*JUAN MARTORANO.
A mi me parece, que el documento de Las Líneas de Estratégicas de Acción Política, más allá de la terminología y la retórica que se empleo en su redacción, constituye una radiografía severa y contundente del reconocimiento de errores y de fallas que en el seno del PSUV, y por ende de la Revolución se han cometido, y que ha contribuido a cierto descontento y malestar que con justa razón, en el seno del militante de a pie, del militante de la esquina, de la calle, del barrio que aún sigue creyendo en el liderazgo indiscutido e indiscutible del líder bolivariano, más esta consciente que hay gente alrededor de él, que con sus prácticas adeco-copeyanas que no van en consonancia con las prédicas y lineamientos del máximo líder, se han convertido en una importante amenaza a nuestra Revolución, porque contribuyen con su accionar y con sus prácticas, a erosionar la importante base social que milita y abraza nuestro socialismo.
Recordemos que en la primera línea de Acción Política, referida a la trascendencia de la cultura política capitalista a una verdadera militancia socialista, al igual que el primer lineamiento del 1er Plan Socialista de la Nación 2007/2013 o Proyecto Nacional Simón Bolívar, si mejor lo prefieren, están basadas en la Ética Socialista. Se ha reconocido que dentro de nuestra organización hemos incurrido en actitudes y desviaciones características de los partidos tradicionales, burocratismo, oportunismo, sectarismo, nepotismo, y agregaría yo, las ganas de escalar posiciones y el “pantallerismo” con el afán de figurar, sin importar si tengo que dar codazos, sin importar a quien le pongo la zancadilla y “sacó de mi camino”a los fines de lograr mis objetivos personales.
Y esto porque no hay una verdadera concepción acerca del compromiso de militar en un partido verdaderamente revolucionario. Eso es mucho más que acudir a las jornadas de inscripción y recenso. Esto es algo muy serio que no puede ser tomado a la ligera. Pero, como los “socialistas” de hoy en día no venimos de Marte ni de ningún otro planeta, sino de la formación y de la contaminación cuartarepublicana, y mucha razón tuvo el camarada Mao Tse Tung cuando señala: “El principal enemigo de nuestra revolución es el pequeño burgués que tod@s llevamos dentro”. Pues bien, algunos han concebido al partido de la revolución como un medio para “el ascenso social” de los y las militantes con responsabilidades de dirección a los distintos niveles. Algunos se consideran líderes absolutos y más chavistas que Chávez e indiscutibles en sus espacios, y asumen la discrecionalidad de excluir del Partido, y hasta de la Revolución misma, a quienes se atrevan a diferir o a disentir de ellos, incluso de aquellos que pudieran “convertirse” en obstáculo para los planes personalistas de algunos.
En un proceso de cambios las contradicciones son resultado natural de la existencia de una confrontación esencial que aflora. Una confrontación que se encontraba cubierta por la satisfacción aparente de las principales necesidades básicas de la población, mientras la solución permanente de estas necesidades se vislumbra posible como resultado del curso inerte o normal e los acontecimientos. La fuerza de esas contradicciones se encuentra, entonces, disminuida y en muchos casos inapreciable. La mayoría considera tales contradicciones como insustanciales, menores o de segundo y tercer orden. Un asunto sin importancia, pues…
Cuando las contradicciones se encrespan ante la falta de soluciones o de nuevas realidades que las superen; cuando no se alcanzan nuevos estadios de relaciones sociales que satisfagan de manera natural las exigencias de la conciencia plena de las necesidades materiales, morales y culturales de las mayorías, la normalidad se altera. Se produce, entonces, una crisis de la totalidad social. Estos es, una crisis que afecta a la sociedad en su conjunto y que se expresa igual mediante una sucesión de crisis parciales o locales, así como en una o varias explosiones generales que afectan a cada vez mayor número de grupos sociales y por lo tanto a más personas.
Hay una confrontación entre diversos proyectos políticos que se corresponden, más o menos conscientemente, con los intereses socio-económicos de las diversas clases y/o grupos de la sociedad. En las crisis, cada sector alienta derivaciones que conduzcan a alcanzar una correlación de fuerzas favorable a la imposición de sus particulares proyectos de sociedad. Tal comportamiento es una especie, si cabe la expresión, de instinto de supervivencia histórico de las clases y sectores sociales existentes. Esta correlación de fuerzas tiene diversos escenarios de manifestación que varían dependiendo de múltiples factores y que se resumen en algunas coyunturas de movilización masivas (pacíficas o violentas y armadas o desarmadas), algunas de las cuales son los estados de conciencia o convicción por una parte, y por otra, los momentos electorales.
De modo que en un proceso de cambios como el que vive Venezuela, iniciado a partir de una profunda y generalizada crisis del conjunto de la sociedad y de sus instituciones, se abren diversas posturas para avanzar en la revolución y diversas posturas para restaurar situaciones transformadas. La posición restauradora o regresiva, en consonancia con los intereses transnacionales capitalistas de sometimiento y dependencia, empujará de distintas maneras para alcanzar una situación que no menoscabe la preeminencia de sus valores, sus métodos y el resultado de sus negocios. La posición revolucionaria pretende establecer realmente nuevas relaciones en las cuales los trabajadores y sectores desposeídos tengan una participación decisiva en la producción, en la dirección y en la apropiación de los resultados del proceso económico, político y cultural, y que tal participación tenga expresión en el establecimiento de una nueva legalidad, una nueva institucionalidad y una nueva conducta institucional.
La nueva cultura de los que creemos genuinamente en la militancia socialista debe contener de manera terminante y clara una formación sociotécnicopolítica que nos permita desterrar dentro de nuestra escala de valores las prácticas egoístas, excluyentes, las miserias humanas que genera el sistema capitalista y burgués que está intacto e incólume hoy en esta Patria Bolivariana, y una ideología y una escala de valores que este en sintonía con las necesidades de los sectores desposeídos en coherencia con sus obligaciones en el proceso de producción de bienes. Rescatando la responsabilidad y el aporte en ese proceso, resaltando el valor del trabajo y la disciplina, fijando, no solo la declaración de la potestad de participación decisiva y sus garantías, sino los modos de cumplimiento de dicha participación.
La nueva institucionalidad debe estar comprometida con esa nueva legalidad, incluso surge de ella y de sus principios y propósitos, encontrándose impregnada de los intereses sociales de la clase trabajadora y demás sectores desposeídos, con un sentido inmanente de justicia social y de equidad. Su existencia y razón de ser está en el desarrollo y cumplimiento de esa legalidad y en que tal legalidad sea apropiada por los trabajadores y demás sectores del pueblo para combatir el parasitismo y la explotación en primer lugar; la corrupción y el burocratismo en segundo término, y, finalmente, el mesianismo y el atropello como tercer flagelo, entre otros más que gravitan y que también deben ser combatidos.
La nueva conducta institucional y las prácticas de los verdaderos militantes revolucionarios, socialistas y chavistas, se encuentra sintetizada en un comportamiento de acción inmediata, transparente y decidida en protección de los derechos de los trabajadores y en hacer cumplir la legalidad, (el sentido y propósito de justicia contenido en ella), por encima de intereses subalternos. Una actuación franca y valiente que desafía las formalidades y todo compromiso que no sea el de la justicia y la equidad, ya que estas contienen las bases de la sustentabilidad y la continuidad del proceso de cambios. Esta nueva conducta alienta y concreta nuevos paradigmas para el comportamiento colectivo estableciendo nuevas relaciones entre los ciudadanos, entre las clases y entre estos y el Estado y sus órganos. Esta nueva conducta institucional suministra el indispensable soporte a la esperanza del cambio en los trabajadores y demás sectores del pueblo, incluidas las clases y sectores medios, profesionales, trabajadores por cuenta propia, campesinos.
Y con todo respeto, pero como señala ese gran prócer uruguayo, José Gervasio Artigas: “Con la verdad ni ofendo ni temo”, tenemos que señalar que si en el PSUV no se toma correctivos, y dejo claro que milito dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela, y lamentablemente los espacios para dar este tipo de discusiones se encuentran cerrados y peor aún, secuestrados. Nada que mejora el enfermo, y no sólo eso, sino que de acentuarse este tipo de conductas y de comportamientos, nuestro PSUV se terminará convirtiendo, más que en un Partido/Iglesia, en una expresión de la socialdemocracia que en nada se diferenciará de AD, de Copei o de sus derivados, lo único que salva al PSUV es el líder Chávez, que eso quede bien claro. Se convertirá en una suerte de “guía de las masas incultas”, que considera a sus militantes y a las diversas formas de organización popular como simples correas de transmisión o de borregos detrás de una “nueva casta sacerdotal”. De seguirse este camino, estas prácticas debilitarán la base social de apoyo a la revolución bolivariana, y peor aún, se corre un peligroso riesgo de implosión que pone en riesgo a nuestra Revolución Bolivariana.
Por ello es que el líder indiscutido e indiscutible de nuestra Revolución Socialista y Bolivariana, Presidente de nuestro Partido y de la República, nos hace un llamado a las 3R elevadas a la enésima potencia, orientadas a revertir estos efectos nocivos y perversos de estas conductas, y para eso pasarán todavía muchas lunas. Y en este sentido, toda la dirigencia ( la cual no le hace mucho caso) , la militancia del partido, simpatizantes y la sociedad toda debe comprometerse de manera más disciplinada, pero de verdad verdad, no la “disciplina” para los pendejos y para los viv@s el bochinche y el relajo, en esa concreción de esas 3R, desde los disntintos niveles. Pero serán las bases del Partido las protagonistas de este proceso. No será una rectificación desde arriba, sino fundamentalmente desde las bases, pero para que las bases asuman de verdad verdad esto, pasa por un buen proceso de formación ideológica y abriendo sin ningún tipo de complejos ni sectarismos, los espacios de discusión o participación en el partido.
Y culmino ya estas largas líneas con el título que abarca este articulo : O en el PSUV trascendemos la cultura capitalista y adeca para pasar a una verdadera militancia socialista o corremos el peligro de una implosión que ya esta en marcha.
Patria Socialista o Muerte!!!
Estamos venciendo!!!
(*)Militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas, y del Frente Antiimperialista y Socialista del Estado Bolívar (FASB). Moderador de los Programas "Micrófono Abierto" y "Lo Que se habla", transmitido de lunes a viernes de 12 m a 2 pm por la Emisora Comunitaria Llovizna 104.7 FM; y los domingos de 6 a 7 pm por "La Voz de Guayana" 89.7 FM, respectivamente. http://juanmartorano.blogspot.com/ http://juanmartorano.wordpress.com/ . jmartoranoster@gmail.com , j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar . @juanmartorano30 (Cuenta en Tuiter).
No hay comentarios:
Publicar un comentario