*Modaira Rubio
En reiteradas oportunidades, por desconocimiento, caemos en las trampas de la derecha mediática. He observado como algun@s usurari@s de los medios y lo que es más triste, algún@s colegas periodistas y trabajador@s de los medios, comentaron la rápida respuesta de Globovisión durante la madrugada del temblor, el pasado 4 de mayo, ante la supuesta lentitud de VTV, el canal del Estado, alegando que reseñó primero los hechos.Si los Cuerpos de Seguridad del Estado desean conocer dónde va a producirse un conflicto, una trifulca, una alteración del orden público, una acción desestabilizadora, de seguro sólo tienen que seguir al equipo reporteril de Globoterror, pues donde ellos van, está “la noticia”, entendiéndose por noticia, la magnificación y tergiversación de los hechos y la falsificación de la verdad, al recrear y convertir acciones en “hechos noticiosos”, como lo sucedido en la Asamblea Nacional, donde un diputado que revisaba su correo electrónico fue acusado de observar pornografía durante una sesión, o cuando, gracias al soborno de una empleada por parte de periodistas de esa planta televisora, salió a la luz pública información privada sobre el salario de l@s diputad@s. Es la instrucción que tienen y fielmente la cumplen como mercenarios de la noticia y de la información.Regresando al temblor, nuevamente caímos en la trampa.El primero que se pronunció por la TV sobre el alcance del movimiento telúrico fue Alberto Federico Ravell. ¿Fue oportuno? ¿Nos ganó? Es cierto que la gente, quería información. Es falso que los medos oficiales no dijeran nada. YVKE Mundial y Radio Nacional de Venezuela informaron oportunamente que se había sentido un temblor y que se estaba a la espera de información oficial al respecto. En estos casos, casi siempre suele informar la radio primero, por la inmediatez de la relación locutor /a – cabina y no la TV, pues colocar al aire declaraciones en una situación de emergencia es un poco más complicado en ese medio. Por eso señalan en las recomendaciones, que las personas lleven una radio portátil y no una tv portátil, por la inmediatez de la radio.Pánico y confusión generaron las declaraciones de Ravell, cuyo interés real era hacer un llamado al descontrol. Ravell no nos informó, Ravel nos engañó “demostrando” una supuesta preocupación en su crítica al Gobierno, por no responder de manera oportuna. Su deber era llamar a la calma y no criticar lo que según él no se había hecho. Esa televisora asumió una actitud irresponsable, como la que asumen a diario, tergiversando la verdad.Para quienes aún creen que Globovisión informó, están equivocados. Es igual cuando muchos señalan que hay que ver Globovisión para informarse porque VTV no lo hace a tiempo. Si bien es cierto que podemos criticar como profesionales de la comunicación la programación de la televisora del Estado (por ejemplo cuándo cambiará su lema para respetar el lenguaje de género y convertirse en el canal de todas las venezolanas y todos los venezolanos) al igual que muchas otras percepciones, no podemos criticar que no cubra de inmediato las pautas de ese canal. Noticia no es lo que nos imponga Globoterror. Papel de los Medios de Comunicación en Situaciones de Desastres Es importante analizar el papel de los medios en una situación de desastre. Durante un sismo u otra tragedia natural, los medios de comunicación que conservan su señal, se transforman en una suerte de sistema nervioso de la ciudad o lugar del suceso. Se encargan de llamar a la calma, disparar mecanismos de control colectivo, informar sobre los lugares a los cuales acudir a solicitar apoyo para garantizar la sobrevivencia social.La desestabilización emocional que provoca en un primer momento enfrentarse a una tragedia natural, desata miedo, angustia, depresión, dolor, inseguridad e hiperactividad. En ese momento, la psquis de la población es una bomba de tiempo. Las estadísticas indican que la mayoría de las muertes se producen por tomar las decisiones equivocadas.La información que se produce en un momento de urgencia social no debe ser sólo una exposición de los hechos que ocurren, sino que debe estar acompañada de medidas y soluciones prácticas que sólo las instituciones del Estado encargadas del área pueden ofrecer de manera verídica. El Estado tiene los datos y la capacidad para la planificación de la contingencia.Los medios privados obedecen a la lógica de acumulación de capital, les interesa vender para obtener ganancias, su objetivo no es informar. Al no interactuar de manera conjunta los medios privados, que controlan la mayoría del espectro radioeléctrico, y el Gobierno Nacional, el resultado es una gran confusión que pone en riesgo y neutraliza la capacidad de organización de la sociedad para responder eficazmente a las circunstancias.Los medios comerciales actúan al igual que en las películas gringas. Sólo tenemos que ver en clásicos del cine de suspenso y terror, “Exterminio”, “El día después de mañana”, etc, cómo en los momentos de tragedia, el periodista de los medios comerciales se convierte en un morboso buscador de imágenes impactantes. Hay una escena muy famosa en uno de esos filmes, en la que el periodista es aplastado durante un ciclón por una valla que se desprende mientras cubre la noticia. Hasta en esos momentos, lo que les interesa es vender, tener mayor rating, alcanzar la mayor sintonía. No les interesa la seguridad de la población.Los medios de comunicación cumplen una labor determinante en las fases de atención y recuperación de la normalidad, pero eso no ocurre en Venezuela con las empresas de comunicación.En muchos países donde se han producido desastres naturales, el Estado se ha visto en la obligación de actuar de manera inmediata y radical ante la información improvisada, datos emitidos sin corroborar, que generaran pánico y caos dentro de la población, porque los medios se disputan la audiencia. En nuestro caso, podemos asegurar que Globovisión, la madrugada del 4 de mayo, no actuó impulsado sólo por la lógica mercantilista, sino también con premeditación y alevosía para generar un caos colectivo que pudiese desestabilizar al Gobierno.No es la primera vez que sucede. Parece que olvidamos muy rápido. También lo hicieron en el 1999, con la tragedia de Vargas, cuando auparon la tesis del “castigo divino” que se le impuso al pueblo por aprobar la Constitución Bolivariana; cuando dijeron que la culpa era del Gobierno por preocuparse sólo por las elecciones y no por la gente. Si Chávez no hubiese estado como Presidente en ese momento, podemos asegurar que el estado Vargas se hubiese convertido en una New Orleans, tras el huracán Katrina: un pueblo fantasma olvidado por todos.Por tales motivos, debemos respaldar el exhorto que ha hecho la Asamblea Nacional a Conatel, para sancionar a Globovisión por las declaraciones de Alberto Federico Ravell el día del temblor, por su actitud provocadora, infundiendo pánico, lo cual pudo generar hasta muertes, no por los daños ocasionados por el sismo sino por el miedo y la sensación de inseguridad infundida a la poblaciónLa República Bolivariana de Venezuela cuenta con uno de los sistemas de detección de sismos más modernos de América Latina, eso quedó evidenciado. Es necesario, como periodistas, estudiar más sobre este tema. Aprender de países con experiencias realmente catastróficas.Por cierto, les propongo un taller sobre el Papel de los Medios de Comunicación Públicos, Alternativos y Comunitarios en situación de desastre, organizado por el Consejo Nacional de Comunicadoras y Comunicadores Socialistas.
*Modaira Rubio es periodista
lunes, 1 de junio de 2009
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