Nellys Ramírez Díaz
Cada vez que me siento a escuchar al presidente los domingos, recuerdo, inmediatamente, por qué me resulta, a veces, tan insoportable. Bajen esas piedras o borren esa sardónica sonrisa. Por supuesto, no me refiero, en lo absoluto a la figura de Chávez y su incansable apostolado de amor y revolución. No, para nada me refiero a ese señor, tan odiado y tan amado.Lo que hace al Aló Presidente, tan insoportable es esa caterva de ministros, funcionarios, gobernadores y alcaldes, cada uno más incompetente e incapaz que el otro, pero eso si, todos y todas con sus camisas rojas rojitas. Ellos y ellas tan falsos en sus tolditos y sentaditos moviendo la cabeza para arriba y para abajo, aplaudiéndole los chistes al presidente, mientras el pueblo, el de siempre, ahí lo ves aguantando sol como una teja, que para eso es humilde.Creo que no fue un experiencia fabulosa recibir tantas cartas y peticiones de tanta gente postergada y necesitada por esos mismos ministros que estaban ahí tan atildaditos, pero que cuando ven a un pobre le huyen y lo humillan, pues, al parecer, su socialismo, sólo lo practican con los contratistas a quienes si consideran sus iguales. Por eso no fue una experiencia fabulosa, fue una experiencia triste constatar, con todas esas cartas, que si bien se ha hecho mucho en estos diez años, aún nos falta demasiado.Detrás de cada carta, si no se trata de una carta de amor al presidente, hay una bofetada a las chaquetas de cuero de Cilia, las corbatas millonarias del ex ministro, y los almuerzos de 2.000.000 Bolívares que se gastan algunos, con su escocés en las rocas incluido.Eso no puede ser considerado una fuerza, sino una gran debilidad, una tarea pendiente para la cual los ministros y funcionarios, electos o no, no han demostrado estar a la altura de las exigencias ni del compromiso exigido. Esas cartas no sólo son un rechazo a las estructuras, sino un reconocimiento de que no hemos creado las estructuras necesarias para resolverlas. Es decir, las estructura a diez años de revolución, no existen y si existen no sirven, por eso la gente tiene que hacerle llegar las cartas al presidente, porque sus ministros no resuelven, y no resuelven porque no quieren, y no quieren porque no les importa, por eso ver tantos sobres da tanto dolor.Comentabas hace un rato, (están cantando el Himno Nacional), que te quedaste después que terminó todo, a recoger las cartas, y decías: “Después que el Comandante se va, todos se van”. Claro que se van, ya no hay motivo ni razón para seguir manteniendo el teatro, si Chávez se va, ya los ministros y funcionarios se pueden ir a descansar. ..el pueblo, bueno, el pueblo, tiene que entender que no puede ser tan exigente.El PSUV no puede convertirse en otro AD, es decir, en la casa del partido a donde los pobres acudían con una receta para conseguir una medicina, o como se hace aquí en Nueva Esparta, la expendedora de órdenes para regalar cemento y láminas de zinc.Si se va por ahí, ya sabemos a donde vamos a llegar, sólo debemos mirar la historia reciente del bipartidismo en Venezuela.Los estamos observando, por más rojos-rojitos que se vistan, siempre se les ve el mogote.
ramirezn@ne.udo.edu.ve
Cada vez que me siento a escuchar al presidente los domingos, recuerdo, inmediatamente, por qué me resulta, a veces, tan insoportable. Bajen esas piedras o borren esa sardónica sonrisa. Por supuesto, no me refiero, en lo absoluto a la figura de Chávez y su incansable apostolado de amor y revolución. No, para nada me refiero a ese señor, tan odiado y tan amado.Lo que hace al Aló Presidente, tan insoportable es esa caterva de ministros, funcionarios, gobernadores y alcaldes, cada uno más incompetente e incapaz que el otro, pero eso si, todos y todas con sus camisas rojas rojitas. Ellos y ellas tan falsos en sus tolditos y sentaditos moviendo la cabeza para arriba y para abajo, aplaudiéndole los chistes al presidente, mientras el pueblo, el de siempre, ahí lo ves aguantando sol como una teja, que para eso es humilde.Creo que no fue un experiencia fabulosa recibir tantas cartas y peticiones de tanta gente postergada y necesitada por esos mismos ministros que estaban ahí tan atildaditos, pero que cuando ven a un pobre le huyen y lo humillan, pues, al parecer, su socialismo, sólo lo practican con los contratistas a quienes si consideran sus iguales. Por eso no fue una experiencia fabulosa, fue una experiencia triste constatar, con todas esas cartas, que si bien se ha hecho mucho en estos diez años, aún nos falta demasiado.Detrás de cada carta, si no se trata de una carta de amor al presidente, hay una bofetada a las chaquetas de cuero de Cilia, las corbatas millonarias del ex ministro, y los almuerzos de 2.000.000 Bolívares que se gastan algunos, con su escocés en las rocas incluido.Eso no puede ser considerado una fuerza, sino una gran debilidad, una tarea pendiente para la cual los ministros y funcionarios, electos o no, no han demostrado estar a la altura de las exigencias ni del compromiso exigido. Esas cartas no sólo son un rechazo a las estructuras, sino un reconocimiento de que no hemos creado las estructuras necesarias para resolverlas. Es decir, las estructura a diez años de revolución, no existen y si existen no sirven, por eso la gente tiene que hacerle llegar las cartas al presidente, porque sus ministros no resuelven, y no resuelven porque no quieren, y no quieren porque no les importa, por eso ver tantos sobres da tanto dolor.Comentabas hace un rato, (están cantando el Himno Nacional), que te quedaste después que terminó todo, a recoger las cartas, y decías: “Después que el Comandante se va, todos se van”. Claro que se van, ya no hay motivo ni razón para seguir manteniendo el teatro, si Chávez se va, ya los ministros y funcionarios se pueden ir a descansar. ..el pueblo, bueno, el pueblo, tiene que entender que no puede ser tan exigente.El PSUV no puede convertirse en otro AD, es decir, en la casa del partido a donde los pobres acudían con una receta para conseguir una medicina, o como se hace aquí en Nueva Esparta, la expendedora de órdenes para regalar cemento y láminas de zinc.Si se va por ahí, ya sabemos a donde vamos a llegar, sólo debemos mirar la historia reciente del bipartidismo en Venezuela.Los estamos observando, por más rojos-rojitos que se vistan, siempre se les ve el mogote.
ramirezn@ne.udo.edu.ve
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