Asalia Venegas.- En los últimos tiempos cualquiera se cree con derecho a opinar sobre Venezuela y a sugerir cuál sería la mejor vía para que la patria de Bolívar se encauce por los derroteros que prefijan Trump y sus aliados de la derecha mundial. No se requiere ser muy versado en política para visualizar qué es lo que recomiendan estos injerencistas con rabo de paja. En todos los países de América Latina hay tal cantidad de problemas que, en este teatro del absurdo, es inadmisible que ningún organismo internacional los vea.
Trump, Rajoy y Kuczynski están empeñados en que Venezuela salga de Maduro (que éste renuncie, obviamente), que todos los que presiden los poderes públicos -sobre todo, el Poder Electoral- renuncien colectivamente y abran las puertas a la intervención que anhela la derecha mundial. Quieren una intervención legitimada, que David se retire sin pelear contra Goliat, que este país sea un perrito más echado en la alfombra, como quiere Trump.
Por ello, estos grupos que se crean, como el Grupo de Lima, lo que giran son órdenes y condenas a Venezuela como lo manda el recetario de Almagro. Lo último que han rechazado es la convocatoria a los comicios presidenciales realizada por la ANC. Previo a esto, la ANC había sido calificada de ilegítima y sin poderes reales, en esa cualificación e intromisión que asumen sin que nadie les haya pedido opinión.
Según estos personajes, en nuestro país “no habrá comicios transparentes y creíbles”, pero del fraude en Honduras no se dice nada. En ese país ha habido muertos y una feroz represión contra los hondureños que cuestionan la actuación del Tribunal Electoral. Este dio como ganador en las elecciones a JM Hernández en contra del candidato Salvador Nasralla, quien iba ganando con 5 puntos de ventaja. Luego del “apagón informático”, el TSE con un punto de diferencia dio ganador a Hernández.
Este es el tipo de actuación que defiende el grupo de pillos cuya denominación no importa, lo que interesa es el ataque a Venezuela y a su Presidente, como ordenan Trump y Rajoy.
Las elecciones pueden hacerse con o sin adelanto, y no serán bien vistas. Siempre habrá falta de transparencia y credibilidad. Por eso Venezuela debe seguir adelante y contar con el respaldo de nuestro pueblo en aras de consolidar la paz y nuestra democracia.
Asalia Venegas | Profesora UCV
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