domingo, 14 de septiembre de 2014

Telesacudón

MARYCLEN STELLING

Resulta curioso el manejo espasmódico que de los asuntos vitales se realiza en el país y de ello es prueba el tratamiento mediático al sacudón.
Resulta curioso el manejo espasmódico que de los asuntos vitales se realiza en el país y de ello es prueba el tratamiento mediático al sacudón.

Viene el lobo. Las condiciones reales y la dramática promesa de un sacudón tenían en ascuas al país a la espera de drásticas decisiones e inminentes medidas. El 27 de junio el Presidente anuncia que impulsará un “sacudón revolucionario” para cambiar el Estado “burgués, capitalista” y avanzar hacia la “economía productiva” del modelo socialista… Y comienza allí una larga espera que se prestó a todo tipo de elucubración.

El que espera desespera es un capítulo de subtramas variadas. Viene un “paquetazo” al estilo CAP: unificación cambiaria, liberación control de cambio y de precios, aumento de los servicios, de la gasolina y del transporte público. Por el contrario, llega la radicalización del Gobierno “… la transición total hacia la economía socialista” ¡No! Será una derechización y una alianza con grupos económicos. “Tenemos que desmontar el Estado burgués” y habrá una reestructuración total del aparato burocrático. Más de lo mismo y solo serán enroques. Desde el pesimismo, esto se perdió. Desde el escepticismo, esto no lo arregla nadie. Desde la esperanza, será la revolución dentro de la revolución. En la víspera el Presidente aclara que anunciará un “conjunto de propuestas y (…) decisiones sobre el proceso de renovación y sacudón del Gobierno, del Estado y de los métodos del Gobierno y de las prioridades”.

Llegó el lobo, capítulo que se debate entre el rojo pasión: “se inicia la nueva etapa de la revolución” y el negro pesimismo: Maduro responde a la crisis con más socialismo y “reproduce modalidades de dirección vigentes en Cuba”. La decepción de “los no anuncios” económicos conduce a la predicción de que “Sin ajustes económicos habrá inflación y escasez”. Para unos, en el gabinete vencieron los dogmáticos y enterrados quedaron la unificación cambiaria, el alza de la gasolina y el aumento general de precios. Se consolida la élite militar en el Gobierno y aumenta su participación en el área productiva. Para otros, se trata de erradicar “la forma burguesa de gestión pública” y dar curso a la implantación de “un modelo de gestión pública revolucionaria, socialista y humanista”.

La parca. Muere mediáticamente el sacudón y las energías se concentran en la salud económica del país, suerte de enfermo terminal.

maryclens@yahoo.com


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