*JUAN MARTORANO.
Podemos expresar, sin temor, que
a partir del fallecimiento del Comandante Supremo y Eterno Hugo Chávez y más
intensamente después de los comicios parlamentarios del 6 de diciembre de 2015,
se abrió un profundo y autocrítico debate a lo interno del chavismo, de las
fuerzas políticas y sociales que respaldan la Revolución Bolivariana que la prepotencia
y el sectarismo no han podido evitar.
Hoy el legado del Comandante
Chávez se encuentra verdaderamente amenazado como nunca antes en 17 años de
Revolución hecha Gobierno ha ocurrido. Y esto fundamentalmente por la falta de
decisiones oportunas y necesarias que evitarían el colapso de nuestro modelo
bolivariano. Un modelo que busca garantizar, fundamentalmente la justicia
social y el bienestar colectivo y el protagonismo de las mayorías que
estuvieron durante muchísimos años excluidas sin excluir a las ya incluidas,
vaya este juego de palabras. Hoy, la realidad por la que atravesamos, se aleja
dramáticamente de esas banderas que convocaron y en buena medida siguen
convocando al pueblo venezolano.
Este es un apretado resumen
autocrítico sobre la situación por la que estamos atravesando en estos
momentos. Sin negar que en este
contexto, hay toda una estrategia imperial en el marco de sus nuevas
estrategias geopolíticas, y fundamentalmente las que están dirigidas en la
América Latino Caribeña, con la reconquista a través de diferentes acciones y
operaciones que están implementando, la reconquista de lo que ellos consideran
su “patio trasero”. Algo de eso me referí en mi último artículo.
Nuestro país ha cambiado y hay
una nueva reconfiguración política y social, con nuevas demandas y nuevas
expectativas, y ni el Gobierno ni la MUD se conectan realmente ni interpretan
esas nuevas demandas y expectativas de nuestra sociedad. Hay una desconexión
total en el discurso, pero sobre todo de las acciones, el principal problema
por la que estamos atravesando los venezolanos y venezolanas es que estamos
viviendo de forma muy complicada, muy difícil, muy compleja. Y en algunos casos
nos encontramos todos y todas desprovistos de una voz que nos entienda, no
solamente que nos oriente y que nos guíe, y que entienda verdaderamente lo que está
sucediendo en la calle.
En estos momentos de la política
venezolana, hay discursos muy vacíos y carentes de propuestas y soluciones que
espera nuestro pueblo. Uno de los problemas fundamentales que tiene el
Presidente de la República Nicolás Maduro, desde mi punto de vista, es que está
muy mal asesorado, evidenciando que no tiene un verdadero equipo, y por ende,
improvisa mucho. Y hay que entender que los problemas se transforman, y es por
ello, que también se debe transformar la forma de actuar. De ahí la importancia
del pensar, analizar y estudiar para volver nuevamente a la acción.
No podemos ocultar que hoy
padecemos de poder acceder a los insumos mínimos para tener una vida digna, una
calidad de vida digna. Por supuesto, esto no es responsabilidad única y
exclusiva del Gobierno o el Alto Mando Político y Militar de la Revolución,
porque también la derecha tiene su cuota de responsabilidad en esto. Sin duda
todos debemos trabajar en el bien inestimable para salir de esta situación,
pero, lamentablemente, hay sectores que no les interesa que la situación se
solucione, antes bien, apuestan al escalamiento y agravamiento del conflicto
para que se dé el estallido, para que desemboque la violencia.
Lamentablemente el discurso
panfletario esta sepultando el discurso orientador y pedagógico. En esta crisis
social que padecemos, es justo juzgar severamente a los diferentes actores
sociales. Después de aquel fatídico 5 de marzo de 2013 cuando perdimos a
nuestro Comandante, pareciera que la política se ha convertido en un diálogo de
sordos, que no solamente no se escuchan entre sí mismos, sino que no están
escuchando al pueblo, sobre todo en las calamidades y necesidades que padece.
Es una crisis global la que
vivimos. Nadie de la dirigencia política del país, sea chavista u opositora se
está poniendo en los zapatos de nuestra gente, no hay empatía en el discurso ni
sintonía con estas situaciones, no se logran comunicar con las grandes mayorías
que estamos padeciendo estas grandes dificultades. Evidentemente, la crisis de
legitimidad y de liderazgo en nuestro país es muy grande.
Hay una gran dificultad de
nuestro Gobierno Bolivariano para comunicarse con nuestro pueblo. Considera que
la propaganda es más que suficiente para sustituir a la información. Se pretende
tapar con la propaganda los problemas que atravesamos en nuestra cotidianidad,
y eso nos está haciendo muchísimo daño, y más cuando salimos a las calles y
contrastamos con una realidad que es muy distinta a la que nos quieren hacer
ver. Tampoco estamos en el apocalipsis que nos venden los medios de la derecha
nacional y transnacional, pero es evidente los graves problemas por los que
estamos atravesando. La falta de información oficial genera terror y le da
espacios a los rumores, a la desinformación, lo cual es extremadamente
peligroso en estos momentos, porque genera incertidumbre y desestabilización. Esa
orfandad y sensación de que “no hay nadie”, además de falta de decisión, va
debilitando las bases que sustentan la gobernabilidad.
Confieso mis preocupaciones,
porque todas estas situaciones pueden llevarnos a escenarios muy violentos,
incluso ya estamos viendo los primeros signos. La derecha lo sabe y se está
aprovechando de eso. Se está aprovechando de los errores y fallas de la gestión
gubernamental, de su falta de visión estratégica, no para buscar alternativas
democráticas para incluso sustituir al Gobierno, sino que apuestan al
derramamiento de sangre para entregar este país y sus riquezas a los amos del
mundo.
¿O será también que la gente está
esperando el surgimiento de un factor que no sea la actual dirigencia que está
en el Gobierno o de los factores variopintos que hacen vida en la MUD? Es una
interrogante válida y que varios analistas nos hacemos.
El liderazgo se fundamenta en la
palabra, hay una gran inflación de la palabra como lo expresó Pérez Pirela en
el “Análisis Situacional” de Schemel, la palabra va de menos en menos. Si pudiera
hacerle una recomendación, siempre en el marco del respeto y consideración al
Presidente Nicolás Maduro, que estoy consciente que no le ha tocado una tarea
sencilla, es que en sus intervenciones públicas, no cree expectativas que no
pueda cumplir, que no haga anuncios sino tiene, como lo decimos en términos
coloquiales, “todo amarrao”. El principal recurso de todo político, y más si
este es revolucionario es la credibilidad, y si esta se pierde o es minada, ese
político está prácticamente liquidado.
La gente requiere de liderazgos
cuya palabra se sustente en el tiempo, cuya palabra se vuelva realidad, cuya
palabra se transforme en acciones. La oposición no dista tampoco mucho de esa
realidad, siguen sufriendo de “onbliguismo”, además que cada uno de sus
factores, tan diversos y disimiles están manejando su propia agenda particular.
La gente está esperando que se le den soluciones fácticas, reales, cotidianas
que solucionen los problemas que está viviendo. La oposición esta
despilfarrando la crítica y la denuncia, y nuestro Gobierno Bolivariano está
despilfarrando el Legado de Chávez.
Nuestro pueblo está expectante, y
quien hable claramente, y quien avance en propuestas gerenciales, específicas y
de verdaderas soluciones a los problemas de nuestra gente, tendrá una gran ventaja
en el ámbito político con respecto a los otros actores. Un elemento muy
importante a considerar en la actual coyuntura.
Esta disputa de los actores
políticos de bando y bando se está basando en las regionales de este año, de la
que escribí comenzando este año, de la posibilidad de referendos (revocatorio o
de una enmienda constitucional), o de la salida de Nicolás Maduro en seis
meses, como lo prometió el Presidente de la Asamblea Nacional adeco burguesa,
Henry Ramos Allup, por métodos de facto desde mi punto de vista, ya que ninguno
de los planteamientos de Ramos Allup encuadra perfectamente dentro de los
supuestos constitucionales y los tiempos políticos no le dan si lo vemos desde
la viabilidad, de que esa “salida” se materialice en el tiempo que él anunció,
lo que hace que la oposición se desespere, pueda surgir el fascismo, y por
ende, el caldo de cultivo para acciones terroristas como las ocurridas en las
últimas horas, y que esperamos detallar con mayor detalle en próximos
artículos, pretendan ser parte de la cotidianidad de nuestro pueblo. Esto no
puede ni se debe permitir.
En todo caso, el gran perdedor es
nuestro pueblo, quien se encuentra en el medio y expectante, viendo quien es el
que realmente va a solucionar los problemas de su cotidianidad. Ya hemos
perdido mes y medio luego de la instalación de la Asamblea adeco burguesa, y
habría que preguntarse: ¿Qué se ha discutido realmente en la Asamblea Nacional?
¿Una ley de amnistía donde los responsables de muertes y violaciones de
derechos humanos se auto perdonan? ¿Una ley que pretende chulearse un millón de
viviendas y entregárselas en bandeja de plata a la banca privada para que
desaloje a muchas familias que en condiciones de una economía de mercado jamás
hubieran accedido a este tipo de viviendas? Pareciera que hubiera una
componenda política de las élites políticas de nuestro país en contra del
pueblo venezolano.
La crítica en un proceso
revolucionario es fundamental y no es una moda. Ahí le doy la razón a Vanessa
Davies, el agua estancada se pudre, y la gran virtud de Hugo Chávez es que se
estaba reinventando constantemente, y además de su ética, ahí encontramos el
por qué de la fortaleza de su liderazgo. El estancamiento de las ideas, el
estancamiento de la Revolución, puede generar el desmoronamiento del proceso
político extraordinario que estamos viviendo en nuestro país. Cosa que las
venideras generaciones no nos perdonarían.
Es por eso que es necesario que
haya debate, discusión, además de información, así no nos guste lo que en esa
información haya. La propaganda basura, chatarra que muchas vemos en medios
privados, lamentablemente, de un tiempo para acá la estamos viendo en nuestro
sistema bolivariano de comunicación e información. Sentarse en una misma mesa,
acordar soluciones y llegar a unos acuerdos mínimos no es traicionar a nadie. Es
sencillamente trabajar en función del país.
En la América Latino Caribeña se
viene toda una arremetida de los Gobiernos de derecha, algo de eso expresábamos
en nuestro artículo anterior. Y lamentablemente las fuerzas revolucionarias no
nos preparamos para las “altas” y “bajas”.
El chavismo es una forma de ver el mundo, es una cosmogonía, es una
forma de hacer las cosas, y eso trasciende al PSUV incluso. El chavismo es un
sentimiento profundo que yace en las profundidades del alma y el espíritu de
nuestro pueblo. José Martí lo expresaba con claridad: “No toda fruta cabe en la
cáscara”.
Las campañas de desestabilización
emocional en esta América Latino Caribeña se sustentan en la ineficiencia
gubernamental, en matar la ilusión de un modelo y una forma de convivencia
distinta al capitalismo, porque “no podemos gerenciar”. Pero, si tomamos un
mapamundi, y evaluamos realmente donde fracasó el capitalismo y en donde el
socialismo, encontraremos que el 80% de fracaso se lo atribuiremos al
capitalismo, y no sólo en los países del sur, sino en las grandes urbes del
norte, y apenas 20% al socialismo, porque éste último es apenas un modelo
incipiente y en pleno desarrollo, así que en ese sentido mal podemos atribuir
nuestros actuales males al socialismo, cuando éste no se ha implementado en
todo su esplendor.
Sin embargo, el tema económico es
el que va a decidir el tema de las ideologías no sólo en nuestra América Latino
Caribeña sino en buena medida, del mundo. Si nosotros no demostramos a través
de un modelo del socialismo a la venezolana, con eficiencia, eficacia,
transparencia y que funciona, lamentablemente, fracasaremos en el impulso de un
mundo mejor y distinto al actual, e incluso la posibilidad de la aniquilación
de la especie humana sobre la faz de la tierra será cada vez una más real y
factible.
Por ello debe haber una verdadera
gerencia pública, con criterios de eficiencia y eficacia claras, acompañadas de
una adecuada comunicación política, no con propaganda balurda que trate de
tapar la realidad, y que mine la confianza. Así jamás saldremos del actual
atolladero en el que nos encontramos.
También hay que tener mucho
sentido de oportunidad en el momento de decidir y de la adopción de las
medidas, esto a objeto de recuperar las expectativas positivas de nuestro
pueblo.
En conclusión, la situación en nuestro
país se agrava cada día por las interminables colas, la falta de alimentos y
medicamentos, la inflación, la criminalidad desatada, y en algunos casos
inducidos; y ahora con el racionamiento y sabotaje eléctrico y del agua lo que
acentúan la crisis económica.
Pero la solución no pasa por un
cambio de gobierno, y así lo demuestran los números, de ahí el desespero
opositor por salir de Maduro. Pero quien este en el poder, deberá convocar asertivamente
a todos los sectores y construir consensos alrededor de un conjunto de medidas
necesarias para superar las actuales dificultades, protegiendo el bienestar de
los sectores más vulnerables y populares.
“Contra la conciencia y contra la
voluntad y contra la fortaleza y la unidad de un pueblo no hay imperialismo que
pueda” Hugo Chávez.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria
que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
*Abogado,Activista por los Derechos Humanos,Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC). http://juanmartorano.blogspot. com /http://juanmartorano.wordpress.com/.jmartoranoster@g mail .com ,j_martorano@hotmail.com ,juan _martoranocastillo@yahoo. com. ar . @juanmartorano (Cuenta en Tuiter).
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