martes, 5 de noviembre de 2013

Mas allá de lo electoral.


ADÁN CHÁVEZ FRÍAS.


La derecha fascista de este país, continúa con sus planes conspirativos de desestabilización, llevando a cabo una guerra económica bien planificada que busca crear descontento en nuestro pueblo, para tratar, entre otros tantos objetivos, de desviar la voluntad popular en las próximas elecciones municipales del 8 de diciembre.
Pero esas intenciones van más allá del 8 de diciembre y podríamos decir, se siente con mayor fuerza, desde la desaparición física de nuestro Comandante Supremo, Hugo Chávez. Es un plan bien orquestado que encaja perfectamente en la teoría del “golpe lento” o “golpe suave”, que no busca otra cosa que no sea, crear condiciones de agitación social, recrear escenarios de estado fallido, ilegítimo e ineficiente, valiéndose de la manipulación mediática y maximizando algunas fallas que aún persisten en nuestra sociedad, apoyados casi de manera absoluta, por los dueños de los medios de comunicación privados, a través de un gran bombardeo mediático. Es lo que también se llama “La guerra psicológica”, que busca reproducir, a final de cuentas, condiciones de enfrentamiento entre el mismo pueblo, un estallido social de grandes dimensiones para solicitar una intervención extranjera de cualquier tipo y frenar el avance de la Revolución Bolivariana.
Es el escenario oscuro de la oposición venezolana, que tiene su lado opuesto, un lado lleno de pueblo consciente y chavista que sabe perfectamente que la estrategia especulativa y de acaparamiento de productos y servicios que son claves para el vivir rutinario de la sociedad, proviene de las intenciones macabras de grupos de poder económico, manejados por el propio imperio norteamericano.
Ignacio Ramonet, el gran escritor del libro “Hugo Chávez. Mi Primera Vida”, comentaba en una entrevista, durante su última visita a nuestro país, lo siguiente: “Hay una situación en Venezuela que recuerda a la que había en Chile en vísperas del golpe de Estado de 1973 que derrocó a Salvador Allende… Un golpe de Estado en cámara lenta”.
Según la opinión de Ramonet, la cual yo comparto en su totalidad, el objetivo es “desorganizar la administración venezolana y crear un malestar social… Es una situación de gran tensión. Si se lee la prensa de los meses que precedieron al golpe de Estado de Chile, la idea era la misma, la de un gobierno que no sabe gobernar. Hoy sabemos que era un lento golpe de Estado que esperaba la intervención del ejército… No sé si existe un complot, pero es una curiosa coincidencia que desde Allende nadie haya podido llegar al poder en América Latina con un programa progresista. Chávez surgió en medio del apogeo del neoliberalismo, fue a contracorriente de los grandes intereses financieros… Entre Allende y Chávez no hay ningún gobernante que haya conseguido conciliar un programa progresista y democrático”.
Ahora le toca a nuestro primer presidente chavista, Nicolás Maduro, romper con esa máxima y que nosotros junto a él, desde todos los niveles de gobierno (nacional, regional y municipal) y el gran poder popular, trabajemos con eficiencia y eficacia para combatir y derrotar de manera definitiva las intenciones imperialistas de querer recrear escenarios similares a los vividos en Chile, o más allá, querer imitar las acciones invasoras y nefastas ejecutadas en Libia, Siria, Afganistán y otros países del mundo.
La verdadera organización, como decía, desde todos los niveles del gobierno y de la sociedad en sí, es fundamental para combatir estos planes conspirativos que atentan contra el bienestar y la paz de un pueblo que ha sido, a través de estos 14 años de revolución bolivariana, partícipe de manera protagónica de innumerables logros tangibles. No dejaremos, bajo ninguna circunstancia, que todas esas metas alcanzadas se pierdan. Por eso los procesos eficientes de supervisión, seguimiento y control, además de la aplicación de la contraloría social, se convierten en armas imperantes para seguir dando la batalla; la que nos llevará a la gran victoria del 8-D, para de allí en adelante continuar consolidando la Patria que Chávez nos dejó.
Nuestros cuadros de vanguardia revolucionaria para estas venideras elecciones, deben estar preparados para cualquier evento que vaya más allá de lo propiamente electoral. Estamos enfrentando una guerra de varios vértices, pero podemos decir, que no es una guerra sin cuartel. Contamos con un pueblo de alta moral y conciencia revolucionaria, con unas Fuerzas Armadas enfiladas a resguardar nuestra independencia y soberanía. Y ahora, en este nuevo ciclo de la revolución, estamos más decididos que nunca a defender el legado que Chávez nos dejó, en el terreno que sea necesario… Tenemos patria!! Que nadie se equivoque!!
¡Chávez Vive… La Patria Sigue!!
¡Hasta la Victoria siempre!!

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