MARYCLEN STELLING
Imposible obviar la movilización ciudadana que crece, se organiza y, represada en sus justas demandas, procura visibilidad, expresión y participación a través de todos los medios a su alcance.
Tal angustia y presión confirma nuestra sospecha de que “el proceso”, a pesar del triunfo electoral del 7/0, se encuentra en un peligroso momento, en el cual “prohibido errar” parecería ser la consigna.
Una ciudadanía víctima de la ineficiencia y paradójicamente comprometida con el proyecto socialista, se activa ante la crítica y la irreverencia para denunciar la burocratización, las mafias enquistadas y la corrupción administrativa. Delatando una burocracia disfuncional e ineficiente, que se solaza en el exceso de formalismo y papeleo y se regodea en la superconformidad con rutinas y procedimientos. Exige la devoción estricta a las normas y procedimientos, que adquieren carácter absoluto y sagrado para el funcionario, orientado al interior de la organización y al superior jerárquico que evalúa su desempeño. Quedan en evidencia virtuosos burocráticos contrarios a los cambios y organizaciones divorciadas de sus fines y, más aun, de su compromiso político con la transición al Socialismo S XXI.
Lectores críticos señalan la necesidad de “luchar sin descanso contra la burocratización de la revolución y recuerdan aquella máxima del Che: “con corrupción no hay revolución.” Otros afirman contundentemente “no son los proyectos, es la burocracia”
Las voces silenciadas, despreciadas, desilusionadas y sin embargo guerreras continúan en pie de lucha y demandan ser oídas, reclaman participación en la solución de los problemas y en la construcción del país imaginado por su líder y presidente Chávez. Voces que no se limitan a la simple denuncia o que perversamente apuestan al fracaso, por el contrario plantean soluciones que emanan desde su propia vivencia, necesidades e intereses. Voces que “ponen el corazón en lo que hacen” y citan al Presidente cuando denuncian a funcionarios que “por falta de voluntad” no responden ni buscan respuestas para el poder popular.
Hemos recibido denuncias de corrupción y mafias enquistadas desde contextos universitarios hasta alcaldías. Conocimos “el clamor de toda una comunidad” y la paciencia infinita en la espera de una respuesta de las instituciones competentes. Se me olvidó que te olvidé, como dice la canción.
maryclens@yahoo.com
Una ciudadanía víctima de la ineficiencia y paradójicamente comprometida con el proyecto socialista, se activa ante la crítica y la irreverencia para denunciar la burocratización, las mafias enquistadas y la corrupción administrativa. Delatando una burocracia disfuncional e ineficiente, que se solaza en el exceso de formalismo y papeleo y se regodea en la superconformidad con rutinas y procedimientos. Exige la devoción estricta a las normas y procedimientos, que adquieren carácter absoluto y sagrado para el funcionario, orientado al interior de la organización y al superior jerárquico que evalúa su desempeño. Quedan en evidencia virtuosos burocráticos contrarios a los cambios y organizaciones divorciadas de sus fines y, más aun, de su compromiso político con la transición al Socialismo S XXI.
Lectores críticos señalan la necesidad de “luchar sin descanso contra la burocratización de la revolución y recuerdan aquella máxima del Che: “con corrupción no hay revolución.” Otros afirman contundentemente “no son los proyectos, es la burocracia”
Las voces silenciadas, despreciadas, desilusionadas y sin embargo guerreras continúan en pie de lucha y demandan ser oídas, reclaman participación en la solución de los problemas y en la construcción del país imaginado por su líder y presidente Chávez. Voces que no se limitan a la simple denuncia o que perversamente apuestan al fracaso, por el contrario plantean soluciones que emanan desde su propia vivencia, necesidades e intereses. Voces que “ponen el corazón en lo que hacen” y citan al Presidente cuando denuncian a funcionarios que “por falta de voluntad” no responden ni buscan respuestas para el poder popular.
Hemos recibido denuncias de corrupción y mafias enquistadas desde contextos universitarios hasta alcaldías. Conocimos “el clamor de toda una comunidad” y la paciencia infinita en la espera de una respuesta de las instituciones competentes. Se me olvidó que te olvidé, como dice la canción.
maryclens@yahoo.com
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