REINALDO QUIJADA.
El sábado pasado asistí a una Jornada Integral Socialista… No voy a nombrar la institución responsable. No es la intención señalar a una de ellas en particular, sino destacar los hechos contradictorios dentro de nuestro proceso revolucionario
El sábado pasado asistí a una Jornada Integral Socialista… No voy a nombrar la institución responsable. No es la intención señalar a una de ellas en particular, sino destacar los hechos contradictorios dentro de nuestro proceso revolucionario. Algo que el propio presidente Maduro ha venido señalando reiteradamente cuando habla de los “sacudones” necesarios, para acabar con el “Estado burocrático, ineficiente”. El relato que haré es un ejemplo de ello…
La expectativa principal se centraba en la asistencia de Mercal, Pdval, Lácteos Los Andes, Mi casa bien equipada, y en la venta de teléfonos celulares, antenas Cantv y bombonas de gas. Nada de eso ocurrió. La gente hizo cola, esperando las bodegas Mercal, desde las 3 am. A las 9 am llegó un camión que no traía pollo, ni aceite, ni leche en polvo y sólo una dotación para 150 personas cuando había que atender un universo de 6.300. El camión fue “devuelto”…
El animador fatuo de la institución pedía no empañar la jornada y citaba todas las instituciones presentes. Barrio Adentro con los diligentes colaboradores cubanos, Insopesca con buena dotación de pescado, Seniat, Saime, Inamujer, CNE, Plafam, Inass, INN y algunas otras. Invitaba a los niños a comer perros calientes y a participar en carreras de sacos. Se habían ofrecido ayudas técnicas para personas con discapacidades pero sólo había funcionarios de Conapdis, con papel y lápiz, llenando formularios para registrar dichas necesidades mientras el funcionario fatuo, de marras, promocionaba los colchones inflables para los niños. Y disculpen el sarcasmo, pero quién esto escribe, a estas alturas, ya estaba indignado de tanto desprecio…
Luego observé que había baños portátiles con un letrero que indicaba “exclusivamente personal” de la institución organizadora… En total, conté meticulosamente, dos carpas, una grande y una pequeña, una mega tarima, dos plantas eléctricas, sonido, 19 toldos y un estimado de unas 200 sillas, todas muy bien vestidas. Sólo ese inmenso gasto hubiese permitido la refacción de una cancha deportiva, necesidad sentida de esa comunidad. Luego llegaron los helados en cantidad y se entregaron, bajo lluvia, morrales y cotillones. Los perros calientes, las “pinta caritas” y los colchones estaban a cargo de jóvenes de una empresa privada, de nombre Dotatech, C.A….
La expectativa principal se centraba en la asistencia de Mercal, Pdval, Lácteos Los Andes, Mi casa bien equipada, y en la venta de teléfonos celulares, antenas Cantv y bombonas de gas. Nada de eso ocurrió. La gente hizo cola, esperando las bodegas Mercal, desde las 3 am. A las 9 am llegó un camión que no traía pollo, ni aceite, ni leche en polvo y sólo una dotación para 150 personas cuando había que atender un universo de 6.300. El camión fue “devuelto”…
El animador fatuo de la institución pedía no empañar la jornada y citaba todas las instituciones presentes. Barrio Adentro con los diligentes colaboradores cubanos, Insopesca con buena dotación de pescado, Seniat, Saime, Inamujer, CNE, Plafam, Inass, INN y algunas otras. Invitaba a los niños a comer perros calientes y a participar en carreras de sacos. Se habían ofrecido ayudas técnicas para personas con discapacidades pero sólo había funcionarios de Conapdis, con papel y lápiz, llenando formularios para registrar dichas necesidades mientras el funcionario fatuo, de marras, promocionaba los colchones inflables para los niños. Y disculpen el sarcasmo, pero quién esto escribe, a estas alturas, ya estaba indignado de tanto desprecio…
Luego observé que había baños portátiles con un letrero que indicaba “exclusivamente personal” de la institución organizadora… En total, conté meticulosamente, dos carpas, una grande y una pequeña, una mega tarima, dos plantas eléctricas, sonido, 19 toldos y un estimado de unas 200 sillas, todas muy bien vestidas. Sólo ese inmenso gasto hubiese permitido la refacción de una cancha deportiva, necesidad sentida de esa comunidad. Luego llegaron los helados en cantidad y se entregaron, bajo lluvia, morrales y cotillones. Los perros calientes, las “pinta caritas” y los colchones estaban a cargo de jóvenes de una empresa privada, de nombre Dotatech, C.A….
No hay comentarios:
Publicar un comentario