miércoles, 20 de junio de 2012

Sesenta y siete.

Reinaldo Iturriza López




Te regalo una de Sur. De diciembre pasado.

Están todos bien: César Augusto sigue adelante con la Medicina, con la música y la lectura, aunque ya no toca tanto la guitarra, me parece que lee menos y le dedica más tiempo al ejercicio. Aprendió a disfrutar el baloncesto y la última temporada de beisbol la vivió intensamente junto a todos nosotros. Impuso cierta marca de consumo de cervezas de distintas nacionalidades, pero imagino que ya te habrá contado. Conoció The Cavern Club y por un instante no hubo ser más feliz sobre la faz de la Tierra. Seguimos esperando la oportunidad de conocer a Génesis. Coro lo consiente demasiado. Le dice algo parecido a "mi papito". Por cierto, a ella también le va bien con la universidad: está por terminar un posgrado en alguna cosa, lo que sin duda tiene mucho mérito, porque el trabajo que tiene no es juego. Su oficina es la única sin aire acondicionado, lo que, además de una tragedia, es un buen indicio de que no es de las que se da 
aires de superioridad. Sigue viviendo con Elio en el mismo apartamento pequeño y acogedor. El problema se presenta cuando vas de visita con ganas de ir al baño y te la consigues refrescándose en la regadera. Hay que pedirle el baño prestado al vecino o morir en el intento. Hemos tenido oportunidad de conocer a Elio un poco más: un poco más cuentero, con cada día que pasa. Pero incondicional. O eso esperamos, por su propio bien. Toca la bandola o la mandolina, una de dos. O las dos, no sé bien. Sur lo trata casi como un hijo y Rommel como un amigo. Casi. Yo me digo que por algo será, y hago lo posible por actuar en consecuencia. No sé qué están esperando para darte otro nieto. Rommel finalmente logró vender el viejo Cougar. Está reuniendo dinero. Atención: será el primero de nosotros en lograr la hazaña de comprarse un carro de agencia. Seguramente ya te dijo cómo lo llamará. ¿Qué te pareció el no hit de Santana? ¿Y Grégor salvándole el juego perfecto a Matt Cain? Rommel y yo lo celebramos en grande. Hablando de celebración: Sur anda de lo más feliz últimamente. La doblemente abuela Sur. En estos días le tumbamos una piñata en forma de aguacate. Ya casi no nos visita. Pero bueno, supongo que será por causas de fuerza mayor. Es cierto que Sandra Mikele ya no tiene la litera, pero hay suficiente espacio para acomodarla. Sandra está por terminar el quinto grado. Es casi una adolescente. Le encantan las películas de miedo y el arroz que le preparo. Adoro su buen humor, escucharla argumentar y verla cantar. Quisiera tener vida para recorrer el mundo con ella.

De mi, no mucho mi viejo. Que estoy por terminar mi libro. Pero nada se compara con el hecho de que vamos a tener otra hija. Sandra no termina de elegir el nombre: Reina Isabel o Louise Michel. Una niña, viejo querido. Otra nieta. ¿Qué te parece?

La bendición.

No hay comentarios: