Roberto Hernández Montoya
La gente ha visto a Lupita Ferrer y, no es por desmerecer tu esfuerzo, María, pero Lupita lo hace mejor. Y además las nuevas actrices son más naturales, aunque últimamente han degradado el verismo que les enseñó José Ignacio. Ese melodramatismo de Eloísa se presta para mofas. Te lo dice uno que tiene años tratando de cultivar la befa. Estás aprendiendo apresuradamente tu papel de preocupada por los pobres, estás coleándote en los barrios, ya no te limpias públicamente el beso popular, haces tu esfuerzo en la Asamblea Nacional, luces bien. Te están enseñando a flexibilizar la voz, a realzar gestos, a apretar los ojos para expresar desvelo. Pero mírate.
Rafael Caldera también recibió sus clases de impostación de voz, de matización. Algún jesuita histriónico sería o un maestro de arte dramático, no sé, pero se parece mucho a tus instructores. Lo malo es que la telenovela funciona solo en su contexto. Carlos Monsiváis dijo que la radionovela y la telenovela nos enseñaron a los latinoamericanos el habla solemne: «Si sales por esa puerta olvídate de que tienes padre».
Se te ven costuras de telenovela, metes mucho embuste sin medir que la mayoría de tu audiencia no es idiota, como que la pobreza aumenta mientras a los pobres consta que disminuye y para las demás clases, salvo quienes no son egoístas, más bien alarma que haya menos pobres.
¿Cómo lograrás ese país que pintas tan bonito con tu suplente Ricardo Sánchez? ¿Será tu vicepresidente?
Si tus visitas a los barrios no son oportunismo de ahora, habrás notado el aumento del nivel educativo y por tanto de la conciencia y el hilván esbelto de las palabras. La gente lee, María. Ya no es como en la IV República, cuando bastaban consignas hueras: contra el miedo vota blanco, ese hombre sí camina, vamos a echarle pichón, Arturo es el hombre, palante.
Tu expresionismo de sifrina de otrora no es del barrio y se nota que simulas y simulas mal. Te adoctrinaron como a Manuel Rosales en no responder preguntas comprometedoras sino en llevarte el tema para donde quieres. Está bien, pero no es suficiente. Mira que Rosales perdió. Feo.
Pero no te desmoralices. Tienes ímpetu, dólares de la NED, la mano de George W. Bush y bonita figura. Reúnes las condiciones ideales para un lucido segundo lugar.
roberto.hernandez.montoya@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario