Doris Acevedo / MUSA (Mujer y Salud-Aragua).EFO (Escuela de Formación Obrera-Aragua) - dorisacevedoi@gmail.com
La violencia en las relaciones sociales de trabajo es considerada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como la epidemia del siglo XXI, se ha incrementado a la par del deterioro de las condiciones de trabajo y el debilitamiento de los derechos de trabajadoras y trabajadores. Inestabilidad en el empleo, empleos precarios, sobreexplotación de los trabajadores, trabajo con público, son situaciones propiciadoras de violencia laboral.
En la Escuela de Formación Obrera de Maracay se reciben quejas constantes de las trabajadoras y los trabajadores por malos tratos por parte de sus jefes inmediatos y hasta de compañeras o compañeros de trabajo, entendiéndolo como un problema de relaciones humanas y de irrespeto.
Los estilos autocráticos de gestión de trabajo y la ausencia de mecanismos de vocería y participación de los trabajadores también son generadores de violencia laboral, debido a la falta de canales para la comunicación y la resolución de conflictos.
Las formas de expresión de violencia laboral pueden ser: física (golpes, empujones, agresión con objetos o armas), verbalgestual(gritos, insultos, apodos, amenazas,escritos y gestos ofensivos, prohibiciones,rumores), psicológica (atropello, intimidación,vigilancia,persecución,burlas), sexual (chantaje, acoso sexual, violación), discriminación(anular o alterar la igualdad de oportunidades o trato en el trabajo por motivos de raza, color, sexo, religión, opinión política, orientación sexual, origen social) y hostigamiento (encadenamiento de comportamientos hostiles hacia una persona, de forma cotidiana y durante un largo periodo, llevándola a una situación de impotencia con riesgos elevados de exclusión precisó Leymann, en 1996).
Las trabajadoras están más afectadas por la violencia laboral porque, por efecto de la segregación del empleo y la división sexual del trabajo, se concentran en ocupaciones en las que su incidencia es mayor debido a que se trabaja con público, en tareas subordinadas, horarios irregulares o deterioro en las condiciones de trabajo.
En nuestro país 80% de las trabajadoras están en las ramas de: educación, salud,
bancario, servicio doméstico, servicios a personas; son mayoría en la Administración Pública y están en empleos de baja remuneración. Por embarazo o la posibilidad del
mismo las mujeres son objeto de discriminación para el acceso o permanencia en el trabajo, a pesar de su prohibición expresa en la Lottt (art. 331, 332 y 335).
Hemos logrado avances en los últimos años en las regulaciones que prohíben la discriminación y la violencia laboral (art. 21 de la Lottt, art. 56.5 de la Lopcymat).
Un marco legal que parece una verdadera vacuna contra la violencia laboral. Para estar protegidos contra esta epidemia es importante que las trabajadoras y los trabajadores, empleadoras y empleadores, se informen de todo el marco regulatorio y desarrollen mecanismos participativos para prevenir y erradicar toda forma de expresión de violencia en los sitios de trabajo.
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