Judith Liendo
El ser humano está expuesto, desde sus primeros parpadeos, a un mundo que le impone el Capital. Son paradigmas que van desde el consumismo para ser feliz hasta las concepciones de la vida.
Tras la ternura que conmueve, en las comiquitas “inofensivas”, está la manipulación. Todo un plan de incitación que siembra las bases para que el crecimiento y el desarrollo se haga en los términos que establece la lógica del Capital.
Veamos algunos elementos que conforman esa lógica: la incitación al consumo de productos, así su composición química genere patologías; la exacerbación de la sexualidad en niños y niñas y adolescentes; la banalidad en términos de belleza; la metrosexualidad característica propia del éxito; la sumisión, figura de la mujer humilde; el fracaso , homónimo de indio, del afro descendiente y del pobre. Todos constituyen estereotipos que distorsionan la realidad y tergiversan los valores de la amistad, fidelidad, amor, sinceridad, verdad, respeto y trabajo.
Sin despegarnos de nuestros asientos, vemos la violencia ocupando gran espacio en la aventura, la mentira y la delincuencia privilegiada en el desarrollo de la historia, la humildad es la desdicha de los genuinos, la explotación de la figura femenina semi desnuda vendiendo su conciencia. Para ellos, somos un target y hay que darnos lo que nos merecemos. No hay un eslabón suelto, los signos se desvirtúan entre sus significantes y significados para inducir, manipular y alienar.
Un electro shock que detiene la capacidad de análisis, sumergiendo en una semiinconsciencia, las ganas locas de “beber” una malta, que se traduce en el consumo de licor en las y los adolescentes y la adicción en el adulto. Las líneas que dirigen la voluntad de las marionetas se sostienen de las manos de transnacionales de la violencia y del consumismo, que acumulan riquezas en detrimento de la salud física y mental de los usuarios y usuarias de los medios de comunicación.
La batalla que debemos librar contra la opresión supone, entonces, la reflexión colectiva para la liberación; la formación de la conciencia para la preservación de la integridad de las personas y el medio ambiente; la valoración del ser; la reconstrucción de la cultura del buen vivir y el reconocimiento de la formación de valores socialistas para garantizar la paz. Una lucha que comienza en la familia y que debería ser acompañada por la escuela, para hacer de nuestra comunidad, un entorno seguro que protege a nuestra gente.
Los medios de comunicación popular, vanguardia en esta confrontación tenemos la palabra: ¡actuemos!
talento72@hotmail.com
Tras la ternura que conmueve, en las comiquitas “inofensivas”, está la manipulación. Todo un plan de incitación que siembra las bases para que el crecimiento y el desarrollo se haga en los términos que establece la lógica del Capital.
Veamos algunos elementos que conforman esa lógica: la incitación al consumo de productos, así su composición química genere patologías; la exacerbación de la sexualidad en niños y niñas y adolescentes; la banalidad en términos de belleza; la metrosexualidad característica propia del éxito; la sumisión, figura de la mujer humilde; el fracaso , homónimo de indio, del afro descendiente y del pobre. Todos constituyen estereotipos que distorsionan la realidad y tergiversan los valores de la amistad, fidelidad, amor, sinceridad, verdad, respeto y trabajo.
Sin despegarnos de nuestros asientos, vemos la violencia ocupando gran espacio en la aventura, la mentira y la delincuencia privilegiada en el desarrollo de la historia, la humildad es la desdicha de los genuinos, la explotación de la figura femenina semi desnuda vendiendo su conciencia. Para ellos, somos un target y hay que darnos lo que nos merecemos. No hay un eslabón suelto, los signos se desvirtúan entre sus significantes y significados para inducir, manipular y alienar.
Un electro shock que detiene la capacidad de análisis, sumergiendo en una semiinconsciencia, las ganas locas de “beber” una malta, que se traduce en el consumo de licor en las y los adolescentes y la adicción en el adulto. Las líneas que dirigen la voluntad de las marionetas se sostienen de las manos de transnacionales de la violencia y del consumismo, que acumulan riquezas en detrimento de la salud física y mental de los usuarios y usuarias de los medios de comunicación.
La batalla que debemos librar contra la opresión supone, entonces, la reflexión colectiva para la liberación; la formación de la conciencia para la preservación de la integridad de las personas y el medio ambiente; la valoración del ser; la reconstrucción de la cultura del buen vivir y el reconocimiento de la formación de valores socialistas para garantizar la paz. Una lucha que comienza en la familia y que debería ser acompañada por la escuela, para hacer de nuestra comunidad, un entorno seguro que protege a nuestra gente.
Los medios de comunicación popular, vanguardia en esta confrontación tenemos la palabra: ¡actuemos!
talento72@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario