Patricia García
En relación al Golpe de Estado “constitucional” que el Parlamento Paraguayo dio al Presidente electo democráticamente, Fernando Lugo, considero interesante hacer las siguientes reflexiones: Primero, ratificar que todo fue un plan orquestado de manera premeditada y alevosa por el Partido Colorado y el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) no solo contra Lugo sino contra el pueblo paraguayo. Como detonante, recurrieron al asesinato de 18 ciudadanos paraguayos (agricultores y policías), perpetraron una terrible masacre en la localidad de Curuguaty, y así lo afirmo ya que dudo que un grupo de trabajadores del campo junto a sus familias, que reclamaban sus derechos de poseer una porción de tierra para producir y tener una vida digna, tuvieran en su poder armas de alta potencia y largo alcance para disparar a la policía, y específicamente asesinar al Jefe y Sub-Jefe del cuerpo policial que tenía a su cargo el operativo de desalojo de los agricultores de unas tierras, que casualmente eran propiedad de un político de las filas de la oligarquía paraguaya. Evidentemente, es necesario llegar al fondo de los acontecimientos. No obstante, El nuevo presidente ilegítimo Federico Franco, en ningún momento de su discurso, lo que llama poderosamente la atención, hizo referencia de llevar a cabo una investigación profunda de los hechos acontecidos en Curuguaty.
Por otra parte, siguiendo con el discurso de Franco, al inicio del mismo afirmó que una de sus primeras acciones, en el marco de su ilegítimo gobierno, será mejorar las condiciones de vida de los componentes policial y militar (a nivel salarial y de ascensos), lo que me hace pensar, y me disculpan al pensar mal, que está recompensando a la policía por cumplir las órdenes dadas (refiriéndome a Curuguaty), así como, mantener el apoyo de las fuerzas armadas paraguayas para evitar la traición, situación que muy bien conoce Franco, ya que después que su partido político (PLRA) estableció una coalición, conformada por varios partidos políticos, movimientos y sectores sociales paraguayos (Alianza Patriótica para el Cambio) para darle apoyo a Lugo como candidato a la Presidencia de la República, una vez obtenido el triunfo y ser nombrado Vice-Presidente de la República, traicionó la coalición haciéndole oposición directa a Lugo durante toda su gestión gubernamental.
Igualmente, durante su alocución ante el Congreso (institucionalidad que en mi opinión debe ser tildada de traición a la patria y a la voluntad del pueblo), al solicitar ayuda al parlamento para gobernar, dijo textualmente que debemos “gobernar ricos y pobres juntos”. Con ello queda claro, que el Señor Franco, no tiene la intención de continuar desarrollando la política social de Fernando Lugo, cuyo objetivo era superar la brecha entre pobres y ricos, a través de la equidad y la justicia social; al contrario esta brecha se mantendrá, gobernando a favor de los intereses de la oligarquía a la cual pertenece.
No cabe duda, como bien lo expresó el Presidente Lugo, que este golpe de Estado, no es hacia un hombre, sino hacia un pueblo y peor aún es un nefasto golpe a la nobel historia democrática paraguaya, que coloca a esa nación, con gran temor, en un reencuentro con un terrible pasado no tan lejano, que estoy segura preocupa enormemente al hermano pueblo paraguayo. Pero le aseguro que no está solo, que cuenta con el apoyo de la Patria Grande, de Nuestra América y de ésta humilde latinoamericana nacida en Caracas, en su justa lucha nacional y latinoamericana por la Segunda Independencia de América.
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