Estas últimas semanas hemos oído hablar de los conflictos
raciales en EEUU y de los constantes casos de brutalidad policial contra
los afroamericanos que tantas protestas han provocado. Pero como en
tantos aspectos de la realidad, no todo es blanco o negro.
Las manipulaciones interesadas se suceden en todas las direcciones y si bien los abusos contra la comunidad negra son constantes, constatables e intolerables, algunas actitudes dentro de esa misma comunidad también deben ser denunciados.
Es el caso de Richard Fletcher, de 61 años, que recibió una paliza brutal de una banda de chicos mayoritariamente negros.
Fletcher intentó acabar con la riña de dos chicas de color que se estaban peleando sobre su camioneta en Dundalk, Maryland, pidiéndoles que se fueran a pelear a otro lugar.
Eso provocó que una turba de 50 adolescentes le atacara, propinándole una bruta paliza, en la que recibió profundas heridas en los ojos, la nariz rota y una hemorragia cerebral.
Las manipulaciones interesadas se suceden en todas las direcciones y si bien los abusos contra la comunidad negra son constantes, constatables e intolerables, algunas actitudes dentro de esa misma comunidad también deben ser denunciados.
Es el caso de Richard Fletcher, de 61 años, que recibió una paliza brutal de una banda de chicos mayoritariamente negros.
Fletcher intentó acabar con la riña de dos chicas de color que se estaban peleando sobre su camioneta en Dundalk, Maryland, pidiéndoles que se fueran a pelear a otro lugar.
Eso provocó que una turba de 50 adolescentes le atacara, propinándole una bruta paliza, en la que recibió profundas heridas en los ojos, la nariz rota y una hemorragia cerebral.
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