miércoles, 22 de noviembre de 2023

El imperio de EXXON MOBIL (1)

 

Pareciera que la soberanía de los países está supeditada a los intereses de las corporaciones transnacionales

¿Puede aceptarse que una empresa domine el territorio de los Pueblos? ¿Venezuela debe permitir que una firma le robe su soberanía? Existen estudios que evidencian cómo los grupos económicos ejercen presión sobre las naciones para manejar sus riquezas.

Para fundamentar lo expuesto, la profesora colombiana Luisa Moreno presentó un estudio llamado “Las empresas energéticas y la gran estrategia estadounidense hacia Irak: una reflexión sobre el rol de Exxon Mobil “, en el que dio como ejemplo de ello el rol desempeñado por las empresas multinacionales para lograr la intervención militar en Irak y que fuera un objetivo fundamental de la política energética del gobierno Bush.

Ahora bien, la profesora explicó que para lograr este objetivo, Chevron y Exxon Mobil aprovecharon principalmente su posición en la economía nacional estadounidense y celebraron contratos a largo plazo para la extracción del crudo y de gas en Irak. De hecho, el gobierno norteamericano tuvo en cuenta las capacidades económicas y de construcción de infraestructura de estas dos empresas para definir su política energética.

Es bueno saber que un año antes a la intervención militar de Irak se dieron las elecciones del Congreso estadounidense, para la cual Exxon Mobil otorgó 18 millones de dólares a las campañas de los republicanos y 4.6 millones para los demócratas. Este patrocinio hizo que los congresistas apoyaran todas las iniciativas necesarias para la empresa.

Cabe recordar que ya en 2007 Exxon Mobil fue la única compañía estadounidense, junto con la Conoco Phillips que se negó a aceptar las nuevas reglas establecidas en la Ley de Hidrocarburos, promulgada bajo presidencia del comandante Hugo Chávez que regula los porcentajes de regalías y la participación de las empresas extranjeras de extracción de petróleo que operaban en nuestro país.

La política marca Exxon

Paradójicamente, un imperio que se asume dueño de la región y sanciona a otras naciones alegando corrupción, contrata políticos para que ejerzan influencia a lo interno de la estructura de su gobierno en función de sus intereses. La ExxonMobil, como otras empresas globales, busca modificar o aprobar leyes para su beneficio como exención de impuestos, eliminación de regulaciones, subvenciones del gobierno federal, entre otros y por esto, pagan grandes sumas de dinero a políticos.

Según Open Secrets, una organización que se encarga de rastrear el flujo de dinero en la política estadounidense y proporcionar datos y análisis para fortalecer la democracia, nada más en 2016 la empresa ExxonMobil invirtió recursos financieros en más de una veintena de políticos con estos fines. Entre ellos se encuentran Donald Trump, quien designó a Rex Tillerson como Secretario de Estado con 25 mil 461 dólares, Marco Rubio con 17 mil 701 dólares y Ed Royce con 7 mil 500 dólares.

Esta organización respalda lo que de manera reiterada se ha denunciado desde el gobierno venezolano respecto a las acciones de personajes como Marco Rubio, senador por el estado de Florida y Ed Royce representante por California que han hecho de las sanciones contra Venezuela un punto clave dentro de su agenda legislativa y trabajan con dirigentes de la oposición venezolana como Luis Florido, Lilian Tintori, Freddy Guevara, entre otros para darles apoyo político, económico y  diplomático en su agenda de derrocamiento de la Revolución Bolivariana.

También, el medio informativo guyanés Guyana Cronicle en diciembre del 2017 publicó unas declaraciones del Ministro de Recursos Naturales para el momento, Raphael Trotman, en las que reveló que “el dinero de Exxon son para honorarios legales de la Corte Internacional de Justicia y son para proteger la soberanía territorial del país” y añadió al final de la entrevista que “la gran suma recibida está destinada a los pagos asociados en caso de que el Secretario General de las Naciones Unidas remita la controversia fronteriza entre nosotros y Venezuela para su decisión final”.

De hecho, Foreign Lobby, otro portal que investiga el lobby político en Washington y sus ramificaciones en el extranjero, publicó que el Ministerio Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional de Guyana ha contratado a la empresa de lobby estadounidense Cormac Group y acordó pagar 25 mil dólares al mes para influir en espacios de interés que incluye tanto al Congreso de EEUU como a las organizaciones internacionales y financieras para posicionar la agenda de negocios con Guyana.

Debe señalarse que Cormac Group no trabaja en solitario, a la contratación de Guyana se suma también la consultora de negocios internacional con sede en Washington, Otto Reich Associates por supuesto manejada por Otto Reich, quien fue embajador de Estados Unidos en Venezuela y subsecretario de Estado para asuntos del Hemisferio Occidental para la época del golpe de Estado contra el comandante Chávez.

Es necesario conocer que entre los clientes de Cormac Group se encuentra la organización sin fines de lucro Venezuelan American Alliance, conformada por venezolanos que residen en EEUU y cuyo vocero es Carlos Vecchio para promover las iniciativas de Washington para quebrar la Revolución Bolivariana.

En función de lo planteado, pareciera que la soberanía de los países está supeditada a los intereses de las corporaciones transnacionales, que pretenden controlar los territorios con la ayuda de imperio norteamericano.

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