jueves, 31 de julio de 2014
Canciller Jaua: Bienvenida sea la furia de EEUU contra Venezuela.
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Antiimperialismo,
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Vea "Dossier con Walter Martínez (30.07.14) (II)
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Vea "Dossier con Walter Martínez (30.07.14) (I).
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Hugo Chávez: "La revolución Socialista debe ser feminista"
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Chavez "Yo no soy imprescindible".
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Chavez
De cómo pudieron haber asesinado a Hugo Chávez (XI).
*JUAN MARTORANO.
Un investigador en nómina de la agencia, Morse Allen, no tenía semejantes reparos. Había convencido al doctor Maitland Baldwin, del Instituto Nacional de Salud, de que realizara experimentos de tipo “terminal”. Un muerto “prescindible” en suelo estadounidense podía suscitar preguntas embarazosas y desvelar las tapaderas de la Agencia. Sin embargo, antes de que se concertara una vía de financiación satisfactoria, McCone ordenó que se abandonara el proyecto porque era “demasiado arriesgado para su ejecución dentro de las fronteras de Estados Unidos”.
Uno
de los experimentos de guerra biológica fue con la doctora Morrow. A
toro pasado, se decía que tendría que haber detectado los síntomas
de su enfermedad: ese primer temblor nervioso en el estómago, la
primera comida que se saltó, la primera Dexedrina para seguir
tirando un poquito más, la primera cápsula de Fenobarbital para
conciliar unas horas de sueño, el primer ataque de llanto y, luego,
el cansancio demoledor. Los síntomas se habían alimentado entre sí
hasta crear la crisis que por último se había adueñado de su vida.
La
doctora Mary Morrow hubiese querido comentar con Ewen Cameron todo
eso, hablarle de sus síntomas. Por encima de todo deseaba una
garantía de que, cuando se recuperase, podría retomar la medicina y
ayudar a los demás. Se había dicho a si misma un sinfín de veces
que era sólo de encontrar el tratamiento correcto, que tal vez en su
caso no precisaba más que la combinación adecuada de fármacos. Era
médico y sabía que tenía una depresión reactiva agravada por una
psicosis debida a las anfetaminas. Así expresado, lo que le pasaba
no parecía tan vergonzoso ni tan terrorífico. Antes de que la
hospitalizaran, su vida se había convertido en una ronda continua de
dormirse agotada y despertar poco a poco a otro día gris durante el
que el cuerpo se le retorcía de dolor y rompía a llorar, lo que no
hacía nada por aliviar la agonía y la negrura que la invadían.
Semanas
antes de los exámenes finales, había contraído pansinusitis y
había ingresado en el Royal Victoria para que la operasen. En cuanto
le dieron el alta, se volcó de nuevo en el trabajo. Contrajo otitis
media en ambos oídos, una enfermedad verdaderamente dolorosa.
En
plena resaca del desastre de Bahía de Cochinos, la obsesión de la
administración Kennedy con la eliminación de Castro se había
reavivado en lo que Buckley más tarde calificaría de “hoguera de
ideas”. Atizando el fuego estaba el doctor Gottlieb. A instancia
del director de operaciones, Richard Helms, que a su vez recibía el
acicate del fiscal general Robert Kennedy, hermano menor del entonces
Presidente, el doctor Gottlieb había creado toda una gama de toxinas
y dispositivos para matar al dirigente cubano. Buckley no había
participado en la operación, que recibió el nombre clave de
Mangosta.
Pero
había visto y oído lo suficiente para saber que la presión para
dar con un modo de liquidar a Castro estaba produciendo varias ideas
de bombero. El látigo lo manejaba Robert Kennedy. Nada le parecía
demasiado descabellado para descartarlo de buenas a primeras. Una
propuesta que en realidad lo dice todo fue la que se basaba en que
Cuba tiene una población mayoritariamente católica romana. La idea
era de esparcir el rumor de que Dios había escogido a la isla para
el segundo advenimiento... pero Jesús sólo aparecería si la gente
se libraba del anticristo, Fidel Castro. Para dar a la idea visos de
normalidad, pedirían a la Marina que proporcionase un submarino.
Llegarían a La Habana una noche, emergería y lanzaría una salva de
bengalas que estallarían sobre la ciudad. Al mismo tiempo, una
emisora de radio dirigida por exiliados cubanos y financiada por la
Agencia emitiría en Cuba que el glorioso despliegue pirotécnico era
la señal para que el pueblo supiera que el segundo advenimiento era
inminente y echara a Castro. Archivaron la idea cuando la Marina dijo
que de ninguna manera se prestaría a ello.
Cuando
Buckley salió de Langley para encontrarse con el doctor Sargant, el
doctor Gottlieb andaba enfrascado en la maquinación de nuevas
estratagemas para asesinar a Fidel Castro. Lo espoleaba la
información de un desertor cubano acerca de que unos especialistas
en guerra biológica del KGB habían llegado a la isla y montado un
“instituto de investigación” en una zona férreamente vigilada
de las afueras de la ciudad. Cierto o no y jamás saldrían a la luz
pruebas que lo corroborarán, bastó para que el doctor Gottlieb
creyera que era imperativo matar a Castro “antes de que lanzara un
ataque biológico sobre Florida”. Se pidió a los meteorólogos de
la CIA que elaborasen pronósticos detallados de cuando sería más
favorable el viento para lanzar un ataque aéreo con peste o ántrax.
Los químicos de la Agencia recibieron la petición de replantearse
la posibilidad de sembrar nubes con ántrax. ¿Podían hacerlo los
rusos? ¿Podía Cuba ser la plataforma del lanzamiento del mismo tipo
de armas que el propio Estados Unidos había creado? La conclusión
de sus analistas de que era sumamente improbable no hizo nada por
aplazar al doctor Gottlieb en su búsqueda de un modo para asesinar a
Fidel Castro.
Buckley
llegó a Saigón al mismo tiempo que los científicos de Fort Detrick
empezaban a probar sobre el terreno un nuevo agente biológico contra
los vietnamitas del norte, el Vietcong. Se trataba de la encefalitis
equina venezolana; no sólo era sumamente contagiosa sino también
debilitante, pues provocaba nauseas y todos los síntomas propios de
una gripe aguda. Esta arma tenía por objeto incapacitar al enemigo
para el combate una vez inhalada la enfermedad. La única pega era
que también afectaba a los soldados estadounidenses y
survietnamitas. Tras varios ensayos se canceló la amplia
distribución que estaba planificada.
Sin
embargo, otro proyecto de Fort Detrick llamado Magia Negra se puso en
funcionamiento con el consentimiento personal del general
Westmoreland, el oficial al mando de las tropas estadounidenses en
Vietnam. Se rociaron con gas lacrimógeno amplios sectores de la
jungla donde se creía que se ocultaba el Vietcong; había aldeas en
la zona y sus habitantes también se vieron afectados por los efectos
sumamente desagradables a la nociva sustancia. Desarrollado en un
principio en Porton Down por los británicos para usarlo en Malasia,
el gas había sido considerablemente perfeccionado para el Vietnam.
Cuando los helicópteros estadounidenses rociaban una zona,
temporalmente cegados y con graves quemaduras, los integrantes del
Vietcong se veían obligados a salir de sus túneles... para morir
víctimas de las bombas de fragmentación. Luego llegaban los
soldados estadounidenses con máscaras antigas para matar a cualquier
sobreviviente.
Buckley
sabía que, si bien el gas lacrimógeno no mataba, en Estados Unidos
había en marcha un plan para elaborar toda una gama de gases
nerviosos letales para ser usados en una escala jamás conocida en
ninguna guerra. Por lo menos veinte universidades, muchas ya
involucradas en el programa MK- ULTRA, trabajaban en ese momento en
armas químicas o biológicas. Habían enormes arsenales repartidos
por todo el país de armas de este tipo para su envío a Vietnam. En
el de las montañas rocosas de Colorado había decenas de miles de
bombas de gas mostaza, fosgeno y agentes nerviosos. En la antigua
localidad minera de Toole, cerca de Salt Lake City, un depósito
contenía centenares de miles de kilos de armas parecidas en bidones
plateados que cubrían más de ochocientos metros de desierto. Se
estimaba que sólo ellos contenían suficiente veneno para exterminar
la población de cualquier capital estadounidense.
Sin
embargo, en Vietnam, el lugar de honor del arsenal biológico
estadounidense lo ocupaba una sustancia diseñada para despojar la
jungla de su tupido follaje y, por supuesto, herir a cualquiera que
estuviera expuesto a ella. Lo llamaban agente naranja a causa del
color de los bidones en los que llegaba a Vietnam del sur. Para crear
el agente, los científicos de Fort Detrick habían probado la
friolera de 26.000 sustancias antes de conseguir la mezcla adecuada.
Aviones de carga C 123, lentos y de vuelo bajo, acometieron la
deforestación sistemática.
Una
combinación de dos productos químicos uno con el nombre clave de
245T y el otro, dioxina hacían del agente naranja probablemente el
arma más horrenda utilizada en Vietnam. A su paso los árboles
explotaban y las plantas se marchitaban en cuestión de segundos;
junglas enteras quedaron arrasadas. Los vietnamitas llamaban al
terreno destruido “la tierra des los muertos”. Sin embargo, para
los mandos estadounidenses el resultado era gratificante: los
integrantes del Vietcong, atrapados en tempestades de defoliante,
desarrolaron los primeros síntomas de cáncer. Lo causaba la dioxina
del agente naranja. Unos pocos decigramos en el suministro de agua
hubieran bastado para intoxicar a la población entera de Nueva York
en aquel entonces.
En
total se vertieron sobre Vietnam 113 kilos de dioxina. Los indicios
de que el fumigado masivo estaba haciendo algo más que destruir la
vegetación llegaron pasado un año. Los médicos del hospital
infantil de Saigón informaron de un aumento significativo en el
número de bebés nacidos con espina bífida y labio leporino. Y las
cosas empeoraron. En hospitales de todo Vietnam se registró un
aumento en los índices de mortalidad fetal. Las autopsias revelaban
la presencia de dioxina en la sangre. Sin embargo, las fumigaciones
prosiguieron. Ya no era sólo la población civil la que quedaba
expuesta al agente naranja. El mortífero herbicida fue rociado por
error sobre no menos de cuarenta bases estadounidenses. Los reclutas
presentaban cuadros médicos con graves erupciones cutáneas y caída
del cabello; con el tiempo algunos también desarrollaron cáncer de
piel y de otros tipos.
Para
Buckley, encallecido como estaba por el combate en Corea y lo que
había presenciado en Europa con los “prescindibles”, “lo que
estaba sucediendo era una historia de terror no apta para menores”.
Por
ahora, lo dejaremos hasta aquí, estamos llegando a un momento cumbre
de estas investigaciones, así que atentos a las próximas entregas
¡Bolívar
y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la
Victoria Siempre!
¡Independencia
y Patria Socialista!
¡Viviremos
y Venceremos!
*Abogado,Activista por
los Derechos Humanos,Militante Revolucionario y de la Red Nacional de
Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).http://juanmartorano.blogspot.com/
http://juanmartorano.wordpress.com/
,jmartoranoster@gmail .com
,j_martorano@hotmail.com
,juan _martoranocastillo@yahoo. com. ar . @juanmartorano (Cuenta en
Tuiter).
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Juan Martorano
El país donde la culpa es de la vaca.
Diana Carolina Pérez Mendoza.
Este año 2014 ha estado llenó de problemas y conflictos, en primer lugar
por la crisis económica que vivimos, de la cual todo el mundo se quiera
hacer el loco.
Por eso asombra ver a sindicatos pidiendo aumentos de sueldos, a gente que se niega a que aumenten la gasolina, los que se quejan, porque les bajaron los cupos de internet, y peor aún los que lloran, por el aumento de pasajes aéreos, ya que no van a poder hacer el viaje de sus sueños.
Ese mismo país sale como loco a meterse en una cola en Zara, a comprar entradas super costosas en conciertos de artistas famosos, compran celulares de última tecnología, se van a un bar los fines de semana, donde se gastan media quincena, pero brincan si les aumentan el kilo de harina o de leche.
En fin estamos en el país donde no hay culpables, ni responsables, pareciera que con el ascenso de nuestro amado Chávez a los cielos, se llevó no sólo su cuerpo, sino también el sentido de la responsabilidad.
Desde una oposición que no para de equivocarse, especialista en contar historia y hacerse la víctima de un supuesto gobierno dictatorial, pero incapaz de asumir que la vía de “la salida” fracasó, al igual que el dichoso sabotaje petrolero, del cual aún no admiten sus responsabilidades.
Por otro lado tenemos al gobierno que se ve incapaz de tomar decisiones, un día dicen una cosas al siguiente dicen lo contrario. Les falta esa capacidad que tenía Chávez de tomar riesgos, no puedes vivir con ese miedo dentro del cuerpo.
Por un lado, si vas aumentar los pasajes a tasa Sicad II y lo dices hazlo, no te eches para atrás cuando la gente se queje, si lloran porque no va a poder ir a su viaje soñado a Disney o a Europa, (yo conozco muchos chavista que les encanta el tío Sam, pero a la primera masacran a los funcionarios del gobierno que hacen lo mismo), que se la calen.
El gobierno debe en primer lugar hablar claro, si no hay dólares que lo diga y punto, que explique claramente como Cadivi en un año desfalcó a la nación y nadie se dio cuenta. Esa dichosa lista va por el mismo camino de la de Piñerua, todo el mundo la pide y nadie la saca ¿O será que la tienen guardada en un lugar ultrasecreto?
Ya llegó la hora que el país entienda que los subsidios y la vida fácil son imposibles, para alcanzar el socialismo, no puedes exigirle al gobierno honradez, si a la primera buscas vender productos con sobreprecio en la calle, raspas los cupos de las tarjetas o vendes carros con sobreprecio.
Si crítico la corrupción, pero soy incapaz de no vender los dólares en el mercado negro que me dio Cadivi para viajar, cómo pretendo pedirle a un funcionarios que maneja no 500, sino millones de los verdes, que sea honesto.
Y ahora tenemos para más ñapa, al sindicato de Sidor, no sé si sea cierto que sus sueldos son bajos, pero una empresa que según ellos mismos está casi quebrada, por la baja producción ¿A quién se le ocurre pedir un aumento de salario?
Ya sé que los purista me van a caer encima por decir esto, pero no es mejor exigirle al gobierno un plan concreto para la empresa o mejor dicho, proponer ellos mimos un proyecto de rescate de la producción. Centrarse en pelear mejoras del contrato colectivo, cuando Sidor está casi paralizada, demuestra que ese sindicato no entendió que si Chávez nacionalizó esa empresa y acabó con los tercerizados, no era sólo para que vivieran mejor, sino también para que la empresa fuera punta de lanza en el desarrollo nacional. Por eso me preguntó ¿Valió el esfuerzo de nuestro comandante para que le paguen así?
En fin el gobierno parece incapaz de resolver los problemas inmediatos del país, la oposición ya está esperando que los gringos le ayuden, con su torpeza no ganan unas elecciones más nunca. Mientras el pueblo, que debería empujar al gobierno a ponerse las pilas, lo que hacen es pedir mejoras de los sueldos, más subsidios, que no aumenten nada. Eso si no me pidas trabajo voluntario, ni comunitario, porque no tengo tiempo.
Construir la patria que Chávez soñó no se hace, sin sacrificio. Ese fue el gran error de nuestro eterno comandante, por su gran corazón quería darle todo al pueblo, viviendas, acceso a bienes y servicios a bajo costo, pero lamentablemente las cosas cuando no se sudan y se ganan, nadie las valora.
En fin estamos en el país donde la culpa es de la vaca, tenemos miles de problemas, pero para salir de ellos, ser una nación más organizada y eficiente se exige sacrificios, pero no tengo claro cuántos de nosotros estemos preparados para asumirlos.
Por eso asombra ver a sindicatos pidiendo aumentos de sueldos, a gente que se niega a que aumenten la gasolina, los que se quejan, porque les bajaron los cupos de internet, y peor aún los que lloran, por el aumento de pasajes aéreos, ya que no van a poder hacer el viaje de sus sueños.
Ese mismo país sale como loco a meterse en una cola en Zara, a comprar entradas super costosas en conciertos de artistas famosos, compran celulares de última tecnología, se van a un bar los fines de semana, donde se gastan media quincena, pero brincan si les aumentan el kilo de harina o de leche.
En fin estamos en el país donde no hay culpables, ni responsables, pareciera que con el ascenso de nuestro amado Chávez a los cielos, se llevó no sólo su cuerpo, sino también el sentido de la responsabilidad.
Desde una oposición que no para de equivocarse, especialista en contar historia y hacerse la víctima de un supuesto gobierno dictatorial, pero incapaz de asumir que la vía de “la salida” fracasó, al igual que el dichoso sabotaje petrolero, del cual aún no admiten sus responsabilidades.
Por otro lado tenemos al gobierno que se ve incapaz de tomar decisiones, un día dicen una cosas al siguiente dicen lo contrario. Les falta esa capacidad que tenía Chávez de tomar riesgos, no puedes vivir con ese miedo dentro del cuerpo.
Por un lado, si vas aumentar los pasajes a tasa Sicad II y lo dices hazlo, no te eches para atrás cuando la gente se queje, si lloran porque no va a poder ir a su viaje soñado a Disney o a Europa, (yo conozco muchos chavista que les encanta el tío Sam, pero a la primera masacran a los funcionarios del gobierno que hacen lo mismo), que se la calen.
El gobierno debe en primer lugar hablar claro, si no hay dólares que lo diga y punto, que explique claramente como Cadivi en un año desfalcó a la nación y nadie se dio cuenta. Esa dichosa lista va por el mismo camino de la de Piñerua, todo el mundo la pide y nadie la saca ¿O será que la tienen guardada en un lugar ultrasecreto?
Ya llegó la hora que el país entienda que los subsidios y la vida fácil son imposibles, para alcanzar el socialismo, no puedes exigirle al gobierno honradez, si a la primera buscas vender productos con sobreprecio en la calle, raspas los cupos de las tarjetas o vendes carros con sobreprecio.
Si crítico la corrupción, pero soy incapaz de no vender los dólares en el mercado negro que me dio Cadivi para viajar, cómo pretendo pedirle a un funcionarios que maneja no 500, sino millones de los verdes, que sea honesto.
Y ahora tenemos para más ñapa, al sindicato de Sidor, no sé si sea cierto que sus sueldos son bajos, pero una empresa que según ellos mismos está casi quebrada, por la baja producción ¿A quién se le ocurre pedir un aumento de salario?
Ya sé que los purista me van a caer encima por decir esto, pero no es mejor exigirle al gobierno un plan concreto para la empresa o mejor dicho, proponer ellos mimos un proyecto de rescate de la producción. Centrarse en pelear mejoras del contrato colectivo, cuando Sidor está casi paralizada, demuestra que ese sindicato no entendió que si Chávez nacionalizó esa empresa y acabó con los tercerizados, no era sólo para que vivieran mejor, sino también para que la empresa fuera punta de lanza en el desarrollo nacional. Por eso me preguntó ¿Valió el esfuerzo de nuestro comandante para que le paguen así?
En fin el gobierno parece incapaz de resolver los problemas inmediatos del país, la oposición ya está esperando que los gringos le ayuden, con su torpeza no ganan unas elecciones más nunca. Mientras el pueblo, que debería empujar al gobierno a ponerse las pilas, lo que hacen es pedir mejoras de los sueldos, más subsidios, que no aumenten nada. Eso si no me pidas trabajo voluntario, ni comunitario, porque no tengo tiempo.
Construir la patria que Chávez soñó no se hace, sin sacrificio. Ese fue el gran error de nuestro eterno comandante, por su gran corazón quería darle todo al pueblo, viviendas, acceso a bienes y servicios a bajo costo, pero lamentablemente las cosas cuando no se sudan y se ganan, nadie las valora.
En fin estamos en el país donde la culpa es de la vaca, tenemos miles de problemas, pero para salir de ellos, ser una nación más organizada y eficiente se exige sacrificios, pero no tengo claro cuántos de nosotros estemos preparados para asumirlos.
Investigadora en el Museo Nacional de Historia. Miembro del equipo de redacción de la revista Memorias de Venezuela.
diana_cpm81@yahoo.com.mx
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Ideología y Socialismo del Siglo XXI.
¡Hay que cumplir con el legado de Hugo Chávez!
Alan Woods
Es
a menudo el destino de los dirigentes revolucionarios el que, después
de muertos, aquellos que los habían atacado y vilipendiado en vida
empiecen a alabarlos, al mismo tiempo que distorsionan y diluyen sus
ideas, convirtiéndolas en algo inofensivo, del mismo modo en que se
neutraliza a un animal molesto.
Cuando murió Carlos Marx, algunos de los
que afirmaban ser seguidores suyos empezaron a interpretar sus ideas de
tal modo que las vaciaban de todo contenido revolucionario. Gente como
Bernstein y Kautsky se presentaban como los “verdaderos discípulos” de
Marx mientras impulsaban el revisionismo reformista, bajo un disfraz de
“ideas nuevas”.
Y es que a estos siempre les gusta hacer
como que defienden “ideas nuevas”, frente a las “viejas ideas” del
socialismo revolucionario. Este fue el caso incluso en nuestros días con
Heinz Dieterich, quien afirmaba haber inventado una teoría
completamente nueva y original del “socialismo del siglo XXI”.
En la conocida historia de Las mil y una noches,
el malvado brujo va por ahí gritando "¡cambio lámparas viejas por
nuevas!" La esposa de Aladino tontamente le entrega la gastada pero
valiosa lámpara vieja a cambio de una nueva que no sirve para nada.
Ocurre lo mismo con las supuestamente “nuevas” versiones del socialismo,
que, mirándolas más de cerca, no son nuevas en absoluto, sino una mala
imitación de las ideas anticuadas de Proudhon y de los viejos
socialistas utópicos, que Marx había demolido hace 150 años.
Lenin nunca pretendió haber establecido
una doctrina “nueva y original”. Por el contrario, pasó toda su vida
defendiendo las “viejas ideas” de Marx y Engels contra los
revisionistas. Sin embargo, tras la muerte de Lenin, Stalin y sus
partidarios revisaron las ideas de Lenin para justificar la usurpación
del poder por parte de una casta burocrática en la Unión Soviética.
Stalin mandó embalsamar el cadáver de
Lenin y lo metió, como si de una reliquia religiosa se tratara, en un
mausoleo, algo de lo que la viuda de Lenin, Krupskaya, se quejó
amargamente: “Vladimir Ilich luchó contra los iconos toda su vida y
ahora lo han convertido en un icono.”
¿Cuál será el destino de Hugo Chávez?
¿Serán sus ideas enterradas con él? Aquellos que ahora dan discursos
halagadores sobre Chávez, ¿defienden realmente sus ideas y las ponen en
práctica? Esta es la pregunta que todo partidario sincero de la
Revolución Bolivariana se está haciendo hoy.
La amenaza de la contrarrevolución
Una cosa le queda clara a todos:
dieciséis años después de su inicio, la Revolución Bolivariana está en
peligro. Las fuerzas contrarrevolucionarias están en las calles,
causando disturbios y sembrando el caos, tal y como ya hicieron en 2002.
Detrás de las hordas de pequeños burgueses enfurecidos, los “sifrinos”
(jóvenes de clase media y alta) y la chusma lumpenproletaria, la
oligarquía está tirando de los hilos. Y detrás de la oligarquía se
encuentra Washington. A través de la acción directa de los matones
armados y las bandas fascistas en las calles, la burguesía está
intentando derrocar al gobierno elegido democráticamente. Esa es una de
las puntas de la ofensiva capitalista.
La burguesía está tratando de derrocar
al gobierno electo. Por otro lado, intenta paralizar la vida económica
del país mediante el sabotaje, socavando la economía por medio de una
huelga de capital. Llevan a cabo un saqueo a través de la especulación y
la usura, provocando la escasez por medio del acaparamiento.
Aunque siempre hablan de democracia, no
están dispuestos a someterse a la voluntad de la mayoría y nunca se
reconciliarán con un gobierno que lleva a cabo políticas en interés del
pueblo. Si no hemos aprendido esta lección en dieciséis años, nunca la
aprenderemos. Es hora de terminar el trabajo de una vez por todas.
Ante la amenaza abierta de la
contrarrevolución, el presidente Maduro ha hecho un llamamiento a la
clase trabajadora a unirse y movilizarse en defensa de la Revolución. Le
ha pedido que “fortalezcan las milicias obreras” y está apoyando la
creación de comités de lucha contra el golpe de Estado. Tales medidas
son absolutamente correctas y necesarias. Sin embargo también hay que
preguntarse: ¿cómo es posible que, después de todos los avances de la
Revolución, ésta todavía esté en peligro? ¿Por qué, después de tanto
tiempo, la Revolución aún no se ha vuelto irreversible?
Los reformistas argumentan que el
problema es que la revolución ha ido demasiado lejos, que es necesario
hacer concesiones a la “oposición civilizada” y ganar el apoyo de las
clases medias. No hace mucho, la propia dirección bolivariana estaba
apelando a “la paz y el amor”. Estaba tratando de ganarse el afecto de
la oposición, como alguien que trata de apaciguar a un perro haciéndole
cosquillas en la barriga. Por desgracia, este perro en particular tiene
dientes muy afilados y mal humor.
Los antiguos romanos solían decir: “Si
pacem vis, para bellum” – “Si deseas la paz, prepárate para la guerra”.
¡Ese es un buen consejo! La guerra entre las clases es aún más
despiadada que la guerra entre las naciones. El abismo entre ricos y
pobres, entre opresores y oprimidos, explotadores y explotados no puede
ser superado por medio de palabras y discursos agradables. Sólo puede
ser resuelto mediante la lucha, y ¡mal asunto para los perdedores!
Este hecho es evidente para todos. Sin
embargo, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y no hay peores
ciegos que los reformistas que se consideran realistas, pero que en
realidad son utópicos de la peor clase. Un día hacen llamamientos a las
masas a movilizarse en defensa de la Revolución, y al día siguiente el
gobierno hace, una vez más, llamamientos a la conciliación con sus
enemigos, ofreciéndoles concesiones en materia de acceso a las divisas y
cosas así.
¿Funciona esta táctica “inteligente”?
¿Ha funcionado alguna vez? ¡No, no ha funcionado nunca! Por el
contrario, toda la historia de la Revolución Bolivariana desde 2002
demuestra más allá de toda duda que todos los intentos de apaciguar a la
oposición a través de concesiones y mediante el diálogo tienen
precisamente el resultado contrario al que se pretendía. Los
contrarrevolucionarios interpretan esto como un signo de debilidad y la
debilidad invita a la agresión.
¿Qué pasó con los organizadores del
golpe de Estado de 2002 y del sabotaje de 2003? A la mayoría de los
líderes de la oposición contrarrevolucionaria se les ha dejado marchar
libremente y se encuentran ahora entre los principales organizadores de
la actual ofensiva reaccionaria. Pocas medidas - o ninguna, se han
tomado contra los responsables de la agitación que terminó con la muerte
de al menos once personas después de la victoria electoral de Maduro el
15 de abril de 2013. Los mensajes que salen de Miraflores son confusos y
contradictorios. Pero la situación no admite ambigüedad. Se necesita
una dirección clara y audaz.
El cáncer de la burocracia
Durante los años de ascenso de Chávez al
poder, sus enemigos lo acusaron de muchas cosas. Pero nunca nadie trató
de acusarlo de corrupción personal. Cualquiera que lo conociera,
incluso un poco, podía ver inmediatamente que era un hombre
completamente incorruptible. Estaba luchando, no para su enriquecimiento
personal, sino por la causa del socialismo.
Hace algunos años tuve una interesante
conversación con el Presidente cuando él me invitó a acompañarlo en una
campaña electoral en la isla de Margarita. En medio del fervor de la
gente, el presidente se volvió hacia mí y me dijo: “Mira, Alan, a pesar
de todas las carencias de la revolución bolivariana, esta revolución
sigue viva”.
Eso se veía claramente en la multitud
que rodeaba el coche al grito de "¡Viva Chávez!". En ese momento la
conversación se vio interrumpida por los gritos y aplausos de las masas,
que una vez más rodearon y frenaron el coche para llegar a presidente
Chávez y darle su apoyo, sus besos y peticiones. Y sin embargo, era
obvio que Chávez estaba preocupado por algunas cosas. Volviéndose hacia
mí con un gesto de frustración, dijo: “¿Ves todo esto?, y todavía no
hemos sido capaces de ganar el gobernador aquí.” Y, señalando al
candidato William Fariñas, me preguntó: “Alan, si este hombre fuera
elegido, ¿qué debería hacer?". A lo que respondí de inmediato: “Debería
escuchar a la gente, entender su mensaje y llevarlo a cabo”.
Alan
Woods con Chávez“Precisamente”, dijo Chávez, “pero ese es el problema
que tenemos. Algunos gobernadores, después de ser elegidos pierden el
contacto con las bases, se rodean de hombres ricos y mujeres lindas y se
olvidan del pueblo. Este es un problema ideológico. Mientras no
tengamos gobernadores ideológicamente preparados, siempre vamos a tener
el mismo problema. Tenemos que ganar la batalla de las ideas. Eres un
buen escritor, ¿por qué no escribes unos folletos que expliquen las
ideas del socialismo de una manera sencilla?, aquí podríamos
distribuirlos masivamente”.
Yo le respondí: “Sí, puedo hacer eso, y
estoy de acuerdo en que es necesaria una lucha ideológica en el partido,
pero también se necesitan mecanismos de control desde abajo”. En este
punto, por primera vez, la voz del Presidente sonó un poco cansada: “Yo
no puedo hacerlo todo”, dijo. “Es absolutamente necesario que la gente
participe en este proceso y tome el control en sus propias manos”. Yo
escribí en su momento: “Estas son algunas de las contradicciones de la
Revolución que han de resolverse.” Pero un año después de la muerte de
Hugo Chávez, los problemas que le preocupaban profundamente no se han
resuelto. Por el contrario, se han vuelto cada vez más profundos y
extendidos.
Mientras Chávez estaba vivo los
burgueses y burócratas tenían que mantener la cabeza baja. Se veían
obligados a ocultar su arribismo bajo una camisa roja. En las reuniones
públicas y los congresos del PSUV, aprendieron a gritar "¡Viva Chávez!
¡Viva la Revolución!" Y siempre gritaban más fuerte que nadie. Pero
estuvieron todo el tiempo trabajando para socavar a Chávez y a la
Revolución. Respetuosos y serviles de cara al Presidente, susurraban
sobre él a sus espaldas: “¿Qué es toda esta tontería sobre el
socialismo? Este hombre no sabe de lo que está hablando. Él es un
utópico sin remedio”, etc. Entre bastidores se libraba una guerra
subterránea que se llevaba a cabo contra Chávez y la izquierda. Los
Ministros y activistas de izquierda fueron sistemáticamente apartados,
aislados, neutralizados.
Chávez siempre sacó su inspiración del
contacto con las masas revolucionarias y, a su vez, las inspiraba de un
modo en que ningún otro líder bolivariano era capaz. Los burócratas que
no tienen contacto con las masas y desconocen sus problemas, aquellos
cuya vida entera transcurre de una oficina con aire acondicionado a
otra, temen a las masas como la peste. Ellos siempre se sintieron
incómodos ante las reuniones de Chávez con las masas e hicieron todo lo
que pudieron para limitarlas. Actuaban como una especie de espeso
filtro, impidiendo el acceso al Presidente de los activistas de base,
militantes e izquierdistas.
A lo largo de su vida, el Presidente
estuvo rodeado por un cerco de hierro de burócratas que saboteaban
sistemáticamente sus decretos y obstaculizaban cualquier acceso de los
marxistas e izquierdistas a su persona. Lo he visto con mis propios
ojos, y no ayer, sino hace diez años, cuando Chávez estaba aún muy vivo.
Yo mismo fui víctima de esto durante años y fui testigo del sabotaje
que fue llevado a niveles extremos por la camarilla que rodeaba a
Chávez. Intentaron por todos los medios evitar mis contactos con él,
aunque no siempre tenían éxito. Se me dijo con toda claridad: “No
queremos que usted hable con el Presidente”. Mi experiencia no fue de
ningún modo única.
Ahora que Chávez ya no está, el problema
queda resuelto. La gente a la que Chávez describió como una burocracia
contrarrevolucionaria, siente que puede operar sin restricciones. Se
sienten los amos. Esto es algo fatal para la Revolución. La burocracia
es un cáncer que corroe las entrañas de la Revolución y la devora desde
dentro como una tenia monstruosa.
Golpe de Timón
La oposición de derecha se apodera de
todos los problemas y dificultades, y los exagera para oscurecer el
nombre de la Revolución. Naturalmente, tenemos que refutar las mentiras
de la oposición y luchar contra las intrigas contrarrevolucionarias. El
problema surge cuando algunos de los problemas que la derecha trata de
explotar se basan, al menos en cierta medida – en la realidad.
16 años después del inicio de la
revolución se han logrado grandes avances sociales. Es absolutamente
necesario defender estos logros y combatir a la contrarrevolución. Pero
¿se puede decir honestamente que 16 años después, los objetivos de la
Revolución se han realizado? Hugo Chávez, sin duda, no lo creía y
nosotros tampoco.
Él no daba discursos edulcorados
destinados a calmar el sistema nervioso de los burócratas, sino por el
contrario, mostraba su descontento y frustración con la manera en que
iban las cosas. Esto se puede ver muy claramente en su último discurso
ante el Consejo de Ministros que se publicó con el título: Golpe de Timón.
El 20 de octubre de 2012, a los pocos
días de haber ganado las elecciones presidenciales con el 56 % de los
votos, el Presidente Chávez celebró la primera reunión del gabinete, en
la que criticó duramente la falta de progresos en la revolución y exigió
una autocrítica por parte de sus ministros respecto a sus carencias.
En el centro de su crítica estaba la
idea de que no se había hecho lo suficiente para promover la gestión
democrática de la sociedad mediante el poder comunal. Con esto quería
decir: los órganos democráticos de control y administración populares.
Vale la pena citar sus palabras al respecto:
“Entonces, venimos con el tema de la
democracia, el socialismo y su esencia absolutamente democrática,
mientras que el capitalismo tiene en su esencia lo antidemocrático, lo
excluyente, la imposición del capital y de las élites capitalistas.“El
socialismo no, el socialismo libera; el socialismo es democracia y la
democracia es socialismo en lo político, en lo social, en lo
económico.”"[Hay] unos factores que son determinantes en la transición:
uno de ellos es la transformación de la base económica del país para
hacerla esencial y sustancialmente democrática, porque la base económica
de un país capitalista no es democrática, es antidemocrática, es
excluyente y de allí la generación de riqueza y de grandes riquezas para
una minoría, una élite, la gran burguesía, los grandes monopolios, y de
allí también la generación de la pobreza y la miseria para las grandes
mayorías.”
En ese discurso, Chávez insistió en la
idea central según la cual la sociedad debe experimentar un cambio
fundamental, tanto en las relaciones de producción como en las
estructuras del Estado. Chávez insistió en que el capitalismo es
esclavitud y el socialismo sólo puede establecerse a través de la
abolición radical del capitalismo; es decir, por medio de una
revolución.
Se quejó amargamente de que las comunas
no se habían creado a pesar de que había un Ministerio de las Comunas. Y
el Presidente sacó la conclusión correcta:
“Porque mucha gente cree que a ese ministerio es al que le toca las
comunas. Eso es un gravísimo error que estamos cometiendo. No lo
cometamos más.”
Y añadió:
“Bueno, la comuna, el poder popular, no
es desde Miraflores ni es desde la sede del ministerio tal o cual, desde
los que vamos a solucionar los problemas.”
Es un error fundamental pensar que los
soviets se pueden crear mediante órdenes administrativas, desde arriba,
desde los ministerios. Incluso si los ministros tuviesen algún interés
en la creación de soviets (que no lo tienen, por supuesto), no sabrían
ni por dónde empezar. La mentalidad burocrática de los funcionarios del
Estado, con su actitud orgánica de desprecio hacia la “gente común” hace
que no sólo se muestren escépticos respecto al poder creador de las
masas, sino que son activamente hostiles hacia el mismo.
Comunas y soviets
La idea de la Comuna hace referencia a
la Comuna de París de 1871, el primer ejemplo de un Estado obrero en el
mundo. La Comuna fue un episodio glorioso en la historia de la clase
obrera mundial. Aquí, por primera vez, las masas populares con los
trabajadores a la cabeza, derrocaron al viejo Estado y al menos
comenzaron la tarea de transformar la sociedad. Pese a carecer de un
plan de acción bien establecido, dirección u organización, las masas
mostraron un asombroso grado de coraje, iniciativa y creatividad. Marx y
Engels siguieron los acontecimientos de Francia muy de cerca y se
basaron en dicha experiencia para elaborar su teoría de la “dictadura
del proletariado”. Siguiendo sus pasos, Lenin utilizó la Comuna de París
como modelo para el poder obrero en Rusia:
“La Comuna, surgió de forma espontánea.
Nadie conscientemente se preparó para ella de una manera organizada. La
guerra fracasada con Alemania, las privaciones sufridas durante el
asedio, el desempleo entre el proletariado y la ruina de las clases
medias bajas, la indignación de las masas contra las clases altas y
contra las autoridades que habían mostrado una absoluta incompetencia,
la vaga inquietud entre la clase obrera, que estaba muy descontenta y
buscaba un sistema social diferente, la composición reaccionaria de la
Asamblea Nacional, lo que despertó temores sobre la suerte de la
república - todo esto y muchos otros factores se combinaron para
impulsar a la población de París a la revolución el 18 de marzo, que de
forma inesperada puso el poder en manos de la Guardia Nacional, en manos
de la clase obrera y de la pequeña burguesía que se había puesto de su
parte.” (Lenin, En memoria de la Comuna)
Las masas siempre aprenden de la vida,
no de los libros. Por supuesto, es el deber de una tendencia
revolucionaria prepararse con antelación, capacitar y educar a los
cuadros. Pero estos cuadros deben ser capaces de encontrar un camino
hacia las masas. Los burócratas siempre se imaginan a sí mismos como las
personas más inteligentes que se colocan por encima de las masas
“ignorantes”. Ellos ven a los trabajadores como a niños pequeños sólo
aptos para recibir órdenes “desde arriba”. ¡Qué diferencia con Marx y
Engels que, sin idealizar en ningún momento a la Comuna ni cerrar los
ojos ante sus confusiones, deficiencias y errores, sin embargo, desde el
primer momento comprendieron su verdadero significado!
La posición de Hugo Chávez no tenía nada
en común con la de los burócratas arrogantes. Él entendía que sin las
comunas - es decir, sin la participación consciente de la clase obrera
en la administración de la industria, la sociedad y el Estado, el
socialismo sería una palabra vacía en boca de un funcionario.
A pesar de todos los avances indudables
de los últimos dieciséis años, el Estado en Venezuela sigue siendo un
Estado capitalista que ha sido ungido con un poco de aceite
“socialista”. Muchos de los funcionarios fueron recogidos de la vieja
Cuarta República, y de los nuevos, muchos de ellos son carreristas que
prestan servicio de palabra a la Revolución con el fin de conservar sus
puestos de trabajo, pero que pueden cambiar de posición mañana si la
contrarrevolución apareciera teniendo éxito.
La burocracia está actuando como un
caballo de Troya dentro del aparato estatal. Marx dijo que “el ser
social determina la conciencia”. Obviamente, si un funcionario gana
millones de bolívares se comportará como un capitalista ¿Cómo podría ser
abolido este Estado capitalista burocrático y reemplazado por un Estado
bajo el control de los trabajadores, de los campesinos y del pueblo? La
respuesta fue dada por las cuatro condiciones para tal Estado, que
Lenin extrajo de la experiencia de la Comuna de París:
1.- Elecciones democráticas y derecho de revocación de todos los funcionarios públicos,
2.- Ningún ejército permanente sino el pueblo en armas,
3.- Ningún funcionario puede recibir un salario superior al de un trabajador cualificado,
4.- Progresivamente, rotación de todas las funciones. Como dijo Lenin: “si todo el mundo es un burócrata nadie es un burócrata”.
La Revolución de Octubre de 1917 llevó
al poder a un nuevo gobierno revolucionario, que recibió su autoridad
del Congreso de los Soviets. La tarea más urgente a la que se enfrentaba
el gobierno era extender la autoridad del poder soviético - el dominio
de la clase obrera - por toda Rusia. El 5 de enero de 1918, el gobierno
emitió una directiva que declaraba que los soviets locales fueran a
partir de entonces investidos de todos los poderes heredados por la
administración anterior, y ha añadía: “El país entero debe estar
cubierto con una red de nuevos soviets.”
En sus orígenes, los soviets - la forma
más democrática y flexible de representación popular que se ha inventado
- eran simplemente un comité de huelga ampliado. Nacido de la lucha de
masas, los soviets (o consejos obreros) asumieron una extensión muy
amplia, y en última instancia, se transformaron en órganos directos del
gobierno revolucionario. Los delegados eran elegidos en cada nivel, y
estaban sujetos a la revocación inmediata. Ningún diputado o funcionario
recibía más que el salario de un trabajador cualificado. No había
élites burocráticas.
Al igual que Chávez, Lenin estaba
ansioso por que las masas se implicaran en la gestión de la industria y
del Estado. En noviembre de 1917, escribió un llamamiento en Pravda:
"¡Camaradas, trabajadores! Recordad que
ahora vosotros mismos estáis a la cabeza del Estado. Nadie os ayudará si
no os unís y tomáis en vuestras manos todos los asuntos de Estado ...
Poneos manos a la obra, comenzad justo desde abajo, no esperéis a
nadie”. (LCW, vol. 26. P 297.)
En diciembre de 1917, Lenin escribió:
“Una de las tareas más importantes de hoy
en día, si no la más importante, es el desarrollo de [la] iniciativa
independiente de los trabajadores, y de todos los trabajadores y
explotados en general, el desarrollo de la manera más amplia posible del
trabajo de organización creativa. A toda costa hay que romper el viejo
prejuicio absurdo, salvaje, infame y repugnante que sólo las llamadas
clases altas, sólo los ricos, y los que han pasado por la escuela de los
ricos, son capaces de administrar el Estado y dirigir el desarrollo de
la organización de la sociedad socialista”. (LCW, vol. 26. P 409.)
El régimen democrático establecido por
Lenin y Trotsky fue liquidado bajo Stalin y reemplazado por una
caricatura burocrática monstruosa. Por desgracia, no pocos “cuadros” del
PSUV son ellos mismos antiguos estalinistas que fueron maleducados en
la escuela estalinista del “marxismo-leninismo” y nunca han comprendido o
aceptado la idea de Lenin de la democracia obrera. Durante muchos años,
estas personas dieron su apoyo incondicional al régimen burocrático
estalinista, justificando todos sus crímenes. Eso ya era bastante malo.
Pero de la caída de la URSS han sacado la falsa conclusión de que el
socialismo no puede funcionar y han abrazado el capitalismo.
Estos ex “comunistas” se han convertido
en la peor clase de reformistas, mientras que conservan todas las viejas
tendencias burocráticas estalinistas. Después de haber abandonado por
completo la perspectiva del socialismo, no tienen fe alguna en el
potencial creativo de la clase obrera y no confían en su capacidad para
dirigir la industria y la sociedad. Esto es exactamente lo contrario de
lo que Hugo Chávez representaba.
El sabotaje del control obrero
Lejos de alentar cosas como el control
obrero y la autogestión, que es el punto de partida para el control
genuinamente democrático de una sociedad socialista, los burócratas les
han declarado la guerra y han hecho todo lo posible para sabotearlos y
acabar con ellos.
El problema es precisamente que los
burócratas de los ministerios han reprimido y extinguido
sistemáticamente los gérmenes de poder popular y de control obrero en
Guayana, Bolívar y en muchas otras áreas. Esta actitud, que va en contra
de Chávez, que de todo corazón abrazó la idea del control obrero cuando
los propios trabajadores le hicieron la propuesta, ha desalentado a
muchos militantes de base y, por lo tanto, ha debilitado a la Revolución
y simultáneamente fortaleció la mano de la reacción.
Incluso en la elaboración de la nueva
Ley del Trabajo (LOT) la regulación de los consejos de trabajadores fue
dejada fuera por la oposición de la burocracia. En cualquier caso, la
única manera de poner en práctica el control obrero es desde abajo, a
través de la acción directa y de la iniciativa de los propios
trabajadores. Pero aquí se encuentran con la resistencia activa de la
burocracia - incluyendo la burocracia sindical.
La posición de los dirigentes de la
Central Bolivariana Socialista de los Trabajadores (CBST), en relación a
la creación de consejos de trabajadores, es abiertamente hostil. El
presidente de la CBST, Willy Rangel afirmó que el control obrero en las
empresas estatales y en otros centros de trabajo “sólo servirá para
crear más división”. Rangel olvida convenientemente que fue el control
obrero lo que salvó a la Revolución en el momento del sabotaje y del
cierre patronal en 2002-3. Y la experiencia ha demostrado que cuando los
trabajadores tienen la oportunidad de dirigir sus propios centros de
trabajo, la productividad se ha incrementado drásticamente.
Hay en Venezuela un movimiento vibrante
por el control obrero, basándose parcialmente en la experiencia de las
fábricas ocupadas como INAF, Inveval y Gotcha. Pero, en última
instancia, el control obrero sólo puede tener éxito si conduce a un
movimiento más amplio por la expropiación de las principales palancas de
la economía, en particular los bancos y las principales industrias, y
el establecimiento de una economía socialista planificada bajo el
control y la administración democrática de la clase obrera.
El PSUV
En todo el país, la burocracia y los
reformistas, esos supuestos bolivarianos que visten camisetas rojas,
pero en realidad están sirviendo a la causa de la burguesía dentro del
movimiento, están haciendo todo lo que está en su poder para ahogar y
sabotear la iniciativa revolucionaria de las masas, tal como hicieron
todo lo que estaba en su poder para sabotear y bloquear toda iniciativa
revolucionaria del Presidente Chávez cuando estaba vivo.
El presidente Chávez creó el PSUV para
cambiar la sociedad en interés de la mayoría del pueblo venezolano: los
trabajadores, los campesinos, los pobres y los desposeídos. No tenía
intención de que fuera un vehículo para la promoción de arribistas.
Existe un amplio descontento en las bases bolivarianas con la forma con
que el movimiento está controlado desde arriba por los burócratas, a
todos los niveles. El proceso de selección de candidatos para las
elecciones, por ejemplo, ya ha creado serios problemas en varios
lugares, presentándose muchos candidatos revolucionarios alternativos
contra los oficiales.
El presidente Maduro ha hecho
llamamientos a la unidad y a la disciplina. Naturalmente, estamos a
favor de la unidad y de la disciplina, pero éstas sólo pueden ser
garantizadas permitiendo el más completo grado de democracia interna. En
el congreso debe haber una discusión plena y libre de ideas y
diferencias. La dirección del Partido debe ser verdaderamente
representativa de la base. Sólo entonces será posible exigir unidad y
disciplina a los militantes. Pero las perspectivas para el próximo
congreso del PSUV no parecen buenas. Ya se ha anunciado que la mitad de
los delegados serán alcaldes y gobernadores. Las bases están siendo
apartadas a un lado por los carreristas y arribistas. Jorge Martín
escribe:
“Desde las elecciones presidenciales de
abril 2013 una serie de prominentes periodistas bolivarianos radicales o
de izquierdas han sido apartados de los canales de televisión y radio
estatales sin explicación. Hay una sensación de que se trata de
concesiones hechas a los medios de comunicación de la oposición para que
ellos también bajen el tono de sus críticas al gobierno. Sea cual sea
la verdad, el resultado es claro: las voces críticas del ala izquierda
son silenciadas o se les niega el acceso a un público más amplio.
Ninguna de estas concesiones tienen el efecto de moderar a la oposición,
sino por el contrario, puede desmoralizar a los elementos más activos
del movimiento revolucionario”.
Mientras se muestra la ternura más
conmovedora hacia funcionarios y oficiales del ejército corruptos, y
similares, la burocracia es implacable en la represión de la izquierda.
El destino de mi amigo Eduardo Samán es un ejemplo muy claro de esto.
Eduardo es conocido por ser un hombre de honestidad e integridad
innegables, un ávido partidario de la revolución socialista bolivariana.
Es respetado y admirado por las masas debido a su fuerte campaña en
contra de la guerra burguesa de sabotaje económico.
Pero esta admiración no es compartida
por la Quinta Columna bolivariana que le odiaba. No por primera vez,
ahora Samán ha vuelto a ser cesado de su cargo y despedido sin ninguna
explicación creíble. Muchos otros activistas honestos han sido
marginados, expulsados o destituidos de sus cargos. Estas acciones por
parte de los reformistas es lo que está minando la Revolución. Siembran
la desilusión y el escepticismo entre las masas, lo que tiene un efecto
devastador en la moral de los activistas chavistas. Esto es lo que está
corroyendo la Revolución desde dentro y preparando el terreno para
nuevas ofensivas de la contrarrevolución.
¡Llevar a cabo el legado de Chávez!
Recuerdo muy bien el discurso del
presidente Chávez donde anunció por primera vez que él era socialista.
Recuerdo cómo miles de chavistas con la camisa roja se pusieron de pie
para vitorear y aplaudir. Pero también me di cuenta de que este
entusiasmo salvaje no era compartido por todos los ministros
bolivarianos. Había algunas caras muy sombrías, incluso en el escenario.
No todo el mundo, al parecer, estaba a favor de la agenda socialista
revolucionaria del Presidente.
Desde el mismo principio, el mensaje
socialista revolucionario de Chávez ha sido atacado desde dos lugares:
por los enemigos abiertos de la Revolución y por los enemigos ocultos
dentro de sus filas. Los reformistas nunca se han reconciliado con la
idea del socialismo en Venezuela. Pero toda la historia, y sobre todo la
historia de América Latina, muestra que no se puede hacer una
revolución a medias. La revolución no puede detenerse a mitad de camino,
y si lo hace, le seguirá un desastre.
En esa reunión, cuando Chávez con
decisión se pronunció a favor del socialismo, vertió desprecio sobre
aquellos reformistas que argumentaban que había una “tercera vía” entre
el capitalismo y el socialismo. Admitiendo que una vez había creído en
esta idea, Chávez la rechazó de forma explícita, y la calificó de “una
farsa”. “No hay una tercera vía entre el capitalismo y el socialismo”,
dijo. Y él estaba un ciento por ciento en lo correcto.
Una de las principales contradicciones
del reformismo es que hace imposible que la economía capitalista de
mercado funcione, y al mismo tiempo no introduce una economía socialista
planificada. Así que terminamos en el peor de los mundos. Durante un
tiempo, la economía venezolana sobrevivió en base a las grandes reservas
del petróleo. Pero eso no podía durar para siempre. El hecho de no
llevar hasta el final la expropiación de la oligarquía quiere decir que
es imposible planificar las fuerzas productivas.
Es cierto que en Caracas hay un
Ministerio de Planificación. Pero no se puede planificar lo que no se
controla, y no se puede controlar lo que no posee. Dado que los
elementos clave de la economía permanecen en manos privadas, la
burguesía, que siempre ha sido hostil a la Revolución Bolivariana, puede
sabotear la economía declarando una huelga del capital. El dinero ha
estado fluyendo fuera del país, paralizando la inversión productiva. El
gobierno trata de poner fin a esto por medio de controles. Pero esto no
aborda la raíz del problema, que es el hecho de que los capitalistas
privados controlan las áreas clave de la inversión productiva.
Esto representa una seria amenaza para
el futuro de la Revolución. Adinerados funcionarios, alcaldes y
gobernadores, lanzan periódicamente discursos complacientes llenos de
retórica grandilocuente y de optimismo relajante. Al escucharlos, uno
podría pensar que no hay problemas, no hay dificultades, y que todo es
para mejor, en el mejor de los mundos bolivarianos. Pero la gente
corriente piensa diferente.
El rápido aumento de la inflación (56,3%
en tasa anual en enero) muestra que la crisis económica se está
agudizando, al igual que un termómetro indica una temperatura en aumento
y que la enfermedad empeora. Por otro lado, existe una creciente
escasez de algunos productos (un récord del 28% en el índice de escasez
en enero). Estos dos factores están corroyendo el valor de los salarios,
lo que lleva a la caída de los niveles de vida. Esto a su vez está
poniendo una tensión creciente en la paciencia y la lealtad de las
masas. Por otro lado, enfurece la clase media y la empuja a los brazos
de la reacción.
En cada etapa decisiva las masas han
salvado a la Revolución y la han empujado hacia adelante. En 2002, las
masas - la verdadera fuerza motriz de la Revolución - salieron a las
calles para arriesgar sus vidas y salvar a la Revolución, mientras que
los burócratas se quedaron acobardados debajo de sus camas o haciendo
cola para conseguir el primer avión para el extranjero. La Revolución
Bolivariana sobrevivirá, siempre y cuando las masas - la clase obrera,
los campesinos, los pobres urbanos y rurales - le sigan siendo leales.
Pero la fe de las masas en la Revolución ha sido sometida a una dura
prueba, y esto está colocando a la Revolución en un gran peligro.
Las únicas fuerzas que pueden defender a
la Revolución son las masas revolucionarias, y en primer lugar la clase
obrera. Los trabajadores lucharían con mucho mayor vigor y
determinación si estuvieran defendiendo sus propias fábricas bajo
control obrero. Al sabotear los elementos de control obrero, la
burocracia está actuando como un hombre que está serrando la rama de un
árbol sobre la que está sentado. Al final los trabajadores van a decir:
“¿Qué sentido tiene atender estos llamamientos? Hemos oído todo eso
antes. Hablan del socialismo y de la revolución, pero no podemos ver
mucha diferencia entre los jefes bolivarianos y los que teníamos antes”.
La única manera efectiva de defender la
revolución es completar sus tareas, mediante la sustitución del viejo
Estado capitalista por uno nuevo revolucionario basado en consejos
obreros y en las comunas, y con la expropiación de los medios de
producción para que la economía pueda ser planificada democráticamente.
Ese sería el mejor homenaje a la lucha a la que Hugo Chávez dedicó su
vida.
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Ideología y Socialismo del Siglo XXI.
Plan B - El éxodo de la infancia.
Lydia Cacho
La niñez no acompañada es puesta bajo custodia de Protección de Aduanas Fronteriza (CBP) mientras se les envía a Reasentamientos de Refugiados, donde después se investiga si tienen familiares en E.U.A, a quienes se les entregan en custodia mientras llegan a juicio que posiblemente les deportará. El 65 por ciento serán devueltos al lugar del que huyeron. El 40 por ciento elegibles para alguna visa de protección de la niñez o como víctimas de delitos.
Las autoridades mexicanas dedicadas a la cacería de niñas, niños y adolescentes que quieren cruzar la frontera, les entregan a albergues y asociaciones con acuerdos con el DIF; pero si tienen más de 12 años, les envían a estaciones migratorias donde reciben trato inadecuado como adultas. En ninguno de los dos países se da rápido acceso a asistencia jurídica y psicológica que les permita impugnar la ilegalidad de su detención. Los estudios demuestran que esa migración masiva de la infancia es provocada por el miedo a perder la vida en manos de los cárteles, de pandillas, por violencia intrafamiliar y violencia institucional. No van atrás de un sueño, sólo huyen de la pesadilla.
El tratado de Libre Comercio ha dejado desde 1994 a Centroamérica y México sin posibilidades de crecimiento. El subdesarrollo económico y social de la mano de la incapacidad de los gobiernos para mejorar la Seguridad Humana, ha tocado a la infancia; la esclavitud en la región ha incrementado, lo mismo que la violencia sexual y las y los pequeños lo saben; está documentado.
Estados Unidos y México tiene la obligación de asegurar su integridad desde la perspectiva del interés superior de la niñez. No se les puede refugiar en condiciones carcelarias; deben recibir atención multidisciplinaria especializada de la mano de ACNUR. Esta crisis humanitaria no será solucionada si se niegan a discutir la venta de armas desde los Estados Unidos así como la demanda de drogas de ese país; las reglas del TLC, las políticas migratorias restrictivas y a seguir negando la importancia de atajar la violencia de género y familiar en cada país y región.
Fuente: http://www.argenpress.info/2014/07/plan-b-el-exodo-de-la-infancia.html
Publicado por
Género con Clase
Argenpress Un niño hondureño de una
ciudad perdida mira la televisión de una peluquería, el anuncio
advierte que el turismo atrae recursos para la mejora del país, pero el
pequeño no cree ser ciudadano de esa patria. Una pequeña de ocho años,
proveniente de El salvador a quien entrevisté, piensa que la patria no
existe, el hogar está sólo en su imaginación. Esos millones de niños y
niñas expulsados del mundo, no hablan de sus países con ese masoquismo
entusiasta de los adultos. Han madurado a golpes de realidad.
La inocencia de la que hablamos al referimos a la infancia se ha
diluido. Después de entrevistar durante una década a niñas, niños y
adolescentes que han sido víctimas de violencia aprendí más sobre el
mundo. Es en la voz de esa generación menor de dieciséis años donde
encontramos las respuestas sobre la crisis que han generado la violencia
patrimonial y económica provocada por las políticas económicas que
profundizan la brecha entre quienes tienen todo y quienes no tienen
nada. No se puede hablar de migración sin hablar de economía y del
Estado Policíaco.
Las últimas investigaciones del Instituto para las Mujeres en la
Migración A.C nos dice que miles de niñas, niños y adolescentes de
Centroamérica y México huyen de sus países debido a que su integridad y
seguridad están en riesgo. En sólo nueve meses la Patrulla Fronteriza de
los Estados Unidos ha detenido a 51 mil pequeños migrantes y 12 mil 146
eran de México; la respuesta de Washington ha sido incrementar el
número de espacios con características carcelarias para encerrarles. De
este lado de la frontera las autoridades mexicanas registraron la
expulsión de mil 600 niñas, niños y adolescentes de Centroamérica y de 3
mil 724 mexicanos.
La niñez no acompañada es puesta bajo custodia de Protección de Aduanas Fronteriza (CBP) mientras se les envía a Reasentamientos de Refugiados, donde después se investiga si tienen familiares en E.U.A, a quienes se les entregan en custodia mientras llegan a juicio que posiblemente les deportará. El 65 por ciento serán devueltos al lugar del que huyeron. El 40 por ciento elegibles para alguna visa de protección de la niñez o como víctimas de delitos.
Las autoridades mexicanas dedicadas a la cacería de niñas, niños y adolescentes que quieren cruzar la frontera, les entregan a albergues y asociaciones con acuerdos con el DIF; pero si tienen más de 12 años, les envían a estaciones migratorias donde reciben trato inadecuado como adultas. En ninguno de los dos países se da rápido acceso a asistencia jurídica y psicológica que les permita impugnar la ilegalidad de su detención. Los estudios demuestran que esa migración masiva de la infancia es provocada por el miedo a perder la vida en manos de los cárteles, de pandillas, por violencia intrafamiliar y violencia institucional. No van atrás de un sueño, sólo huyen de la pesadilla.
El tratado de Libre Comercio ha dejado desde 1994 a Centroamérica y México sin posibilidades de crecimiento. El subdesarrollo económico y social de la mano de la incapacidad de los gobiernos para mejorar la Seguridad Humana, ha tocado a la infancia; la esclavitud en la región ha incrementado, lo mismo que la violencia sexual y las y los pequeños lo saben; está documentado.
Estados Unidos y México tiene la obligación de asegurar su integridad desde la perspectiva del interés superior de la niñez. No se les puede refugiar en condiciones carcelarias; deben recibir atención multidisciplinaria especializada de la mano de ACNUR. Esta crisis humanitaria no será solucionada si se niegan a discutir la venta de armas desde los Estados Unidos así como la demanda de drogas de ese país; las reglas del TLC, las políticas migratorias restrictivas y a seguir negando la importancia de atajar la violencia de género y familiar en cada país y región.
Fuente: http://www.argenpress.info/2014/07/plan-b-el-exodo-de-la-infancia.html
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Movimiento Feminista Socialista
miércoles, 30 de julio de 2014
LA SOLUCIÓN DEL GATO
Por Toby Valderrama y Antonio Aponte
Esta solución no es recomendable en política, la tierrita no cubre a la
realidad que termina siempre imponiéndose a pesar de lo deseos de los
incautos. En la Revolución Chavista hay muchas señales, hechos, que
ameritan reflexión. Lamentablemente, se les aplica la solución del gato.
Un suceso: la altísima abstención en la elección de los delegados al
Congreso del PSUV nos alerta sobre los efectos de soluciones evasivas,
de cómo las medidas, la conducta del gobierno influye en la realidad
política, sus consecuencias.
Ya
no son necesarias las encuestas para percibir la realidad, la
abstención en el PSUV nos grita en la cara que algo anda mal con el
apoyo de las masas, que es lo más importante de la Revolución.
Y a eso no podemos despacharlo con algunas proclamas de triunfos que
no se las cree nadie y algunas explicaciones que confunden. Es necesario
reflexionar, estudiarlo con rigor, tomar medidas urgentes so pena de
seguir debilitando al proceso.
Lo
primero es reconocer que la Revolución pierde apoyo, negarlo sólo
beneficia a la contrarrevolución. Luego debemos tratar de responder esta
pregunta: ¿por qué la Revolución pierde apoyo? Veamos.
El
gobierno calcó la conducta de los socialdemócratas, tomó el atajo de la
compensación material para buscar apoyo popular. Además, y muy
importante, convocó a la burguesía, a la oligarquía, a los capitalistas,
a una alianza con el gobierno para que le resuelvan los problemas. Era
previsible, así lo dice la experiencia internacional, que ese camino
elevaría la conciencia egoísta, capitalista, de la sociedad, y como
consecuencia debilitaría la base popular del gobierno. La confusión
trajo el desencanto y éste abrió paso al grito "sálvese quien pueda", el
egoísmo toma cuenta de la vida, la salida individual es la norma. El
gobierno quedó sin mensaje, la masa sin razones sagradas para luchar, se
borró la diferencia de fondo con la oposición, todo se presenta como
actores de la misma comparsa, con sólo diferencias de matices. Está
claro que ese atajo lleva a la derrota a la Revolución, o más directo,
es suicida.
Los
relativos éxitos tácticos en la compensación material debilitan
estratégicamente a la Revolución, es como una maldición de los dioses
del consumismo: mientras más da, cuanto más promete, menos fuerza tiene,
las exigencias materiales son mayores.
La compensación material tiene un tope, las exigencias son infinitas y
los recursos finitos. Por más que se hipoteque la Patria, por más que se
privatice, lo material no alcanza para cubrir las expectativas. Se
establece así una lucha entre sectores sociales por los recursos, por la
renta, por los dólares, en esa batalla ganan los burgueses y se
sumergen en la miseria a los sectores populares. Por eso, el final del camino de la compensación material, el de la socialdemocracia, es el conflicto social.
Al
debilitarse el gobierno es presa fácil del capitalismo nacional y del
transnacionalismo, no puede evitar los pactos con el capitalismo
mundial, cada vez se mete más en el pantano del pragmatismo y cada
minuto se apaga su luz.
El camino sigue siendo el Socialismo, el verdadero... ¿qué esperamos para rectificar?
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Ideología y Socialismo del Siglo XXI.
Pueblo lector.
Susana Martínez
No cabe duda, que un pueblo lector es un gran comunicador, pues la lectura como herramienta libertaria nos lleva a un pensamiento libre Es conductor de sueños, en donde lloramos, reímos. En definitiva, es como vivir muchas vidas, entre metáforas danzantes, que nos lleva a lugares imaginarios. Leer a Gustavo Pereira o José Ángel Buesa entre otros, es como pasearse en historias sin finales. Porque no paras de leerlos, saboreando cada palabra y aun quedas sediento.Nuestro pueblo, ha demostrado su capacidad de conocimiento, cuando lo escuchamos hablar con convicción, sobre temas diversos. Pero, eso no fue fortuito, el primer paso dado por la revolución bolivariana fue a través de la Misión Robinson, donde se enseñó a leer y a escribir. Reconocimiento posteriormente dado por la Unesco, cuando declaró al país libre de analfabetismo.
Luego, hemos estado sumergidos, en iniciativas hermosas como las ferias del libro, realizada a nivel nacional. Donde se pueden adquirir todo tipo de texto, sin condicionar nuestro interés por alguna lectura en particular.
Además, programas como “Los libros y la radio tienen mucho que ver, “La librería mediática” conducido por la periodista Marialcira Matute y el programa radial “Leer es divertido” dirigido por la periodista Carola Martínez, han contribuido enormemente, a este mundo mágico, como es la lectura.
Por tal sentido, podemos enorgullecernos, de contar con herramientas, que nos han sacado de la oscuridad, llevándonos a amaneceres enriquecidos de palabras vivas. Entonces, abracemos a los libros, como el que abraza a un ser querido, pues nos enseña a incrementar nuestros conocimientos, dándonos la capacidad de discernir.
El pueblo como lector, ha sido protagonista de sus luchas, la cual ha usado como bandera, no es el pueblo sumiso que vivió por décadas en desidia. Y, nunca olvidemos , que el mayor promotor de la lectura, será por siempre nuestro eterno comandante Hugo Chávez.
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Ideología y Socialismo del Siglo XXI.
Diálogo o violencia.
José Vicente Rangel.
Considero que llegó el momento de reanudar el diálogo
Periodista, escritor, defensor de los derechos humanos
jvrangelv@yahoo.es
1) Considero que llegó el momento de reanudar el
diálogo. Las circunstancias que vive el país lo permiten... y lo
reclaman. No hay razón alguna que justifique, primero la suspensión de
las conversaciones con motivo del chantaje de un sector de la oposición
que convirtió la ruptura en bandera política, y, luego, que no se haya
reiniciado hasta ahora. Está claro que el esfuerzo que se hizo para
montar la mesa de diálogo, con ocasión del llamado de Nicolás Maduro al
acceder a la Presidencia, sembró esperanzas en los venezolanos, y, por
consiguiente, no se debe olvidar. Dos factores claves de la política
nacional dieron un primer paso para la recomposición de su relación,
pero tal esfuerzo se vio afectado por la crisis en la oposición.
Finalmente, en el marco de una tensa situación que presagiaba la
violencia que se desató a partir de febrero, ocurrió el retiro de la
oposición con justificativos inconsistentes. En el fondo se impuso lo
que estaba planificado por la derecha, ya que el dilema en Venezuela es
claro: diálogo o violencia.
2) Esa determinación perturbó el proceso de diálogo que había comenzado con tantas dificultades, contribuyó a enrarecer el clima político y sirvió de combustible para alimentar la violencia en la calle. Los funestos resultados de aquella situación los conoce de sobra el país, que ahora se opone masivamente a que se repita. Desde luego, salvo aquellos grupos que no renuncian a la aventura y tienen como política acabar con las instituciones democráticas y derrocar al gobierno electo por el pueblo. Pero el clima cambió. La mayoría repudia la violencia y salidas extraconstitucionales. Quiere debate democrático. Ejercicio pleno de los derechos ciudadanos. Respeto a las diferencias. Recuperación de la economía. Paz. Y está consciente de que para alcanzar esos logros es fundamental dialogar en el ámbito del Estado de derecho. Sin cartas marcadas.
3) En este sentido importa señalar que la situación se está aclarando. Los violentos tomaron los atajos y facilitaron, con esa actitud, el despeje del escenario para que los que sinceramente creen en el diálogo y en la vía cívica para dirimir diferencias y proyectos de país retornen a las instancias donde se hace la política democrática, sin el temor a chantajes. En la oposición se dan cambios importantes. Hay deslindes que deben valorarse. Sectores que ya no aceptan presiones de poderes fácticos. Que quieren participar con el propósito de buscar entendimientos en torno a la solución de los más importantes problemas del país, que son los de la mayoría nacional. Voces que provienen de Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, el MAS, Copei, hay que escucharlas sin prejuicios. Por ejemplo, un diputado de AD como Édgard Zambrano plantea reactivar la mesa de diálogo y le pide al presidente Maduro que la impulse de nuevo. Sería torpe ignorar esas voces, no evaluarlas con seriedad. Lo cual no significa hacer concesiones en materia de principios ni nada por el estilo, sino responder al clamor de diálogo de los ciudadanos. Es momento de aperturas. Como corresponde a la distensión que se abre paso. Que sirve para repotenciar la política democrática y para hacer frente a cualquier nueva aventura que surja.
2) Esa determinación perturbó el proceso de diálogo que había comenzado con tantas dificultades, contribuyó a enrarecer el clima político y sirvió de combustible para alimentar la violencia en la calle. Los funestos resultados de aquella situación los conoce de sobra el país, que ahora se opone masivamente a que se repita. Desde luego, salvo aquellos grupos que no renuncian a la aventura y tienen como política acabar con las instituciones democráticas y derrocar al gobierno electo por el pueblo. Pero el clima cambió. La mayoría repudia la violencia y salidas extraconstitucionales. Quiere debate democrático. Ejercicio pleno de los derechos ciudadanos. Respeto a las diferencias. Recuperación de la economía. Paz. Y está consciente de que para alcanzar esos logros es fundamental dialogar en el ámbito del Estado de derecho. Sin cartas marcadas.
3) En este sentido importa señalar que la situación se está aclarando. Los violentos tomaron los atajos y facilitaron, con esa actitud, el despeje del escenario para que los que sinceramente creen en el diálogo y en la vía cívica para dirimir diferencias y proyectos de país retornen a las instancias donde se hace la política democrática, sin el temor a chantajes. En la oposición se dan cambios importantes. Hay deslindes que deben valorarse. Sectores que ya no aceptan presiones de poderes fácticos. Que quieren participar con el propósito de buscar entendimientos en torno a la solución de los más importantes problemas del país, que son los de la mayoría nacional. Voces que provienen de Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, el MAS, Copei, hay que escucharlas sin prejuicios. Por ejemplo, un diputado de AD como Édgard Zambrano plantea reactivar la mesa de diálogo y le pide al presidente Maduro que la impulse de nuevo. Sería torpe ignorar esas voces, no evaluarlas con seriedad. Lo cual no significa hacer concesiones en materia de principios ni nada por el estilo, sino responder al clamor de diálogo de los ciudadanos. Es momento de aperturas. Como corresponde a la distensión que se abre paso. Que sirve para repotenciar la política democrática y para hacer frente a cualquier nueva aventura que surja.
Laberinto
LA CAMPAÑA para descalificar globalmente a la justicia
venezolana, con clara intención política, comenzó a través de foros,
escritos, declaraciones de prensa. Su finalidad es empañar la imagen del
Gobierno bolivariano. La práctica es conocida: se escoge una
institución -en este caso el Poder Judicial- y se descarga sobre ella un
arsenal de infamias y falsedades. Todos los miembros de la
administración de justicia, desde el Tribunal Supremo hasta el último
juzgado, son corruptos. ¿Qué se pretende con esta ofensiva? Desmoralizar
a los funcionarios, difundir en el país y, sobre todo, en el exterior,
una imagen velada por la corrupción o la subordinación política…
¿POR QUÉ? Porque los tribunales no dictan las sentencias que los promotores de la campaña quieren. Porque no se pliegan a las presiones de ciertos bufetes. Porque deciden en contra de conspiradores y golpistas, en defensa del orden constitucional…
¿HAY VICIOS en el Poder Judicial? Claro. Tienen vieja data y hay que extirparlos. Como los que proliferaron durante la IV República, auspiciados por escritorios privilegiados y jueces que firmaron infinidad de boletas en blanco para allanar hogares de adversarios del régimen. Los autores de la campaña son conocidos. No luchan por una justicia mejor, sino por la del pasado. La de sus conveniencias…
SIGUE EL Ejército israelita masacrando palestinos. Repitiendo el modelo nazi. ¡Qué vergüenza!...
PERO UNA vez más queda demostrado que no basta la fuerza para avasallar a un pueblo. Los judíos lo saben mejor que nadie. Ahora su Gobierno está en aprietos: repudiado por la comunidad internacional y con crecientes reacciones de rechazo en su propio territorio. Además, ha topado con una resistencia que no esperaba. En la invasión a Gaza de 2008 murieron 11 soldados israelitas; ahora, en cuatro días, han muerto 25 soldados, 53 han resultado heridos y hay varios desaparecidos…
POR si fuera poco el oprobio para el Gobierno de Israel de esta operación militar, está el estigma de haber asesinado durante el ataque de su ejército a Gaza a 121 niños palestinos. Una infamia imperdonable.
¿POR QUÉ? Porque los tribunales no dictan las sentencias que los promotores de la campaña quieren. Porque no se pliegan a las presiones de ciertos bufetes. Porque deciden en contra de conspiradores y golpistas, en defensa del orden constitucional…
¿HAY VICIOS en el Poder Judicial? Claro. Tienen vieja data y hay que extirparlos. Como los que proliferaron durante la IV República, auspiciados por escritorios privilegiados y jueces que firmaron infinidad de boletas en blanco para allanar hogares de adversarios del régimen. Los autores de la campaña son conocidos. No luchan por una justicia mejor, sino por la del pasado. La de sus conveniencias…
SIGUE EL Ejército israelita masacrando palestinos. Repitiendo el modelo nazi. ¡Qué vergüenza!...
PERO UNA vez más queda demostrado que no basta la fuerza para avasallar a un pueblo. Los judíos lo saben mejor que nadie. Ahora su Gobierno está en aprietos: repudiado por la comunidad internacional y con crecientes reacciones de rechazo en su propio territorio. Además, ha topado con una resistencia que no esperaba. En la invasión a Gaza de 2008 murieron 11 soldados israelitas; ahora, en cuatro días, han muerto 25 soldados, 53 han resultado heridos y hay varios desaparecidos…
POR si fuera poco el oprobio para el Gobierno de Israel de esta operación militar, está el estigma de haber asesinado durante el ataque de su ejército a Gaza a 121 niños palestinos. Una infamia imperdonable.
Periodista, escritor, defensor de los derechos humanos
jvrangelv@yahoo.es
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Actualidad
"Historia de una desobediencia: Aborto y Feminismo", de Mabel Bellucci
Gabriela Mitidieri
Al avanzar un poco más llegamos a los años '70 y a la efervescencia política que atravesaba todos los ámbitos de Buenos Aires. Allí esta ensayista se permite abordar el modo en que las cuestiones de género, los derechos de las mujeres a su propio cuerpo y a decidir acerca de la maternidad, permearon (o no) a las organizaciones político-militares y a partidos de izquierda revolucionaria, con honrosas excepciones. También logra situar sobre la palestra a aquellas iniciativas que pasaron desapercibidas pero que dejaron huellas intrépidas en el camino como la que constituyó el “Grupo de Política Sexual”, de la mano de Néstor Perlongher, Osvaldo Baigorria, María Elena Oddone, Sara Torres, Hilda Rais, Marta Miguelez, Martín Sagrera Capdevila, entre otros lúcidos activistas.
El cuarto apartado apunta a un análisis de aquellas prácticas que, entre las penumbras de la dictadura militar, materializaron distintas mujeres con la mira puesta en continuar activando de la manera en que se pudiera. Desde grupos de concienciación y estudio en Buenos Aires (lo que la autora recupera con la noción de “insilio” o “el exilio interno”), hasta experiencias de intercambio y fortalecimiento en el exilio. Los siguientes nos transportan al regreso de la democracia, al aborto voluntario como tema de agenda política y a la constitución del movimiento de mujeres en nuestro país. La reconstrucción pormenorizada de la trayectoria y desempeño de la Comisión por el Derecho al Aborto y de una de sus figuras destacadas, Dora Coledesky, es un aporte valioso que realiza la autora como testigo-participante de este proceso.
En lo que sigue, rastrea las distintas iniciativas que desde entonces hasta el presente, se encargaron de cristalizar la conquista por el derecho a decidir soberanamente sobre los cuerpos. Estrategias, alianzas, despliegues de política en las calles, en las casas, en las camas y en numerosos y concurridísimos Encuentros Nacionales de Mujeres, pueblan las últimas páginas de dicha obra. El devenir potente de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto legal, Seguro y Gratuito constituye un ejemplo sustantivo de estas exploraciones rizomáticas, como así también las novedades que significan el uso de misoprostol y la práctica politico-afectiva del movimiento socorrista. El último apartado “Testimonios Ineludibles”, condensa las palabras de la psicoanalista Martha Rosenberg, de la investigadora Alejandra Ciriza, de la periodista Dahiana Belfiori y del Colectivo Varones Antipatriarcales. Todxs ellxs activistas que aportan tanto sus miradas particulares como sus experiencias militantes y académicas para dar un cierre vivencial al recorrido propuesto por Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo.
Una nota aparte merece el aporte significativo que la autora llevó adelante en términos de puesta en valor de documentos históricos. Para quienes intentamos hacer historia de las mujeres o sobre diferentes sujetos subalternos invisibilizados por la “Gran Historia”, sabemos que la documentación con la que trabajamos muchas veces puede ser fragmentaria, dispersa, poco sistematizada. En este caso, cuando constatamos que la materia prima de la que se valió para componer este ensayo histórico fue desde los testimonios orales de compañeras de lucha, hasta revistas efímeras, panfletos, folletos, solicitadas garabateadas en reuniones, percibimos que hubo ahí un trabajo intenso de recopilación, revisión, catalogación de archivos personales que, sin duda, servirá para que futurxs investigadorxs del mismo modo puedan hacer sus propias indagaciones sobre la larga historia de esta ansiada demanda.
Por último, constituye también una investigación que invita a recuperar esos aprendizajes formativos que han sido tan característicos del feminismo en el que se fraguó la propia autora: los grupos de estudio, reflexión e intervención callejera, desobediencias y objeciones sexuales y de género que increpan y desmontan un orden opresivo. La autora nos habla de cuerpos que intentan sacudirse de un control biopolítico y que son entendidos como campo de batalla. Batallas contra la obligatoriedad de una maternidad no deseada, la apuesta por la construcción de un deseo diferente, un desobedecer a la heterosexualidad como régimen político. Desistir, decir basta.
Así, los nuevos feminismos -queer, antirracistas, trans- encontrarán sin duda en estas páginas, un insumo valioso para indagar en el pasado de esta disputa contra el heterocapitalismo. Para cruzar la contienda en las calles, con la lectura sobre la historia de nuestro movimiento, recuperar genealogías en las que sentirnos interpeladxs. Abrazar un feminismo, anticapitalista y antirracista que genere incomodidades. Cuestionar desde los márgenes a los centros de poder y a los discursos hegemónicos heteronormativos, blancos y occidentales. Y así, fortalecernos con las estrategias políticas de activistas históricas que hicieron camino al andar.
* Profesora de Historia – UBA
www.herramienta.com.ar
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Género con Clase
La haine ¿Cómo se hace para contar
una historia de una lucha, de una desobediencia colectiva? ¿Cómo
rastrear orígenes, dar cuenta de prácticas, cuando quienes llevaron
adelante esas luchas lo hicieron movidas por una urgencia política de
reclamo de autonomía de sus cuerpos, de sus vidas, sin ponerse a pensar
en la trascendencia de sus estrategias? El libro de Mabel Bellucci
'Historia de una desobediencia: Aborto y Feminismo', es, en tal sentido,
un mapa de ruta, un relato polifónico, des-academizado, que nos guía
por distintos tiempos, lugares geográficos, espacios de militancia,
trayectorias de vida. Representa una indagación en primera persona, pero
en primera persona del plural: la genealogía de la contienda por el
aborto que llevaron adelante feministas de distintas procedencias –
entre las cuales se cuenta también ella- y las alianzas potentes con
otros colectivos desobedientes que dinamizaron esa pugna en diferentes
contextos y coyunturas.
Un primer elemento interesante que encontramos en este texto es
que a lo largo de sus 600 páginas, la propia lucha reseñada representa
una suerte de prisma a través del cual podemos observar una diversidad
de prácticas feministas: los grupos de estudios, de reflexión, la puesta
en circulación de escritos y obras, los modos que adopta la misma
disputa, en las calles, en la academia, en el parlamento, en la prensa,
las trayectorias maravillosas de vida de personajes emblemáticos, clave
para pensar el devenir de la conquista por el aborto voluntario (Néstor
Perlongher, María Elena Oddone, Tununa Mercado, Nora Ciapponi, Moira
Soto, Dora Coledesky, Alfredo Bravo, Martha Rosenberg, entre otras y
otros protagonistas), los momentos de encuentros y desencuentros entre
feminismos, izquierdas y comunidad LGTB.
Si bien podemos postular que siempre hay algo de arbitrario en la
formulación de genealogías, la propuesta de la autora da cuenta de una
voluntad internacionalista, de diálogos fluidos, de la importancia de
poner de relieve prácticas subterráneas y pensamientos disruptivos e
inspiradores que nos anteceden. Los ocho apartados en los que se divide
el libro son puertas de entrada desde distintos ángulos hacia la
temática. En el primero nos encontramos con las experiencias de
colectivas feministas de Estados Unidos, Francia e Italia en el marco de
los explosivos años '60, mientras que en el segundo nuestro recorrido
nos guía de vuelta hacia tierras locales en donde nos convertimos en
testigxs deslumbradxs de las actividades tenaces de mujeres que eran a
un tiempo viajeras, traductoras, editoras, imprenteras, en una
incansable labor de circulación de los clásicos del feminismo que se
acuñaban en el Norte.
Al avanzar un poco más llegamos a los años '70 y a la efervescencia política que atravesaba todos los ámbitos de Buenos Aires. Allí esta ensayista se permite abordar el modo en que las cuestiones de género, los derechos de las mujeres a su propio cuerpo y a decidir acerca de la maternidad, permearon (o no) a las organizaciones político-militares y a partidos de izquierda revolucionaria, con honrosas excepciones. También logra situar sobre la palestra a aquellas iniciativas que pasaron desapercibidas pero que dejaron huellas intrépidas en el camino como la que constituyó el “Grupo de Política Sexual”, de la mano de Néstor Perlongher, Osvaldo Baigorria, María Elena Oddone, Sara Torres, Hilda Rais, Marta Miguelez, Martín Sagrera Capdevila, entre otros lúcidos activistas.
El cuarto apartado apunta a un análisis de aquellas prácticas que, entre las penumbras de la dictadura militar, materializaron distintas mujeres con la mira puesta en continuar activando de la manera en que se pudiera. Desde grupos de concienciación y estudio en Buenos Aires (lo que la autora recupera con la noción de “insilio” o “el exilio interno”), hasta experiencias de intercambio y fortalecimiento en el exilio. Los siguientes nos transportan al regreso de la democracia, al aborto voluntario como tema de agenda política y a la constitución del movimiento de mujeres en nuestro país. La reconstrucción pormenorizada de la trayectoria y desempeño de la Comisión por el Derecho al Aborto y de una de sus figuras destacadas, Dora Coledesky, es un aporte valioso que realiza la autora como testigo-participante de este proceso.
En lo que sigue, rastrea las distintas iniciativas que desde entonces hasta el presente, se encargaron de cristalizar la conquista por el derecho a decidir soberanamente sobre los cuerpos. Estrategias, alianzas, despliegues de política en las calles, en las casas, en las camas y en numerosos y concurridísimos Encuentros Nacionales de Mujeres, pueblan las últimas páginas de dicha obra. El devenir potente de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto legal, Seguro y Gratuito constituye un ejemplo sustantivo de estas exploraciones rizomáticas, como así también las novedades que significan el uso de misoprostol y la práctica politico-afectiva del movimiento socorrista. El último apartado “Testimonios Ineludibles”, condensa las palabras de la psicoanalista Martha Rosenberg, de la investigadora Alejandra Ciriza, de la periodista Dahiana Belfiori y del Colectivo Varones Antipatriarcales. Todxs ellxs activistas que aportan tanto sus miradas particulares como sus experiencias militantes y académicas para dar un cierre vivencial al recorrido propuesto por Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo.
Una nota aparte merece el aporte significativo que la autora llevó adelante en términos de puesta en valor de documentos históricos. Para quienes intentamos hacer historia de las mujeres o sobre diferentes sujetos subalternos invisibilizados por la “Gran Historia”, sabemos que la documentación con la que trabajamos muchas veces puede ser fragmentaria, dispersa, poco sistematizada. En este caso, cuando constatamos que la materia prima de la que se valió para componer este ensayo histórico fue desde los testimonios orales de compañeras de lucha, hasta revistas efímeras, panfletos, folletos, solicitadas garabateadas en reuniones, percibimos que hubo ahí un trabajo intenso de recopilación, revisión, catalogación de archivos personales que, sin duda, servirá para que futurxs investigadorxs del mismo modo puedan hacer sus propias indagaciones sobre la larga historia de esta ansiada demanda.
Por último, constituye también una investigación que invita a recuperar esos aprendizajes formativos que han sido tan característicos del feminismo en el que se fraguó la propia autora: los grupos de estudio, reflexión e intervención callejera, desobediencias y objeciones sexuales y de género que increpan y desmontan un orden opresivo. La autora nos habla de cuerpos que intentan sacudirse de un control biopolítico y que son entendidos como campo de batalla. Batallas contra la obligatoriedad de una maternidad no deseada, la apuesta por la construcción de un deseo diferente, un desobedecer a la heterosexualidad como régimen político. Desistir, decir basta.
Así, los nuevos feminismos -queer, antirracistas, trans- encontrarán sin duda en estas páginas, un insumo valioso para indagar en el pasado de esta disputa contra el heterocapitalismo. Para cruzar la contienda en las calles, con la lectura sobre la historia de nuestro movimiento, recuperar genealogías en las que sentirnos interpeladxs. Abrazar un feminismo, anticapitalista y antirracista que genere incomodidades. Cuestionar desde los márgenes a los centros de poder y a los discursos hegemónicos heteronormativos, blancos y occidentales. Y así, fortalecernos con las estrategias políticas de activistas históricas que hicieron camino al andar.
* Profesora de Historia – UBA
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Movimiento Feminista Socialista
Psuv interpelarán a ministros y vicepresidentes de Economía.
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Nicolas Maduro
COMUNICADO: Declaración conjunta de los Estados partes del Mercosur.
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Actualidad
Vea "Dossier con Walter Martínez (29.07.14)
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Internacionales
Chávez: "Si Palmer llega a Maiquetia, agárralo"
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Chavez
Presidente Hugo Chávez 1/2 Larry Palmer GO HOME!
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Chavez
martes, 29 de julio de 2014
LEGADO DEL CMDTE. Chávez celebra Primer año Gobierno 06-DIC-1999-MICRO
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Chavez
Earle Herrera: Feliz Cumpleaños al Comandante de las 8 estrellas.
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Chavez
¡Carajo, qué falta nos haces!
Mario Silva García.
Hoy no quiero escribir desde la trinchera política. Más bien quiero que
me embarguen las emociones; las voy a dejar pasar y echaré los cálculos a
un lado, porque allí donde quise siempre andar, la política no tiene
posibilidades. Eso me lo enseñó Chávez.
Además, en honor a la verdad, no sé si Maquiavelo tendrá razón y
terminaré exhausto permitiendo que los lobos y las zorras, la bestia y
el hombre, culminen como la poesía narrada por el Che, invocando a los
heraldos negros de César Vallejo… ¡Yo no sé!
Cumples 60 y te fuiste a los 59, me dice a hurtadillas mi compañera: “Lo
que sembraste trasciende al tiempo mismo”. Pero, irreverente, no quiero
hacer una reseña del Chávez político; a ese lo parió la madre
naturaleza. Más bien, me refiero al arañero de Sabaneta que sabía del
polvo en las alpargatas, del dolor que provoca el hambre, de ese Chávez
que veía fijo –como los hombres deben mirar–, porque es la única manera
de conocerles el alma buena o mala y, a fin de cuentas, siempre les
encontraba el lado bueno. Eso me lo enseñó Chávez… Por eso digo que lo
parió la madre naturaleza.
Me refiero a aquel Chávez que decía las cosas desde las vísceras; me
refiero a aquel Chávez que amaba, sonreía, sufría, lloraba, abrazaba;
aquél Chávez que nos enseñó que la frase “¡Te amo!” no era un acto
íntimo que nos ruborizara y, mucho menos, la muestra de debilidad que
nos consume. Me refiero a ese Chávez que soñaba con tantas cosas a la
vez, como si presintiera que debía soñarlas, ¡todas!, para dibujarlas en
nuestros corazones y, desde el vientre de esa madre naturaleza que lo
parió y se lo llevó, enojarse o alegrarse por lo que hacemos, pero
siempre con la esperanza de construir sus sueños… Eso me lo enseñó
Chávez, coño, pero ¡Qué falta nos haces, Comandante!
¿Qué Chávez equivocó alguna vez el camino? ¡Sí!, pero regresaba terco,
con más fuerza, a replantearse las posibilidades, estudioso, científico
y, sobre todo, humano. La madre naturaleza se lo exigía, los
polvorientos caminos de Sabaneta venían a su memoria y el estadista
sucumbía ante la gloria de sus recuerdos. El quepí era sustituido por el
sombrero de aquellos llaneros que atravesaron la frontera al lado de
Simón, acompañándole en sus cuitas de saberse antes de nada pueblo. Ni
confort, ni privilegio, solo un escritorio modesto repleto de libros
abiertos en números de páginas puntuales, con tesis filosóficas, poemas
y, acaso, la soledad de los solos que siempre los acompaña la razón
¡Dios! ¿Por qué es tan difícil lo bueno?
Chávez era el niño que se enternecía ante las caricias de la abuela. Y
veía a la ternura de Mamá Rosa en todas las abuelas que bendijeron su
voluntad de hierro. Chávez se erigía protector de sus hijos y sus nietos
hasta en el más terrible de los escenarios políticos. Y veía a sus
hijos en los rostros de los niños de la Patria; le dolía sus carencias,
amaba sus irreverencias. No había un ápice de trapacería panfletaria en
sus abrazos. Chávez amaba a la mujer venezolana, porque del vientre
sagrado, madre naturaleza, fue parido para respetarla; Chávez amaba la
Patria como si de una mujer se tratara: India, negra, blanca, mestiza,
pueblo amado hasta el sacrificio supremo de morir por ella… Eso me lo
enseñó Chávez, porque la Bandera, el Escudo y el Himno Nacional no son
meros símbolos para hacer retórica.
¿Qué es a fin de cuentas el sacrificio? Detrás del estadista, el hombre:
8 de diciembre de 2012 ¿Quién nos invitaba a culminar sus sueños? ¿El
estadista, el revolucionario o el hombre? Ese día, Chávez el hombre,
presentía que estaba cerca el regazo de Mama Rosa querida para hallar
consuelo en su amor de madre y contarle los desengaños entre los
mortales:
“Quizás algún día, mi vieja querida, dirija mis pasos hacia tu recinto.
Con los brazos en alto y con alborozo, coloque en tu tumba una gran
corona de verdes laureles. Sería mi victoria, sería tu victoria, y la de
tu pueblo y la de tu historia.
Y entonces, por la Madre Vieja volverán las aguas del río Boconó, como
en otros tiempos tus campos regó, y por sus riberas se oirá el canto
alegre de tu cristofué y el suave trinar de tus azulejos y la clara risa
de tu loro viejo.
Y entonces, en tu casa vieja tus blancas palomas el vuelo alzarán.
Y bajo el matapalo ladrará Guardián, y crecerá el almendro junto al naranja.
Y también el ciruelo junto al topochal y los mandarinos junto a tu piñal y enrojecerá
el semeruco junto a tu rosal y crecerá la paja bajo tu maizal.
Y entonces, la sonrisa alegre de tu rostro ausente, llenará de luces este llano caliente y un gran cabalgar saldrá de repente.
Y vendrán los federales con Zamora al frente, y el catire Páez con sus
mil valientes, las guerrillas de Maisanta con toda su gente. O quizá
nunca, mi vieja, llegue tanta dicha por este lugar.
Y entonces, solamente entonces, al fin de mi vida, yo vendría a
buscarte, Mamá Rosa mía, llegaría a la tumba y la regaría con sudor y
sangre, y hallaría consuelo en tu amor de madre y te contaría de mis
desengaños entre los mortales.
Entonces, abrirías tus brazos y me abrazarías cual tiempo de infante y
me arrullarías con tu tierno canto y me llevarías por otros lugares a
lanzar un grito que nunca se apague.”
Hoy cumples 60 años, Comandante. Uno más desde esos casi 59 cuando
emprendiste el vuelo que te rezó María Gabriela en la Casa de los Sueños
Azules. Si hemos aprendido o no de tu inigualable vida, eso lo sabremos
cuando asumamos que: llegar a tu tumba y regarla con sudor y sangre no
sea una consigna, sino una fe de vida, pues el mundo requiere de
valientes y no de esperar a que se cumplan doscientos años más para ver
parir a un solo valiente… Eso también me lo enseñaste, Comandante
¡Carajo, qué falta nos haces!
Comunicador social. Ex-miembro y caricaturista de Aporrea.org.
Revolucionó el periodismo de opinión y denuncia contra la derecha con la
publicación de su columna "La Hojilla" en Aporrea a partir de 2004, para luego llevarla a mayores audiencias y con nuevo empuje, a través de VTV con "La Hojilla en TV".
mariosilvagarcia1959@gmail.com @LaHojillaenTV
mariosilvagarcia1959@gmail.com @LaHojillaenTV
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Ideología y Socialismo del Siglo XXI.
Me chocan los chinos, o sea...
CAROLA CHÁVEZ.
Y nosotros fúricos con Cuba y los verdaderos malucos los teníamos en nuestras narices, ahí, donde tantas veces buscamos el almuerzo del domingo, para llevar, of course...
Y nosotros fúricos con Cuba y los verdaderos malucos los teníamos en nuestras narices, ahí, donde tantas veces buscamos el almuerzo del domingo, para llevar, of course...
O sea, uno no tiene en quién confiar: años y años María Corina
diciéndonos que aquí nos gobernaban desde La Habana, y uno con ese
terror y esa rabia, o sea, porque esos cubanos malvados nos estaban
dirigiendo la vida y directo al abismo castro comunista, pero no, o
sea...
Y nosotros fúricos con Cuba y los verdaderos malucos los teníamos en nuestras narices, ahí, donde tantas veces buscamos el almuerzo del domingo, para llevar, of course... Ahí, donde uno iba tan tranquilo y pedía arroz, chop suey, pollo agridulce y lumpias... ¡Los malos, amiguis, ¡eran los chinos!
Ya algo intuía porque desde hace tiempo, cuando quiero comer chino el cuerpo me grita sushi, que parece chino pero es japonés, o sea, que la naturaleza es sabia, además que no me van a comparar un California roll con una lumpia, o sea... Pero el cuento no es el sushi, el cuento son los chinos que, o sea, se han apoderado de nuestro país mientras nosotros marchábamos con consignas equivocadísimas como aquella tan melodiosa que decía “Y no, y no, y no me da la gana, de una dictadura como la cubana”. Nosotros marchando y los chinos muertos de la risa, aunque la verdad es que el único chino muerto de risa que he visto en mi vida es ese gordito de porcelana que tienen en esos restaurantes que juro no volver a pisar, y que si uno le soba la barriga y que da suerte, o sea, pero será suerte para los chinos, porque nosotros estamos empavados como si todos los días fueran friday 13th, o sea, viernes 13.
Y así fue como amanecimos colonizados por el imperio chino. Vinieron la semana pasada y compraron hasta la Torre de David, o sea, donde un montón de chavistas que vivían ahí fueron sacados por el mismo gobierno por el que ellos dicen que votaron, aunque todos sabemos que nadie votó por este gobierno, o sea, pero los sacaron, según, para llevarlos a unas viviendas dignas; pero sabiendo que los chinos están de por medio, o sea, yo temo por esas personas, o sea, aunque no temo mucho, no vaya a ser que me los quieran mudar para mi urbanización.
Así que me chocan los chinos, o sea, por apoderarse de mi pobre país, o sea, y por algo peor: esos chinos hurriblis comen perritos, o sea que ¿se acuerdan de “se van a llevar a los niños a Cuba”? O sea, no. ¡Ahora se llevarán a nuestras peludas mascotas a China! A Fluffy, o sea, ¡SOS!
carolachavez.wordpress.com
Y nosotros fúricos con Cuba y los verdaderos malucos los teníamos en nuestras narices, ahí, donde tantas veces buscamos el almuerzo del domingo, para llevar, of course... Ahí, donde uno iba tan tranquilo y pedía arroz, chop suey, pollo agridulce y lumpias... ¡Los malos, amiguis, ¡eran los chinos!
Ya algo intuía porque desde hace tiempo, cuando quiero comer chino el cuerpo me grita sushi, que parece chino pero es japonés, o sea, que la naturaleza es sabia, además que no me van a comparar un California roll con una lumpia, o sea... Pero el cuento no es el sushi, el cuento son los chinos que, o sea, se han apoderado de nuestro país mientras nosotros marchábamos con consignas equivocadísimas como aquella tan melodiosa que decía “Y no, y no, y no me da la gana, de una dictadura como la cubana”. Nosotros marchando y los chinos muertos de la risa, aunque la verdad es que el único chino muerto de risa que he visto en mi vida es ese gordito de porcelana que tienen en esos restaurantes que juro no volver a pisar, y que si uno le soba la barriga y que da suerte, o sea, pero será suerte para los chinos, porque nosotros estamos empavados como si todos los días fueran friday 13th, o sea, viernes 13.
Y así fue como amanecimos colonizados por el imperio chino. Vinieron la semana pasada y compraron hasta la Torre de David, o sea, donde un montón de chavistas que vivían ahí fueron sacados por el mismo gobierno por el que ellos dicen que votaron, aunque todos sabemos que nadie votó por este gobierno, o sea, pero los sacaron, según, para llevarlos a unas viviendas dignas; pero sabiendo que los chinos están de por medio, o sea, yo temo por esas personas, o sea, aunque no temo mucho, no vaya a ser que me los quieran mudar para mi urbanización.
Así que me chocan los chinos, o sea, por apoderarse de mi pobre país, o sea, y por algo peor: esos chinos hurriblis comen perritos, o sea que ¿se acuerdan de “se van a llevar a los niños a Cuba”? O sea, no. ¡Ahora se llevarán a nuestras peludas mascotas a China! A Fluffy, o sea, ¡SOS!
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Etiquetas:
Humor Revolucionario
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