Luis Aponte*
Largas colas, malestar e indignación, es
lo que se percibe de las personas que circulan o residen por la
populosa parroquia petare, cuando al observar, como un grupo de vecinos
del sector, especulan con los productos de primera necesidad, y ante
esto, no hay ninguna autoridad a la cual acudir.
El día miércoles 27 de enero, me tocó
cambiar mi rutina acostumbrada, ya que, tenía que asistir a una consulta
médica. Pasada las nueve de la mañana, salgo de mi hogar vía la
clínica popular, la cual está situada en Petare. Solventé no tomar el
metro y disfrutar del panorama. Para ese momento, me encontraba en
compañía de mi madre. Al llegar a la redoma del indicado sector,
divisamos una gran cantidad de vendedores de la economía informal, con
productos que escasean en las redes de supermercados públicas y
privadas.
Mi Señora madre al advertir lo que
acontecía en el ambiente, decide acercarse a los buhoneros y consulta
el precio de los desodorantes, el papel de higiénico, entre otros
productos. Para nuestro asombro, esas personas, eran en su mayoría de
procedencia colombiana, que especulan libremente con productos
regulados. Los desodorantes que tienen un valor convenido por la ley, un
precio justo de 34,00 Bs.f, y ellos los venden en un monto que fluctúa
entre 600 y 800 bolívares fuertes. Y la cosa no se queda ahí, el
papel sanitario el que viene en presentación de cuatro rollos, lo tasan
a 500 Bs.f, y siendo su valor real, es de 38,59, según la ley de
precios justos.
Estos estafadores son enemigos de la
clase obrera. Karl Marx los caracterizó muy bien y le dio el
calificativo de lumpen proletarios, ya que son capaces de apuntalar el
proyecto político de las élites por dádivas. Petare es el edén de los
los bachaqueros, ya que han establecido una economía análoga, la cual no
tiene ningún tipo de esclarecimiento científico. Este tipo de
escenario, fractura el espíritu del pueblo revolucionario, y la
impresión que hay en la masa es que “esto se lo llevo quien lo trajo”.
Es necesario que el Minci diseñe una
campaña, explicando de forma pedagógica, en lo que consiste la guerra
multifactorial, la cual ha triunfado en la psiquis del venezolano, ya
que, hay elementos objetivos y subjetivos. Por ejemplo, lo objetivo, es
ver como la especulación campea en Petare, y justo frente a las
autoridades (Guardia Nacional, policías, etc.). En lo subjetivo, es que
los medios de comunicación, durante todos los días, divulgan noticias
sobre la especulación y delincuencia, temas que ponen a la palestra, y
estas contribuyen a reforzar la incredulidad en la población, y de paso,
venden la imagen que “todo es culpa de Chávez, maduro y el comunismo”.
La contra parte son los medios públicos y
sus aliados en este punto, tenemos que ser autocríticos y no han
tenido el tonelaje de desconectar al presidente de esa maliciosa matriz
de opinión que lo culpa de todo lo que pasa.
Nuestros medios no posicionan una
información relevante, más que todo, se dedican a desmontar matrices de
opinión. El argumento es equivocado y eso se tiene que pensar. Una de
las cosas primordiales que debemos resaltar, es que la crisis es
sistémica del capitalismo. Es importante y necesario aclarar que no
fracasó el socialismo, sino, que es culpa de la estructura
monoproductora rentista, y en base a esta, revelar en qué residen,
cuales son las contradicciones entre la producción, la distribución y
sus conflictos.
En ese sentido es descubrir como es el
funcionamiento de nuestro aparato económico, e informar del porqué es
perecedero, y expresar con claridad, el papel que juega la burguesía
parasitaria la cual, no cumplió con su tarea histórica, que era
desarrollar las fuerzas productivas. Es primordial descomponer paso a
paso, las etapas y el desarrollo del fenómeno conocido como “cultura
del petróleo” y corroborar su responsabilidad en la inoperancia del
aparato económico nacional.
En este aspecto, el presidente Nicolás
Maduro, está dejando su vida en esta guerra multifactorial, pero
necesita la ayuda del pueblo organizado. No es posible que los concejos
comunales esperen que la policía sea la que combata el bachaqueo. Y yo
me pregunto ¿dónde están los movimientos sociales?, los revolucionarios
van en la vanguardia a la hora de las dificultades.
En este momento, se necesita menos
panfleto y más formación en la comunidades. Estamos confrontando un
problema sociológico y psicológico. Es necesario cambiar el paradigma,
¡basta ya! de reformistas haciendo política. La única solución que se
entrevé, es radicalizar la revolución, no de imagen auditiva sino, en lo
concreto.
Es hora que la clase trabajadora, deje de
ser indiferente y se autodenomine “revolucionaria” cuando absorbe
beneficio, pero a la hora de las dificultades, se entreguen al mejor
postor. Es una prioridad comprender que es la única clase que posee el
músculo político y social para hacer la revolución, no puede desconocer
quien es su enemigo histórico: la burguesía y el imperialismo, y mucho
menos omitir que el motor de la historia, es la lucha de clase.
¡Chávez vive!… ¡La lucha sigue!
Luis Aponte, Coordinador General de Radio Catedral Bolivariana, e integrante del Colectivo Comunicacional Guerrilla Gráfika.
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