobierno cubano ya había puesto en marcha una serie de políticas para asegurar el manejo soberano de sus recursos, entre los que figuran la nacionalización de los centrales azucareros y de algunas compañías extranjeras en el país, como la United Fruit.
Como parte de su agresión, el Departamento estadounidense de Comercio decidió aprobar una enmienda de las Regulaciones a la Exportación hacia Cuba, mediante la cual se revocó la emisión de licencias generales para embarques de alimentos y fármacos.
Para julio de 1964, la arremetida de Casa Blanca llegó a tal punto, que la Organización de Estados Americanos (OEA), impuso un bloqueo sobre todo el comercio con Cuba, con excepción de alimentos, medicinas y suministros médicos.
Incluso, la administración de Johnson llevó a cabo negociaciones con países europeos para que éstos endurecieran las medidas de sanción contra la isla, obstaculizó la transportación marítima de mercancías desde la isla, redujo las importaciones de azúcar cubana, y trató de dañar la comercialización del níquel cubano con naciones de Europa Occidental y con la Unión Soviética.
Posteriormente, en 1966 le Comité de Agricultura aprobó la legislación "El programa de alimentos para la Paz", que prohibió todos los embarques de alimentos a cualquier país involucrado en la venta o embarque de artículos estratégicos o no estratégicos a Cuba.
Asimismo, esta Ley le permitió al Presidente aplicar, bajo ciertas condiciones, una medida de prohibición sobre transacciones que involucrasen suministros médicos y rubros no estratégicos.
Por casi 53 años el pueblo cubano ha resistido a este hostigamiento por parte de Washington, e incluso la sociedad de esta isla ha sido reconocida en todo el planeta por desarrollar uno de los sistemas de salud y educación más eficientes, y mantener altos niveles de alimentación.
Luego de que el pasado 17 de diciembre se reestablecieran los vínculos diplomáticos entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, tanto la nación antillana como la comunidad internacional han planteado la necesidad de que el Senado norteamericano levante el bloqueo económico, comercial y financiero al pueblo cubano, como medida para avanzar en la normalización de relaciones bilaterales.
Agresión contra Venezuela
Este escenario de agresiones por parte del gobierno estadounidenses ante los pueblos que intentan ejercer su soberanía se ha repetido, con las diferencias de rigor para cada caso, en distintas naciones en el mundo.
En el caso de Venezuela, el gobierno Bolivariano ha advertido que las recientes acciones injerencistas del gobierno de la Casa Blanca forman parte de un plan que incluye el posible bloqueo financiero y comercial contra el país, y una intervención militar, tal y como se perpetró contra Cuba.
El pasado 9 de marzo, el presidente estadounidense, Barack Obama, firmó una propuesta de ley aprobada por el Senado norteamericano, donde se declara a Venezuela como una "amenaza extraordinaria e inusual" para la seguridad nacional y política exterior de ese país.
"Está contemplado un bloqueo financiero y comercial, un bloqueo económico, y eso debe saberlo todo el país. No se crean el cuento de que se trata de una sanciones para un grupo de venezolanos, no, todos los venezolanos nos vamos a ver afectados por esta ley y esto debe llamar a la unión y la reflexión nacional. Lo que ocurrió es una gravedad trascendental como nunca se había visto en la historia de nuestra patria", expresó en declaraciones recientes, la ministra de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez.
La canciller afirmó que estas acciones constituyen la agresión más grave que Venezuela haya recibido por parte de Estados Unidos.
"Todos los países donde se ha aprobado una ley de esta naturaleza han estado acompañadas de intervenciones militares", explicó.
Ante este escenario de agresión imperialista, el presidente de la República, Nicolás Maduro, ha reiterado en múltiples ocasiones su llamado al diálogo pacífico al presidente Barack Obama.
"Le extiendo la mano al presidente Obama para que hablemos y resolvamos los asuntos que tengamos que resolver entre los Estados Unidos de Norteamérica y Venezuela, en paz y sin intervención en los asuntos internos de nadie", afirmó durante su intervención en la VII Cumbre de las Américas, que se desarrolló el pasado abril en Panamá.
Luego del triunfo de la Revolución Cubana en 1959, Washington comenzó a aplicar una serie de medidas y métodos para derrocar a las fuerzas comandadas por Fidel Castro, que se vieron intensificadas cuando en octubre de 1962 implementó un bloqueo económico, comercial y financiero contra la nación antillana, que aún persiste pese al rechazo internacional, y que ha provocado daños humanos y económicos por más de un billón 112.000 millones de dólares.
Esta medida hóstil fue recrudecida el 14 de mayo de 1964, cuando el entonces presidente, Lyndon B. Johnson, prohibió el envío de alimentos y medicamentos al pueblo cubano.
El Estado norteamericano justificó esta agresión como una estrategia para combatir al comunismo, pero el objetivo era tratar de estrangular los planes de desarrollo económico liderados por la Revolución Cubana, luego de haber fracasado en sus intentos de invasión militar.
El gobierno cubano ya había puesto en marcha una serie de políticas para asegurar el manejo soberano de sus recursos, entre los que figuran la nacionalización de los centrales azucareros y de algunas compañías extranjeras en el país, como la United Fruit.
Como parte de su agresión, el Departamento estadounidense de Comercio decidió aprobar una enmienda de las Regulaciones a la Exportación hacia Cuba, mediante la cual se revocó la emisión de licencias generales para embarques de alimentos y fármacos.
Para julio de 1964, la arremetida de Casa Blanca llegó a tal punto, que la Organización de Estados Americanos (OEA), impuso un bloqueo sobre todo el comercio con Cuba, con excepción de alimentos, medicinas y suministros médicos.
Incluso, la administración de Johnson llevó a cabo negociaciones con países europeos para que éstos endurecieran las medidas de sanción contra la isla, obstaculizó la transportación marítima de mercancías desde la isla, redujo las importaciones de azúcar cubana, y trató de dañar la comercialización del níquel cubano con naciones de Europa Occidental y con la Unión Soviética.
Posteriormente, en 1966 le Comité de Agricultura aprobó la legislación "El programa de alimentos para la Paz", que prohibió todos los embarques de alimentos a cualquier país involucrado en la venta o embarque de artículos estratégicos o no estratégicos a Cuba.
Asimismo, esta Ley le permitió al Presidente aplicar, bajo ciertas condiciones, una medida de prohibición sobre transacciones que involucrasen suministros médicos y rubros no estratégicos.
Por casi 53 años el pueblo cubano ha resistido a este hostigamiento por parte de Washington, e incluso la sociedad de esta isla ha sido reconocida en todo el planeta por desarrollar uno de los sistemas de salud y educación más eficientes, y mantener altos niveles de alimentación.
Luego de que el pasado 17 de diciembre se reestablecieran los vínculos diplomáticos entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, tanto la nación antillana como la comunidad internacional han planteado la necesidad de que el Senado norteamericano levante el bloqueo económico, comercial y financiero al pueblo cubano, como medida para avanzar en la normalización de relaciones bilaterales.
Agresión contra Venezuela
Este escenario de agresiones por parte del gobierno estadounidenses ante los pueblos que intentan ejercer su soberanía se ha repetido, con las diferencias de rigor para cada caso, en distintas naciones en el mundo.
En el caso de Venezuela, el gobierno Bolivariano ha advertido que las recientes acciones injerencistas del gobierno de la Casa Blanca forman parte de un plan que incluye el posible bloqueo financiero y comercial contra el país, y una intervención militar, tal y como se perpetró contra Cuba.
El pasado 9 de marzo, el presidente estadounidense, Barack Obama, firmó una propuesta de ley aprobada por el Senado norteamericano, donde se declara a Venezuela como una "amenaza extraordinaria e inusual" para la seguridad nacional y política exterior de ese país.
"Está contemplado un bloqueo financiero y comercial, un bloqueo económico, y eso debe saberlo todo el país. No se crean el cuento de que se trata de una sanciones para un grupo de venezolanos, no, todos los venezolanos nos vamos a ver afectados por esta ley y esto debe llamar a la unión y la reflexión nacional. Lo que ocurrió es una gravedad trascendental como nunca se había visto en la historia de nuestra patria", expresó en declaraciones recientes, la ministra de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez.
La canciller afirmó que estas acciones constituyen la agresión más grave que Venezuela haya recibido por parte de Estados Unidos.
"Todos los países donde se ha aprobado una ley de esta naturaleza han estado acompañadas de intervenciones militares", explicó.
Ante este escenario de agresión imperialista, el presidente de la República, Nicolás Maduro, ha reiterado en múltiples ocasiones su llamado al diálogo pacífico al presidente Barack Obama.
"Le extiendo la mano al presidente Obama para que hablemos y resolvamos los asuntos que tengamos que resolver entre los Estados Unidos de Norteamérica y Venezuela, en paz y sin intervención en los asuntos internos de nadie", afirmó durante su intervención en la VII Cumbre de las Américas, que se desarrolló el pasado abril en Panamá.
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