*JUAN MARTORANO
Siguen los
acontecimientos en este noviembre en pleno desarrollo y la jugada estratégica
lanzada por el presidente Nicolás Maduro sigue originando reacciones. Justamente
por ello es que escribo las líneas en este día.
Justamente debo
referirme a las recientes declaraciones de Juan González, director de Asuntos
Hemisféricos del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca de la
administración de Joe Biden, nada más y nada menos.
No nos confundamos por este
nombre y apellidos hispanos porque el referido personaje es hijo de ciudadanos
colombianos. Este es un colonizado y razón tuvo y sigue teniendo Dussel acerca
de la decolonización de nuestro pensamiento, a pesar de su partida física el
pasado 6 de noviembre, hace apenas 4 días.
Este infausto personaje manifestó
en recientes declaraciones para la Voz de América del martes 7 de noviembre
tratando de colocar una fecha límite al Gobierno del Presidente Nicolás Maduro
para mostrar “un plan claro en relación a las elecciones presidenciales libres
que se lleven a cabo en el año 2024” en la República Bolivariana de Venezuela.
Uno de los principales asesores
de Joe Biden para América Latina, señaló que si antes no se habilita a todos
los candidatos, EEUU revertiría la flexibilidad de las “sanciones” al Gobierno
de la República Bolivariana de Venezuela.
Asimismo informó que EEUU fijó un
plazo hasta el 30 de noviembre para que
el gobierno venezolano “habilite” a todos los candidatos, léase, María Corina
Machado.
Estas infelices y desacertadas
declaraciones de González fueron formuladas en el marco de las recientes
decisiones del Tribunal Supremo de Justicia en Venezuela, específicamente de la
Sala Electoral, en la que se ordena la suspensión de todos los efectos de las
fases del proceso electoral de primarias celebrada por un sector de las
oposiciones el pasado 22 de octubre de 2023.
Ahora procederé a emitir mi
opinión respecto a estas declaraciones, en las que ratifico los calificativos
que he empleado en contra de ellas. Infelices y desacertadas.
Por una parte, altisonantes
porque los únicos que no saldrían perjudicados con darle una patada a la mesa y
a los acuerdos recientemente firmados en Barbados no seríamos nosotros. Evidentemente
nuestro país requiere y eso no es un secreto para nadie alivio en las medidas,
agresiones y bloqueos que desde EEUU han venido implementando en contra de
nuestro país. Pero, no es menos cierto también que EEUU requiere altas
cantidades de energía, sobre todo dado el empantanamiento que ellos han tenido
junto a sus socios sionistas en escenarios como Ucrania y Palestina, y por
ello, vuelcan sus ojos hacia Venezuela, como su tabla de salvación ante la
debacle que viven y que podría empeorar si no cuentan con el respaldo de
nuestro país.
Venezuela en estos momentos para
ellos es un proveedor seguro, confiable y sobre todo cercano del petróleo que
ellos necesitan. Y este tipo de declaraciones y “patadas de ahogado” no serían
más que una pataleta y malcriadez de guapetón de barrio del hegemón del mundo.
Y que en caso de concretarse, no serían más que “darse un tiro en el pie” como
se dice coloquialmente.
Y esto es así porque además,
ellos requieren que el petróleo venezolano fluya libremente y vuelva al mercado
internacional no solo por el tema de satisfacer sus demandas energéticas, sino
además por un tema de estabilizar los precios de los hidrocarburos, ya que así
también ellos mantendrían el precio de la gasolina, la cual se ha incrementado
a niveles desorbitantes en EEUU y eso a los efectos del año electoral que ellos
también tendrán el año que viene, no les conviene para nada.
Incluso, me atrevería a aseverar
que en ese arranque que le ha dado al señor González en el marco de la
diplomacia de micrófonos que caracteriza a algunos y algunas, que EEUU saldría
más perjudicado que Venezuela en el caso de concretar tales amenazas. Pese a
las licencias que ellos nos han “concedido”, a los efectos prácticos de las
mismas, aun no se sienten en nuestra economía. Desde hace más de un año y pese
a la aprobación de Naciones Unidas, todavía los 3.200 millones de dólares para
el fondo social acordado en el primer acuerdo parcial firmado con ellos por
estas fechas el año pasado no se ha concretado. Y ni hablar de los 1.500
millones de dólares que un tribunal portugués ordenó al Novo Bank de ese país
devolver a nuestro país.
Entonces, creo que deben sacar
bien las cuentas de lo que piensan hacer con nosotros y nosotras.
No obstante, y como bien me
señaló un amigo cubano, que por razones obvias no revelaré su nombre, recordándome
lo expresado por el guerrillero heroico Ernesto “Ché” Guevara La Serna: “Al
imperialismo no se le puede confiar ni tantico así, nada”. Pues ahí es que debo
señalar las otras consideraciones para que pese a estas ventajas comparativas
que he señalado en los párrafos precedentes, tampoco esto sea para que nos
durmamos en los laureles.
Evidentemente EEUU no escatimará
esfuerzos para tratar de derrocar a la Revolución Bolivariana. Ya en los
análisis que he formulado con respecto a su pupila María Corina Machado he
indicado como ellos ahora tratarán de desestabilizarnos. Irán paulatinamente en
el frente interno de generar las condiciones para desgastar el liderazgo
revolucionario de Nicolás Maduro, y en el frente externo el establecimiento de
la “zona gris” en el territorio Esequibo y de exacerbar los conflictos con la
República Cooperativa de Guyana para llevarnos a un conflicto que no nos
conviene ni a guyaneses ni a venezolanos.
Por ello, si nos pusiéramos a
construir una línea de tiempo, las recientes audiencias celebradas en la Corte
Penal Internacional en el marco de la apelación interpuesta por el Estado
Venezolano a raíz de las investigaciones que la Fiscalía de dicha instancia
lleva por la supuestas comisiones de crímenes de lesa humanidad en nuestro
país, además de tratar de llevarnos al banquillo de los acusados y reeditar el
expediente Milosevic esta vez en la persona del Presidente Maduro y del Alto
Mando Político y Militar de la Revolución. Estas acciones más las referidas a
las audiencias convocadas por la Corte Internacional de Justicia a fin de
pronunciarse sobre las medidas cautelares solicitadas por Guyana para buscar la
suspensión del referendo consultivo del próximo 3 de diciembre, constituyen maniobras
de dispersión, distracción y boicot en contra de la consulta a celebrarse en
nuestro país dentro de 23 días.
Por cierto y no puedo dejar pasar
por debajo de la mesa, que el ultimátum del inefable Juan González, o del
gobierno gringo más bien, se materializaría el 30 de noviembre, en vísperas de
la instalación de las mesas electorales y a menos de 72 horas de la celebración
del referendo. ¿Casualidad?
Pero, es importante, y sobre todo
ya para ir cerrando estas modestas opiniones, creo importante realizar la
actualización de las recientes decisiones de la Corte Internacional de Justicia
con respecto a la causa de la controversia territorial que tenemos con Guyana
en torno al territorio Esequibo.
Deben recordar mis apreciados
lectores y lectoras que en la columna precedente mencioné sobre la fijación de
audiencias por parte de esta instancia para escuchar tanto a Venezuela como a
Guyana en sus argumentos para pronunciarse sobre la procedencia o no de esas
medidas cautelares. Inicialmente esas audiencias estaban pautadas para el
martes 14 de noviembre, pero en función del pronunciamiento que algunos hemos
tenido en torno al tema, parece que les pasaron la información, y por ello las
mismas han sufrido modificaciones.
La Corte Internacional de
Justicia (CIJ) procedió a la reasignación de la fecha a la República Bolivariana de Venezuela para
aportar sus alegatos a la solicitud antes mencionada en medidas cautelares al
referendo consultivo del próximo 3 de diciembre.
Antes como lo he señalado era el
martes 14 de noviembre a las 10 am hora de La Haya (5 am hora de Caracas),
ahora será el 15 de noviembre a las 10 am hora de La Haya (5 am hora de
Caracas).
En el caso de la República
Cooperativa de Guyana, se mantiene para el martes 14 de noviembre a las 10 am
hora de La Haya (5 am hora de Caracas). Cabe recordar que las mismas se darán
en inglés y francés que son los idiomas oficiales de la Corte, y esto llama la
atención porque siendo ésta una instancia del sistema de Naciones Unidas, no se
maneje en todos los idiomas, y que estas audiencias no tengan traducción al
idioma castellano. ¿Casualidad esto también?
Pero ya lo expresé en su debida
oportunidad, y en ello los compañeros de Misión Verdad lo expresaron
recientemente. Después que en su momento la República Cooperativa de Guyana no
reconocía la jurisdicción de la CIJ al igual que nosotros, posteriormente
decidió acudir unilateralmente porque el gobierno de Granger y ahora del
gasolinero Irfaan Alí, de la Exxon Mobil e Inglaterra saben muy bien que dicha
instancia no es para nada imparcial ni resolverá la controversia sobre el Esequibo.
Y colocaré un dato significativo
que aportan los compañeros del referido portal que no debe ser sorpresa para
nadie: Nada más y nada menos que el 40% de los jueces que integran la CIJ
nacieron en territorios británicos o ex colonias y comulgan con los postulados
del Derecho Anglosajón, el cual es diametralmente distinto al Derecho que se
estudia y practica en países como el nuestro. Así que no nos llamemos a engaño.
Así están planteadas las cosas. No
quiero decir con ello que Venezuela no debe dar la pelea en esa instancia. No es
ese mi planteamiento y puedo comprender las razones de Estado en acudir a la
misma si fuere el caso, aun cuando nuestra posición reiterada ha sido no
reconocer la jurisdicción de la Corte. Pero no podemos llamarnos a engaño de
pensar que de ahí salga una decisión abrumadoramente favorable a nosotros. Y debemos
estar preparados para todos los escenarios posibles.
De todas maneras, no podemos
bajar la guardia y debemos mantenernos en alerta. Y bueno en cuanto a las
decisiones de la CIJ, “amanecerá y veremos…” como lo expresa un sabio refrán
popular.
Si adelanto que, de no surgir
otro elemento que nos obligue a referirnos de otros tópicos, la edición 90 de
esta columna estará dedicada a Valery Paul Hart, otra de las heroínas no muy
conocidas en nuestra reclamación histórica sobre el Esequibo al igual que el
general Domingo Antonio Sifontes, y que los jesuitas Pablo Ojer y Hermann
González Oropeza, cuyo legado en el marco de esta reclamación histórica algunos
sectores están muy interesados en desaparecer.
Así que esperen esa columna, que
seguramente los dejará impactados.
¡Bolívar y Chávez
viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y
Venceremos!
* Abogado, Defensor de
Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y
Tuiteras Socialistas. , jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta
facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario