Publicado: 10/11/2023 05:00 PM
Esto no es de ahora, desde la llamada conquista de Las Indias Occidentales, territorio que hoy conocemos como América, los invasores imperiales manipulan en la sombra para apropiarse del territorio americano y aún hoy los venezolanos seguimos en la justa reclamación sobre el Esequibo.
Nuevamente, la transnacional estadounidense ExxonMobil, aliada de la oligarquía guyanesa, amenaza nuestra soberanía al pretender explotar de manera ilegítima los recursos petroleros de un espacio geográfico delimitado desde que eramos Capitanía General bajo dominio español, y que nos pertenece desde nuestra independencia forjada en batallas.
Para conocer el contexto, el historiador venezolano Carlos Franco nos explicó que, luego del Tratado de Tordesillas en 1494 varias monarquías europeas fueron excluidas de los privilegios de colonización sobre el continente americano y para la época, Gran Bretaña fue una de las naciones marginadas del acuerdo católico. Sin embargo, eso no evitó que se instalara en zonas del continente en la que españoles y portugueses se habían asentado inicialmente, estableciendo así su propio proceso de invasión en la región septentrional de Suramérica conocida como la Guayana.
Los motivos eran claros, la leyenda de El Dorado era popular durante los siglos XVI y XVII, y fue el principal aliciente para que miles de europeos, ansiosos de riqueza, se trasladaran a América. Los británicos comenzaron su proyecto enfocados en la exploración de las bocas del río Orinoco y la región de Guayana, iniciando una serie de incursiones de las que destacan las lideradas por los viajeros Walter Raleigh y Robert Dudley entre 1595 y 1617.
A partir de estas expediciones se hicieron levantamientos cartográficos y escenográficos que se extendieron por Inglaterra, en sus investigaciones el historiador Franco describió que “los británicos alimentaron la idea de que existía una ciudad de oro. Estas noticias e imágenes motivaron a la reina Isabel I a pretender apropiarse de las Guayanas. Aunque estas regiones estaban bajo el control de españoles y neerlandeses, no se impidió que los anglosajones se asentaran en la costa este del río Esequibo, la cual estaba administrada por los holandeses desde mediados del siglo XVIII con pequeñas colonias agrícolas pobladas por los esclavos traídos de África y las islas británicas en el Caribe”, detalló el historiador.
Los británicos se instalan al oriente del Esequibo
Las ocupaciones británicas en la Guayana Holandesa fueron en constante crecimiento y se consolidó a partir de 1781 con la toma de la colonia de Demerara por el oficial Robert Kingston. La ocupación llegó a un punto cumbre en 1814 cuando, a través del Tratado de Londres, los holandeses cedieron a la Gran Bretaña los derechos administrativos de 32.187 km2 correspondientes a las colonias de Berbice, Demerara y Esequibo, cuyas fronteras eran: al norte el Océano Atlántico, Brasil al sur, el río Corentine al este, y el río Esequibo al este.
Ahora, es importante tener claro lo que explicó el profesor Pablo Ojer en su libro publicado en 1969 llamado “Robert H. Schomburgk. Explorador de Guayana y sus líneas de frontera” en lo que “la región que los holandeses identificaron como colonia Esequibo correspondía a territorios al oriente del río homónimo, hecho confirmado por mapas como el de Cruz Cano y Olmedilla en 1775, el cual fue reconocido como uno de los mejores y más precisos. La creación de la Guayana Británica se concretó en 1831 con la unión de las colonias mencionadas, respetando los límites ya establecidos con respecto a Venezuela y que fueron reconocidos por la Corona británica cuando esta aceptó la independencia de la Gran Colombia en 1824”.
Schomburgk y sus líneas
Lamentablemente llegaron las dudas. A pesar de todas las evidencias cartográficas emanadas y reconocidas tanto por Venezuela como por la Gran Bretaña que certificaban al río Esequibo como el hito limítrofem para el año de 1835, tal como lo escribió el historiador Mario Briceño Picón en su libro publicado en 1966 llamado “La infamia del Esequibo”, el naturalista Robert H. Schomburgk incursionó en la región auspiciado por la Royal Geographical Society, determinando la anexión a la Guayana Británica de aproximadamente 4.920 km2 a partir del estuario del Esequibo hasta las riberas del río Moroco. Las pretensiones británicas sobre el territorio de la cuenca del Esequibo fueron aumentando gradualmente con Schomburgk como encargado de trazar una serie de líneas cartográficas que fueron ampliando los dominios territoriales de los ingleses.
El historiador Picón detalló que “en 1834 Schomburgk fue comisionado directamente por el Gobierno británico y agregó al territorio inglés una zona de 142.000 Km2, hecho que generó la protesta de la cancillería venezolana por esta agresión imperialista que pretendió apropiarse de una zona de 203.310 Km2, llegando a la boca del Orinoco”, además añadió que “esta provocación generó en 1887 la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambas naciones. Estos argumentos vagos y el irrespeto de los acuerdos firmados en Washington el año de 1897 condujeron a Venezuela al fraude de París de 1899. La obra de Schomburgk se inserta en la tradición naturalista europea de los siglos XVIII y XIX, que, consciente e inconscientemente, siempre estuvo ligada a proyectos colonialistas para favorecer al imperialismo europeo”.
Explicó Picón que éste viajero europeo fue claramente designado para ir arrebatando a Venezuela del territorio peleado y ganado desde nuestra independencia. Schomburgk presentó su primer mapa realizado en 1834, aun sin conocer ni explorar la Guayana donde habían logrado despojar 4.290 kms² de tierras. El mismo se basaba en los estudios geográficos y cartográficos de la época, sobre todo, en los de Humboldt. En principio este mapa fue aceptado por las autoridades británicas, pero nunca lo publicaron o mencionaron en las negociaciones y arbitrajes limítrofes con Venezuela.
Añade Picón en su libro que más adelante, “cinco años después Schomburgk trazó una segunda línea que correspondió a su primera exploración en el territorio guayanés entre 1835 y 1839. Este trabajo de campo fue bastante superficial pues, el naturalista tan solo recorrió el Rupununi en la localidad de Pirara, pasó a Roraima, luego a La Esmeralda (actual Amazonas venezolano) hasta llegar a Río Negro. Con el escaso conocimiento de este primer trayecto y algunos libros, elaboró el mapa conocido como Sketch Map of British Guiana en el cual la frontera se extendía desde la boca del Amacuro hasta el Roraima, arrebatándole a Venezuela 141. 930 kms²”, detalló el historiador.
Por último, concluye Picón que “la arbitraria línea fronteriza trazada por este viajero sufrió posteriores adulteraciones y ampliaciones por parte de las autoridades británicas en la segunda mitad del siglo XIX, todas orientadas a la usurpación del territorio venezolano”.
En definitiva, nuestra tarea urgente es informarnos y conocer, ya que no existe conciencia sin conocimiento. Necesitamos comprender lo ocurrido históricamente con el territorio para saber el rumbo a seguir en la lucha por su recuperación.
AMELYREN BASABE/ REDACCIÓN MAZO
No hay comentarios:
Publicar un comentario