La rivalidad británico- norteamericana estaba a millón y Andrade, como antes lo había hecho Crespo, actuaba a favor de los Estados Unidos, repitiendo la actividad de Guzmán Blanco.
Las cosas se estaban acelerando, apenas cuatro semanas antes de la muerte de Crespo se había producido la voladura del acorazado Maine en la rada de La Habana. A raíz de ello, el proceso de expansión norteamericana en el Caribe recibía un acelerón. Ya la prensa Hearst habla de asaltar a Cuba en un tono que recuerda las campañas de Polk acerca de México. Sería el destape del movimiento expansivo de grandes alcances.
Si el asesinato de Crespo aspiró a detener el proceso bancario-político que adelantaba Andrade (es una suposición especulativa, intuición de mano inglesa en la contrata del hombre que mató al caudillo) no logró su objetivo. En octubre del mismo año, cuando ya el gordo y moreno cadáver reposa en su tumba con forma y dimensiones de iglesia y sombrías pinturas interiores, visible hoy en el cementerio general del sur de Caracas, el embajador británico Haagard escribe nuevas denuncias:
«El 15 de enero de 1899 Loomis realizó un viaje por el Orinoco en el USS Wilmington, buque de guerra de Estados Unidos, para conocer la zona y las instalaciones de la Orinoco Co. en Santa Catalina e Imataca».
Un buque de guerra de Estados Unidos recorre el río maestro de Venezuela, obviamente con conocimiento de Andrade.
1899, febrero 6. Haagard:
«Mister Loomis, está profundamente implicado en el negocio del Orinoco con Andrade».
Mientras en Paris igleses y norteamericanos discuten el laudo de tema esequibo, en Venezuela se tiran la finca.
Dato nuevo: Colombia actúa sobre el Esequibo
Haagard, 2 de abril de1899:
«El ministro de Relaciones Exteriores (debe ser de Colombia) me informó que había enviado recientemente instrucciones al Ministro colombiano en Londres para ayudar en cuanto pudiera al gobierno británico en el establecimiento de su reclamación territorial contra Venezuela…El propósito de Su Excelencia es lograr que la Gran Bretaña tenga derechos sobre el río Orinoco, ya que Venezuela se niega considerar esta vía fluvial como internacional y recientemente ha puesto gravámenes sobre artículos que venían a Colombia por ese río. Los impuestos son enormes y el comercio de Cúcuta y otras ciudades ha sufrido muy seriamente. El gobierno colombiano abriga la esperanza de que la Gran Bretaña obligue a Venezuela a abandonar esa práctica».
Esta carta incorpora la temática de la unión funcional, geopolítica y económica entre Colombia y Venezuela que crea el río Orinoco por la desembocadura en él del río Meta, nacido casi en Bogotá.
Como vemos, la alineación de Colombia se ha invertido. Del anexionismo a los Estados Unidos legislado con el Tratado Mallarino-Bildack, que fuera compartido por Venezuela bajo Páez y luego Monagas, se ha movido a aliancismo con Gran Bretaña, desea que ésta tenga derechos sobre el río Orinoco y sobre el Esequibo. En la práctica es adversa a Venezuela. Continuará.
.jpg)
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario