ANTONIA MUÑOZ
Hoy correspondía la tercera entrega sobre algunas recomendaciones queestamos haciendo sobre el sector agropecuario. Sin embargo, decidimos interrumpir y posponer esta tarea después de presenciar a través de la TV algunas cuantas truculencias durante la instalación de la nueva Asamblea Nacional. No pudimos evitar que viniera a nuestra mente aquello de: “no tiene culpa el ciego sino quien le da el garrote”. Duele reconocer que fue una mayoría del pueblo quien les dio el garrote a la derecha dirigida por Ramos Allup y Julio Borges, los cuales más atorrantes no pueden ser. Y para que los incrédulos vayan entendiendo quién realmente comenzó a recuperar el poder político en Venezuela, Ramos Allup llegó acompañado y en el vehículo del jefe de negocio de la embajada norteamericana en Venezuela. Ahora ¿Por qué buena parte del pueblo que antes creyó y votó por la Revolución Bolivariana ahora se abstuvo o en un acto de venganza votó por sus verdugos?
Antes de contestar la interrogante anterior, nos permitimos informarles quepara nuestra sorpresa, en el período pre y electoral, le oímos a unas cuantas personas el siguiente comentario: la única manera que la gente del gobierno cambie o que deje la prepotencia es que pierda la Asamblea Nacional!! Siempre ofrecíamos los argumentos en relación a las nefastas consecuencias de tal decisión electoral; sin embargo, nunca creímos que la gente estaba hablando tan en serio. Ya Óscar Schemel había dicho que en un determinado momento en Venezuela estaba ganando el descontento. Pues si, finalmente ganó el descontento hacia el gobierno y el mismo favoreció a la oposición. Es urgente entender las razones del descontento para poder rectificar. Creo que una buena razón fue la guerra económica y si no lo creyera no hubiese pasado 10 meses dando charla presencial, por radio y Tv sobre el tema. Sin embargo, hay otras razones y debemos discutirlas sin miedo.
Ayer (martes 05/01/16) Héctor Rodríguez en su claro, contundente y acertado discurso en defensa de la Revolución Bolivariana, le recordó a la derecha parte de sus fechorías cometidas cuando fueron gobierno. Además reconoció que: “HEMOS RECIBIDO LA BOFETADA ELECTORAL QUE NOS OBLIGA A LA RECTIFICACIÓN, QUE NOS OBLIGA A HACER MEJOR LAS COSAS, CON MAYOR EFICIENCIA, CON MAYOR EFICACIA, CON MAYOR TRANSPARENCIA, Y SIEMPRE CON EL PUEBLO”. Totalmente de acuerdo Héctor. En la práctica, una de las rectificaciones que debemos hacer, es dejar la sordera y ESCUCHAR, no sólo lo que uno quiere oír sino LA VERDAD POR MUY DURA QUE ÉSTA SEA. Insistimos que todo aquel o aquella que no sea sorda puede oír, pero escuchar va más allá de eso. Escuchar significa oír con atención y respeto al otro o a la otra y disponerse a atender y procesar lo que se oye; bien sea para aceptarlo parcial o totalmente o para rechazarlo con argumentación razonada y fundamentada.
Otra cosa que no se debe despreciar, desdeñar o desestimar mi queridopaisano es la EXPERIENCIA. Aunque por tu juventud eres de los que piensa que a los 60 hay que retirarse de la política o de la vida pública, recomiendo aprender de nuestras comunidades indígenas que valoran y consultan a sus mayores por su acumulada experiencia y sabiduría. ¡Qué bueno si fuéramos respetuosos y humildes; y además inteligentes para combinar el conocimiento y la sabiduría que da el haber vivido, con la energía, ímpetu y deseos de aprender que es muy propio de la juventud. En el mismo orden de ideas, nos atrevemos a señalar que la juventud no es garantía de eficiencia ni de honestidad. Conozco unos cuantos casos de “caras nuevas con mañas bien viejas”, que le hacen a uno preguntarse, si tales bellaquerías son hereditarias, congénitas (Adquiridas durante el parto), aprendidas en el seno de la familia o producto de la enseñanza de liderezas o líderes pervertidores de jóvenes, sólo con la aviesa intención de manipularlos y controlarlos a su conveniencia.
Una desviación que es urgente corregir porque le hace un daño incalculable a la Revolución Bolivariana, es el SECTARISMO y EL AMIGUISMO; lo cual conduce a que “jamás veamos ojos bonitos en cara ajena”. Por eso no somos capaces de reconocerles mérito alguno a quien no pertenezca a nuestro grupito. Sin embargo, esta tendencia no parece ser nueva, a juzgar por lo que nuestro Libertador Simón Bolívar le expresara al Gen. Páez y al Gen. Carabaño en sendas cartas escritas en marzo y octubre de 1828, respectivamente: “EL MODO DE GOBERNAR BIEN ES EL DE EMPLEAR HOMBRES (Y MUJERES) HONRADOS AUNQUE SEAN ENEMIGOS…” y “LOS HOMBRES DE LUCES Y HONRADOS SON LOS QUE DEBIERAN FIJAR LA OPINIÓN PÚBLICA. EL TALENTO SIN PROBIDAD ES UN AZOTE…”. En casi dos siglos, el código de ética de las y los venezolanos debe haberse modificado enormemente, pero la honradez de los gobernantes debe seguir siendo un atributo muy deseable, sobre todo en revolución. ¡CHÁVEZ VIVE. LA LUCHA POR LA PATRIA SIGUE!
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