Por Toby Valderrama y Antonio Aponte
En la instalación de la Asamblea el 5 de enero, asistimos a un espectáculo del más exquisito menú de la democracia burguesa, el cretinismo parlamentario se expuso en todo su brillo. Y aclaramos: cretinismo parlamentario es el nombre tradicional para la conducta de las escaramuzas en el congreso burgués que no conducen a nada más que algún flux arrugado y la lágrima de una dama ofendida.
¿Cómo entender la escaramuza de la Asamblea? Quizá sea más apropiado llamarla parlamento burgués. Lo primero es hacer un poco de historia.
¿De dónde viene la Asamblea? Esta es hija directa de la política socialdemócrata desarrollada por el gobierno en los últimos tres años, es el producto más acabado del estímulo al egoísmo, de la regaladera, de la compra material de afecto, del deslizamiento al capitalism. Al final, no elevaron las fuerzas productivas sino el número de diputados opositores. Es decir, la Asamblea, vista como un todo, es una Asamblea socialdemócrata, una derrota del Socialismo.
Entonces, ¿cuáles serán las luchas que allí se librarán?
Serán, en esencia, luchas entre dos fracciones del capitalismo. Una, la del gobierno, pujando por seguir repartiendo; la otra, por apropiarse de la renta en concordancia con el capitalismo internacional. Una agotada, desconocida por sus aliados internacionales (los chinos no dan medio por este gobierno), cocinada en su propia salsa y ahora en el desconcierto de una horrible derrota cuyas explicaciones están en el campo de la psiquiatría. La otra, con el viento a favor, esperando, como los buitres, el final de su presa. Estas fracciones se enfrentarán en la superficie, no irán al fondo del sistema, se batirán en el ring del capitalismo. Su problema principal será cómo estabilizarlo, cómo darle una nueva legitimidad. Por ahora busca al pacto de punto fijo, sin descartar un reacomodo más expedito con un referéndum o una renuncia.
La tarea, el compromiso, el reto de los chavistas es poner al Socialismo en la escena, desmontar el engaño del cretinismo parlamentario. Que la contradicción no sea entre fracciones capitalistas iguales, sino entre Socialismo y capitalismo, que el Socialismo regrese a la batalla, regrese Chávez, con su Plan de la Patria, que vuelva la pasión.
Ese es el paisaje político, falta ver el comportamiento de los líderes socialistas, chavistas, que estarían allí adentro del gobierno. ¿Serán capaces de dar el "Golpe de timón"?, de regresar al carril que abandonaron hace tres años? ¿Seguirán queriendo flotar en un mar de dádivas a la población? ¿Ese será su papel, sepultureros del chavismo? ¿O, por el contrario, darán otro "Por ahora", reconocerán, que se equivocaron, y sobre esa autocrítica comenzarán a sanar la conciencia de la población?
Fuerza tiene el Socialismo; millones de votos y cincuenta diputados son suficientes para mover el mundo, lo que falta son las ideas, "la idea justa desde el fondo de una cueva", encarnadas en los líderes, esa es la prueba principal para ese cuerpo dirigente: ser capaz de rectificar teóricamente. Que se sienten a pensar, a hablar claro, que dejen de decir tanta tontería, de inventar tanto espectáculo frívolo, tanto congreso sin ideas, sin tesis, que acepten la derrota, que revisen los conceptos. Hay que elevar la calidad del debate, no puede ser que el centro de las directrices a la base sea para que no acepte lo que la realidad les da en la cara, y que aún hoy se crean triunfadores.
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